Athletic Club Bilbao 0: Unai Simón; De Marcos, Yeray, Iñigo Martínez, Yuri (Capa, m. 94); Berenguer (Villalibre, m. 76), Vencedor (Unai López, m. 68), Dani García (Vesga, m 76), Muniain; Raúl García y Williams.
Gol: 0-1. Oyarzabal, m. 63, de penalti.
Árbitro: Estrada Fernández (C. Catalán). Amarillas a Dani García (m. 35), Íñigo Martínez (m. 61), Merino (m. 71)
Estadio. La Cartuja. Sin público por el coronavirus.
La Real Sociedad vuelve al Olimpo de los campeones 34 años más tarde de aquella histórica final ganada al Atlético de Madrid con los últimos años como profesional en activo de futbolistas que marcaron época: Arconada, Zamora, López Ufarte… y aquellos maravillosos años. Han transcurrido tres décadas para que el fútbol hiciera justicia a una entidad seria y ejemplar por sus bases y la forma de trabajar con futbolistas con un ADN especial.
Y para que no faltara de nada fue ante su gran rival y vecino deportivo, el Athletic Club de Bilbao, que tras los últimos resultados conseguidos tras la llegada al banquillo de Marcelino, parecía que partía como favorito. Pero esta Real es siempre la Real, un equipo que nunca deja de luchar y que además es en la actualidad de los que mejor fútbol practica de la mano de un hombre de la casa como Imanol Alguacil. Justo premio para el técnico que más y mejor reencarna aquella figura del querido y recordado Alberto Ormaechea.
La Real ganó porque fue mejor y además lo intentó más, superando en la mayor parte del partido a su rival, un Athletic que tendrá la oportunidad dentro de dos semanas, en el mismo escenario, La Cartuja de Sevilla, de resarcirse de esta derrota copera, aunque en esta ocasión con la final que disputará ante el FC Barcelona en la final de la Copa del Rey de esta edición 2021 a la que llegó de forma brillante y agónica pero siempre con una versión fiel a su estilo de unos leones que heridos siempre son más peligrosos.
No lo fueron esta vez ante una Real Sociedad a quien el fútbol y Sevilla le debían un título tras aquella Liga de 1980 que le arrebató un especialmente ‘motivado’ Sevilla FC para dársela a uno de los equipos con menos arraigo por Nervión, el Real Madrid. En esta final de Copa la Real salió desde el principio a acechar la meta de Unai Simón, con sucesivas ocasiones de gol respondidas tan sólo en un par de contras peligrosas del equipo bilbaíno.
Al descanso se llegaba con la igualada inicial y muchos miedos para la segunda mitad. Había que echar el resto y como suele ocurrir en este tipo de partidos de tanto respeto y rivalidad, derbi y encima en una final, quien diera primero daría por partida doble. Y así fue una vez más en esa regla futbolística que no suele fallar. A los 63 minutos, Mikel Merino, MVP de la final sirvió un balón medido y espectacular que era cortado por Iñigo Martínez en la jugada del partido, al cometer penalti y derribar a un futbolista realista.
El penalti se encarga de transformarlo el capitán Mikel Oyarzabal al batir a Unai Simón y dar medio título a los realistas. El gol cambió poco la historia a pesar de que se vivió una situación increíble, al expulsar el árbitro a Iago Martínez y posteriormente no mostrase ni la amarilla por su acción que provocó el penalti. Fútbol es fútbol, como diría aquel… De ahí al final, nervios y máxima tensión sin que nada cambiara el transcurrir del choque dejando a la Real sociedad como justo y brillante campeón y al Athletic Club como un señor subcampeón dado su señorío a la hora de ver como su rival celebraba el título, así como por el gesto de Iñigo Martínez, ex realista, de celebrar uno a uno a los miembros de la expedición de la Real Sociedad.
Esta vez sin Arconada ni López Ufarte en el terreno de juego, pero sí en las gradas, donde pudieron vivir incitó y en directo un nuevo título de la Real Sociedad. Felicidades Campeón.
Por: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker
Foto: 20 Minutos
