«Un sevillista cualquiera»: EL CORTIJO

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EL CORTIJO. Por Rafael Sarmiento.

Últimamente, como si de un mantra se tratase, se viene escuchando mucho eso de que «el sevillismo» no quiere que los Del Nido & Cía. conviertan al Sevilla FC en su cortijo particular. Entrecomillo «el sevillismo» porque proliferan personajes que se arrogan la responsabilidad de hablar en nombre de toda la afición. La afición piensa lo que piensan ellos y quien no lo haga, es que no es afición. No es buen sevillista. Esto hace tiempo que pasa, pero ahora sorprende por los vaivenes en la opinión de según qué personas. Y siguen hablando de «el sevillismo». En fin. Igual es que yo no soy sevillista y aún no me enterado, pero tengan claro que nadie habla por mi, solo yo.

Antes de seguir, querría apuntar cómo está repartido el accionariado del Sevilla FC. Más o menos, y si estoy equivocado y ha habido algún movimiento del que no he tenido noticia, por favor, corríjanme.

Rafael Carrión—————– 16% (Máximo accionista del club a nivel individual. Sigue comprando acciones)

Sevillistas de Nervión ——— 46% (Dentro del grupo, Del Nido es el que más tiene tras comprar el paquete de De Caldas, pero no llega al 16% de Carrión)

Jose María del Nido
Roberto Alés
Jose Gómez Miñán
Jose Martín Baena
Paco Guijarro
Pepe Castro

Federación de Peñas ———- 11%

Pequeños accionistas ———- 27%

En el Sevilla, a título individual, nadie tiene más de un 16% y la gobernabilidad se garantiza gracias a la suma de las acciones de los miembros de Sevillistas de Nervión.

Es mi intención dejar claro esto antes que nada porque lo que quiero decir es que el Sevilla es una empresa privada cuyos dueños son los accionistas. Y los socios ya no son socios, ahora son abonados. El Sevilla no es un club (eso era antiguamente), aunque ponga «club» en su nombre oficial, de igual forma que FC Barcelona de balonmano juega al balonmano aunque en su nombre ponga la palabra «fútbol». Los abonados no tienen nada que ver con la empresa, como sí pasaba con los socios cuando esta era un club. Los abonados pagan por asistir a los eventos que esa empresa privada organiza, que son partidos de fútbol Nada más, ni más ni menos, y el resto son ideas románticas y trasnochadas basadas en lo que una vez fue, pero que ya no es.

El Sevilla es una empresa que no es propiedad del sevillismo, sino de sus accionistas. Y visto como está el reparto accionarial, hoy por hoy es imposible que dicha empresa se convierta en el cortijo de nadie. Después de comprar las acciones de De Caldas, Del Nido apenas llegará a un 15% del capital social. Carrión, que no deja de comprar acciones según palabras del propio Del Nido, apenas tiene un 16%. Salvo cosa extraordinaria y altamente improbable, el Sevilla no puede ser de una sola persona. Cualquiera que lo controle, necesitará el apoyo de otros muchos para ello. Y dejará de hacerlo en cuanto pierda dicho apoyo.

En los últimos tiempos se ha puesto de moda el concepto «loperización», con el que se intenta comparar lo que está haciendo Del Nido en el Sevilla con lo que hizo Lopera en el Betis. Claro que quienes hablan en estos términos no dicen que Lopera sí que era dueño del Betis. Dueño él solito para hacer y deshacer como le viniera en gana. En el Sevilla, eso es imposible. Del Nido no puede hacer lo que le de la gana sin el apoyo de otros.

En estos mismos últimos tiempos también se escuchan voces que piden la cabeza del presidente. Una parte de ellos siempre han pensado igual, lo que pasa es que ganando títulos es muy difícil pedir la dimisión de nadie. Ahora que la cosa va un poco peor, salen de sus escondites, que es a donde volverán si a la pelotita le da por volver a entrar. De entre estos, algunos son fieles a sus propias ideas y son capaces de distinguir entre lo que se hace bien y lo que se hace mal. Tienen todo mi respeto, aunque a menudo no piense como ellos. Otros, simplemente dan palos a diestro y siniestro, sin importarles contradecirse con lo dicho en otras ocasiones con tal de poder seguir dando palos, y nunca, JAMAS, aceptando nada que pueda haberse hecho bien. Estos, por contra, y como ya he dicho en otras ocasiones, no me merecen el más mínimo respeto. Y si para colmo tienen la desfachatez de hablar en nombre del sevillismo, como decía al principio, pues apaga y vámonos. Que hay que ser soberbio y vanidoso, o directamente tenerla dura como el cemento armado (la cara, por supuesto).

