DEL MUSLO DE JÚPITER. Por Álvaro Yanes.
Acabo de leer que hoy hemos vivido el enésimo roce entre nuestro entrenador y Don Frederic Kanouté. Testigos presenciales comentan que el futbolista ha sido recriminado por el entrenador cuando se ha marchado al gimnasio. En este tema intentaré ser lo más imparcial posible aunque advierto de su gran dificultad por la idolatría superlativa que siento por el gigante malí.
Como digo no es el primer episodio que estamos viviendo en la controvertida relación del entrenador con Kanouté. Lo de la tarjeta con el Español, alguna declaración altisonante del asturiano o la utilización de un futbolista que hay que tener entre algodones en partidos menores han sido indicios de que no todo fluye como es debido. La gota que colmó el vaso fue que Kanouté no viajara a Málaga aun cuando entrenó perfectamente el viernes y el mismo día de partido lo hizo en la Ciudad Deportiva. No digo yo que no tuviera molestias en la espalda, pero sí creo que no serían tan graves para no poder ni viajar dado que como digo entrenó el mismo día del partido.
Que Kanouté ha sido uno de los mejores (sino el mejor) de nuestra historia es algo que no duda nadie. Pero es que, a día de hoy y en mi opinión, sigue siendo el mejor delantero que tenemos. Sólo su presencia mediatiza la forma de jugar de los rivales. Por otra parte Kanouté, por si solo, se come casi el 15% del presupuesto para fichas de la plantilla. Por todo ello en este banco hay tres patas perfectamente diferencias pero imbricadas entre sí que están condenadas a entenderse ya que como una pata caiga las otras dos van detrás. Y como no se entere de esto quien tiene que enterarse, mal vamos.
Por un lado tenemos al futbolista que se siente infravalorado en el sentido que juega de titular contra el San Roque y que en liga sólo es utilizado cuando los partidos se ponen cuesta arriba. La segunda pata es el entrenador que considera que el futbolista debe entrenar más y ofrecer mucho más de lo que está dando. Y por último tenemos al club que ve como le está pagando un sueldo Champions a un futbolista que está jugando poquísimo.
No estoy dentro de la historia como para saber si la culpa es de Kanouté o de Marcelino. Y si les digo la verdad, tampoco me interesa mucho. Lo único que me importa es el Sevilla FC y salir del atolladero deportivo brutal en el que estamos insertos. En ese sentido, que el Consejo de Administración tome cartas en el asunto y siente en la misma a todas las partes implicadas me resulta vital. Resulta de todo punto imprescindible atajar la herida que se está abriendo antes de que haya que amputar algún miembro. Somos ya todos lo suficientemente mayorcitos como para sentarse, hablar, discutir y arreglar esta situación porque en las tres partes interesadas confluye el mismo fin: el bien de la entidad. En esta guerra es imposible que haya vencedores y vencidos. Y cuanto antes se conciencien todos, mejor.
Por último, una serie de recomendaciones al señor García Toral
1. Está usted discutido por gran parte del sevillismo. Cada vez somos menos los que confiamos en usted. Por tanto, no haga méritos en ese sentido.
2. Son legión los entrenadores a los cuales los vestuarios lo echan. Aquí en Sevilla vivimos uno no hace mucho o el caso de hace unas semanas de Manzano en el Atleti. No se enfrente con el vestuario si tiene intención de echar raíces en Sevilla
3. Frederic Oumar Kanouté ha demostrado en estos seis años ser un futbolista impresionante, un caballero dentro y fuera del terreno de juego y una persona con unos valores excepcionales. Que Kanouté es uno de esos escogidos nacidos del muslo de Júpiter se sabe con sólo mirarlo a los ojos. En su vida entrenó usted un futbolista como este y, probablemente, jamás lo entrenará. No pretenda tratar igual al que no es igual que los demás.
Twitter: @alvayanes
