No pudo ser, España se va de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 con la medalla de plata en baloncesto y eso sí, la victoria moral ante la todopoderosa Estados Unidos. Orgullo de selección.
107 – ESTADOS UNIDOS: Chandler (2), Durant (30), James (19), Bryant (17) y Paul (11) -equipo inicial-, Westbrook (3), Williams (6), Iguodala (0), Love (9), Harden (2), Davis (0) y Anthony (8). 100 – ESPAÑA: Pau Gasol (24), Rudy Fernández (14), Navarro (21), Calderón (0) y Marc Gasol (17) -equipo inicial-, Sergio Rodríguez (7), Reyes (0), San Emeterio (0), Llull (5), Claver (0), Sada (0) e Ibaka (12). La NBA ante la ÑBA, o lo que es lo mismo, Estados Unidos contra España, la mejor selección del mundo frente a frente con la única selección de baloncesto capaz de meterle el miedo en el cuerpo. O lo que es lo mismo, los extraterrestres de la canasta ante los humanos más extraterrestres del planeta tierra. Y aunque a veces, los sueños se cumplen, hoy no ha sido el caso pese a que España entera estuvo pegada a la televisión apoyando a los suyos cada segundo que pasaba y cada cuarto que se cumplía. Por estar estuvieron hasta los que nunca han sentido admiración por el mundo de la canasta. España hizo uno de esos partidos que siempre será recordado aunque pasen los años, uno de esos choques de los que deben servir de ejemplo a los más pequeños sobre lo que es un deporte tan apasionante que en apenas unos segundos puede cambiar la historia del mismo. Pero lo hecho no fue suficiente para que España cambiara la historia de la anterior final, algo que no sucedió en Londres 2012. Un espectáculo digno de una final como era de unos Juegos Olímpicos, una final grande no, grandiosa, tanto como cada uno de los profesionales que había en la cancha. Una final de esas que se recuerdan, de las que nunca se olvidan, de aquellas que quedan grabadas de por vida en las retinas de los aficionados. Los
americanos tomaron ventaja en el primer cuarto, pese a que los españoles no se quedaban atrás en su ímpetu y su intento. El segundo y el tercer cuarto ya fue otra historia. España sacó los dientes, asomó las uñas y fue capaz de mostrarle el olor del miedo a los estadounidenses, que veían como la selección española le enseñaba estar si no a su nivel si muy cerca del mismo, y ser la única selección capaz, a día de hoy, de hacerles frente de tú a tú como lo hizo en el día de hoy. Una final que recordaba mucha a la disputada cuatro años antes en Pekín entre las mismas selecciones y muchos de los mismos protagonistas. España liderada por Pau Gasol, nuestro español más ‘americano’ y Estados Unidos aguantando gracias al acierto anotador de Durant y el apoyo constante de Bryant y James. El protagonismo de Pau Gasol en el tercer cuarto mantenía el sueño de toda España muy vivo, a pesar de que las fuerzas iban haciendo mella y quedaba todo a expensas de los interminales minutos finales. España caía, pero lo hacía como si del séptimo de caballería del General Custer se tratara, con las botas puestas. Perdiendo, hincando finalmente la rodilla ante la poderosa Estados Unidos, ante una selección sobrenatural. Logrando una medalla de plata pero que parece de oro. Y lo más importante, demostrando al mundo que a veces perdiendo… también se gana. ¡Qué viva España! Twitter: @tara11ara