SPERBER, WILSON, FELIX Y LAS IMPLICATURAS. Por Álvaro Yanes.
Dan Sperber y Deirdre Wilson formularon su teoría de la relevancia sobre la base de las implicaturas o informaciones implícitas. Estas se definen como «los significados adicionales al significado literal, o explícito, que el receptor de un mensaje infiere. Se obtienen a partir del reconocimiento de la intención del hablante, teniendo en cuenta: el significado literal del enunciado, el conocimiento que comparten hablante y oyente, el contexto situacional y la intención del hablante».
En román paladino lo que esto quiere decir es que cuando uno observa determinadas situaciones o lee una serie de informaciones se hace una componenda general de una situación concreta basándose en la mayoría de las veces en el contexto de las declaraciones y no realmente en lo que en ellas se dice. Ejemplos en clave sevillista tenemos los que queramos. Aún recuerdo una portada del Marca en una previa con el Madrid donde aparecía Pablo Alfaro con cara de loco, un cuchillo entre los dientes y un titular, digamos, sugerente.
A Pablo no podías decirle asesino, pero de la portada se infería tal calificativo.
Esta forma de actuar muestra inteligencia y prudencia en el que procede así. No te hace más noble (más bien lo contrario) pero sí denota que sabes lo que te traes entre manos y que tiras la piedra y escondes la mano, guardándote el as en la manga para poder soslayar el renuncio en caso que te pillen. Digamos que la técnica del metalenguaje se aprovecha de la natural y endémica tendencia espontánea de todo ser humano para sobreentender y conectar la tormenta de ideas deslabazas que nos llega a través de un hilo conductor bien estructurado. Esto puede parecer contradictorio pero piensen un poco y verán como no es así.
He leído la trilogía que el señor Antonio Felix ha publicado en estos días en el periódico para el que trabaja. El primer día, cuando terminé de leer por encima las relaciones de Adrián del Nido y el fichaje de Bunjaku, la primera impresión que me dio es que el vástago del Presidente se lo había llevado calentito. Interesado por los detalles releí el artículo en cuestión con más detenimiento y vi que el señor Félix me la había metido hasta donde pone Toledo. En realidad, el periodista se había basado en la técnica de las implicaturas para intentar hacerle ver al lector ciertas cosas que en realidad no se decían. Es decir: se hablaba de que Adrián había traído el futbolista a través de una empresa recién creada pero después se decía que el futbolista era de SEM Group. Y, en ningún caso, se especificaba la relación de Adrián y su empresa con SEM Group ni con el futbolista. Todo ello y para dotar de credibilidad y enjundia al presunto picotazo, aderezado por una suerte de declaraciones de un presunto alto técnico sevillista del cual no se sabe ni quien es por lo que se desconoce si es o no técnico y si es alto, bajo o medio pensionista.
El segundo día, y para que no me pasara lo mismo, leí con mayor atención desde el primer momento el artículo, que en esta ocasión versaba sobre las relaciones empresariales de Manuel Vizcaíno, empresas en las que participa y el Sevilla FC SAD. Bajo un titular llamativo (un clásico) descansaba una suerte de insinuaciones y comentarios de barra de bar donde no se aportaban datos concretos delictivos sino un brainstorming de ideas donde la sensación es que Vizcaíno es la versión cañí patatera de Madoff y que ha creado un entramado de empresas parecido a Lehman Brothers, pero la realidad es que no te aporta ni una acusación concreta y muchas de las afirmaciones vuelven a estar deshiladas. Escribe, por ejemplo, que las empresas del sector suelen cobrar 200.000 euros por trabajos como el de la salchicha por lo que la empresa vinculada al Directivo puede haber llegado a cobrar eso. Vale ¿y? ¿Eso qué quiere decir? ¿Lo cobró Vizcaíno o no? En caso afirmativo ¿Es delito o no? ¿Se ha creado perjuicio económico al Sevilla o no? Yo es que, sinceramente, leyendo la información me parece que algo puede oler a podrido en Dinamarca pero no tengo ni idea de que es.