Ya digo que este tipo de personas siempre ha estado ahí, pero ahora se les han unido en su empeño de deshacerse de Del Nido otros que hasta hace dos días le bailaban el agua a cambio de sus buenas prebendas. Y, aprovechando el conflicto con Biris Norte, se han desmelenado absolutamente. La decepción que me he llevado con Cristóbal Soria, por poner un ejemplo, es de órdago. Un personaje al que he admirado y defendido fervientemente, ahora aprovecha las aguas revueltas para ir de flor en flor aliviando sus despechos por platós y emisoras. Arremete contra Del Nido y Vizcaíno especialmente, aprovechando las circunstancias, el viento a favor que produce la situación. La corriente de opinión, el enfado del sevillismo por los malos resultados y por las medidas desaforadas tomadas en Gol Norte. Ahora, sí. ¡Qué fácil!

Claro que mañana entra la pelotita y esa corriente de opinión cambia por completo. ¿Qué pasará entonces? Cuando la gente se entusiasme de nuevo con el equipo y deje de oír las quejas y reproches de quienes los tengan, ¿qué harán? ¿Seguirán llorando por las esquinas? ¿Cambiarán de discursos y volverán a subirse al barco? ¿Serán capaces de hacerlo? ¿O quizás no les importaría tanto que al equipo no le fuera demasiado bien para así demostrar que ellos tienen razón, que el Sevilla es un cortijo y que sus dirigentes han de irse? Porque esto no depende de los dirigentes, depende de la pelotita, que si entra o no entra.

El Sevilla no es un cortijo. No puede serlo debido al reparto accionarial que tiene. Del Nido está en el poder porque un grupo de accionistas se lo permite y le apoya. Estos personajes, los conocidos, los no conocidos, los líderes de los Biris etc., se quejan del presidente y de algunos directivos como si fueran dueños del club. Pero yo no he escuchado a nadie quejarse de Roberto Alés, de Martín Baena, de Gómez Miñán, de Paco Guijarro… Y son ellos los que permiten que Del Nido esté ahí. Sin ellos, Del Nido estaría fuera. Sin ellos, Del Nido no es nadie, ni siquiera el máximo accionista del club. Este es Rafael Carrión, Dios nos libre de volver a tenerlo en el poder, ni en primer plano ni en la sombra.

Y lo peor es que esto lo saben muchos de los que tanto hablan. Por no decir todos. Pero lo suyo es personal. No tiene nada que ver con gestiones, fichajes, medidas, etc. (esto es otro tema porque aquí se están haciendo algunas cosas bastante mal, pero no es esto a lo que me refiero). Esos son los argumentos, las armas que utilizan para seguir con su guerra personal. Y, lo que es más grave, lo que más me molesta, dicen lo que les conviene para atraerse a una parte de la afición y utilizarla como una masa de personas que está en contra de la directiva. Repito, para UTILIZARLA. Me molesta mucho que personas con poder, prestigio, reconocimiento o fama utilice a otras para sus cuitas personales.

Si mañana la pelotita entra, el sevillismo los olvidará para disfrutar de eso, de su sevillismo. Porque el sevillismo es mucho más que los personajes que en cada momento de la historia han tenido fama o reconocimiento. Los personajes pasarán, pero el Sevilla continuará. El sevillismo es un sentimiento muchísimo más fuerte que lo que puedan estar de acuerdo o no unas personas con otras. Será eso, el sevillismo, el sentimiento, lo que se los llevará a todos por delante, se llamen gurús, iluminados o líderes de la animación.

Hace unos años se hablaba de la Fábrica de Humo. La afición estaba en contra de la directiva y le gritaba aquello de ¿donde están los millones? ¿Quién sabe si dentro de un tiempo nos estaremos descojonando de los que hablaban de cortijos y demás gaitas como ahora hacemos con aquellos de la fábrica de humo?