VIVIR DEL CUENTO. Por Baretti.
No quiero hacer leña del árbol caído, pero no se puede vivir a costa del pasado, toda la vida. No dejaré nunca de reconocer a Del Nido, los méritos que tuvo en los triunfos obtenidos por el Sevilla, después de una de las épocas más negras del sevillismo. Pero esto es una cosa y otra es vivir de este cuento toda la vida. En fútbol, las rentas no existen porque esto es una competición, una lucha que hay que mantener día a día. Las chulerías y desmanes se consienten mientras das la talla o la diosa fortuna está contigo.
Bielsa dejó ayer en Nervión la tarjeta de su maestría en esto del fútbol. De un equipo peleón como el Athletic está sacando todo un equipazo, con una concepción magistral del juego, una fuerza y una garra insuperables. A mí me provoca una cierta envidia, por cuanto esas eran las armas y características que nos hicieron tricampeones europeos. No conviene olvidar la contribución de Caparrós a este equipo, como ya hiciera en el Sevilla (Reyes, Navas, Puerta, Capel, Sergio Ramos), sacando unas chavales de la cantera, que prometían y que hoy son una evidente realidad.
Chapó al Athletic, chapó a Bielsa. ¿Por qué no vino aquí? Del Nido nos habla de “filosofía”, de su “filosofía” ¿Por qué no vino Piatti, que ahora está de suplente en el Valencia? ¿Por qué no vino, en su día, Borja Valero? ¿Por filosofía? Cómete esa, sevillista.
El Sevilla volvió a mostrar, por enésima vez, sus limitaciones y su falta de todo, enclenque, alicaído. Mal que me duela, este equipo está muerto y ojalá todo se quede en: “un adiós a Europa”. La liquidación a plazos de la plantilla campeona, llevada a cabo por Del Nido y Monchi, no sé si con nocturnidad, pero sí con alevosía, está llegando a su final, ya sólo falta “largar” a Navas. Una salida que no solo ha sido de craks, sino de toda clase de tropa (Capel, Squillaci, Rodri, Adriano, etc.).
¿Cómo se puede crear una estructura de “equipo” si todo vale para hacer calderilla? Todo un monumento a la incompetencia, porque al final nos hemos quedado con una plantilla sin calidad y una tesorería que no se puede “permitir ningún lujo”. De pronto, nos encontramos con que estamos metiéndonos en “otra Liga”, que ya casi habíamos olvidado, y que nuestra “grandeza” se está esfumando.
Esto es una crisis en toda la extensión de la palabra. Sin alarmismos. Con realidad. Es una crisis a la que se tienen que enfrentar nuestros directivos, si no queremos sufrir males mayores. No hay más plazos. Los puntos que se pierden son irrecuperables. Y ya van muchos, demasiados. Este año, después de 8 temporadas ininterrumpidas, el camino europeo se nos hace tremendamente difícil, tras ese paso casi imperceptible que dimos con la eliminación por el Hannover alemán.
Uno que se siente muy orgulloso de ser español, esperaba el día de ayer con enorme ilusión, pero está visto que en casa del pobre la dicha nunca es completa y todo quedo en agridulce. En fin, amigos, hay que levantarse y seguir luchando. Espero que los dirigentes del club hagan una reflexión seria y actúen rápidamente. Por el bien de todo el sevillismo. El Sevilla no se merece esto, Del Nido.
Ciao, amigos, hasta siempre.