Y esta mañana pues la última de ese estilo pero elevado a la enésima potencia. El uso del metalenguaje pero perfeccionado. Por ejemplo, se manifiesta que hijos del Presidente son partícipes de una compañía llamados Amigos de la Pizza S.L. que está vinculada a Pizza Hut. Y que Pizza Hut se anuncia en el Sevilla. Vale ¿y? ¿Qué quiere usted decir con eso? ¿Hay desfalco? ¿Sobre qué cantidad? ¿Cuál es la publicidad y la relación de Pizza Hut con el Sevilla? ¿Cobra el Sevilla por eso? ¿Amigos de la Pizza se lleva comisión? Interrelacionar eso es como decir que si ACS tiene en su activo acciones de BWIN podemos inferir que Florentino se lo ha llevado crudo en la publicidad de sus camisetas. O poco después, y para ya meterle un plus de morbo al asunto, el meterlo con Invercaria. Como si las miles de empresas que han hecho negocios con Invercaria fueran corruptas sólo por el hecho de trabajar con Invercaria.
El que entendió bien todo esto fue José María del Nido en el acto de presentación de Interwetten. Cuando Chazarri le dijo: «Presidente: a raíz de las acusaciones del diario El Mundo donde se decía que Manuel Vizcaíno se ha podido llevar dinero del Sevilla con sus empresas y....» Del Nido le cortó rápido diciendo «¿Ahí dice eso? Porque yo lo he leído dos veces y no he leído nada de eso que usted me dice«. Claro. Porque no lo dice. El Presidente del Sevilla, otro virtuoso del metalenguaje, sabe positivamente que lo que Félix ha hecho es soltar una serie de situaciones e insinuaciones dando a entender que se lo están llevando crudo, pero que realmente las acusaciones concretas y definitivas de mangazo son cero.
Felix es listíismo y sabe hasta donde puede llegar para evitarse querellas. Querellas que Del Nido ya ha dicho que van a interponer pero, si quieren mi opinión, tienen pocos visos de prosperar. Como les digo, la trilogia felixiana ha sido un ejemplo de libro sobre implicaturas y metalenguaje al insinuar mucho, llevar al lector a su terreno, decir muchas cosas, pero acusar de poquísimo. Y en los casos donde un juez confronta la libertad de información con el derecho al honor, sólo se suele penar las acusaciones concretas muy específicas e infundadas. La revista Época llamó farlopero a Marichalar y se ha ido de rositas, por ejemplo. O mucho me equivoco o judicialmente creo que el tema tiene el mismo poco recorrido que puede tener el de los coches en El Rocío. Sin embargo, aun a sabiendas de que las posibilidades de éxito son escasas, creo que es necesario que se presenten dichas demandas en los Tribunales de Justicia por aquello de evitar lo de que el que calla otorga.
Me gustaría que hubiesen entendido el sentido de mi post. En ningún caso entro a cuestionar sobre las situaciones controvertidas que en las últimas semanas se vienen hablando sobre corruptelas vinculadas en la sociedad ya que me faltan datos para ello. Hasta donde yo llego, nadie ha demostrado que haya actividad delictiva alguna y, todo lo más, hay ciertas cuestiones cuyo fumus iuris te da que pensar que hay ciertos hechos que pueden ser éticamente reprobables (siempre teniendo en cuenta que la vara de la ética es absolutamente subjetiva y plenamente laxa cuando nos encontramos en un mundo tan proclive a la trilería como este del fútbol).
Ojo. Aquí hay cosas que no me gustan nada y la llevanza de este tema por la cúpula de la entidad me está gustando entre poco y muy poco. El Presidente se está limitando a negar todo sin más o a insultar la inteligencia de parte del sevillismo simplificando el tema hasta lo insospechado circunscribiendo todo a que es un ventilador accionado por los violentos. Creo que el lugar adecuado para debatir todas estas cuestiones debe ser la Junta de Accionistas aunque mucho me temo que este tema será soslayado llegado el día: primero porque este tipo de cuestiones económicas se suelen despachar con una celeridad vergonzante en cualquier Junta de Accionistas de una SAD, segundo porque los que suelen subir al estrado (salvo honrosas excepciones) aprovechan su minuto de gloria para decir que Acosta parece un torero, que Mosquera es un baúl o para loar a su padre que era un gran sevillista que vio en directo como Berruezo se desplomaba en Pasarón y tercero porque este Consejo acostumbra por contarnos el tiempo que hace en Copenhage cuando le inquieren sobre la reproducción del ñu sudanés criado en cautividad.
Fútbol. El de toda la vida.