No es el Atlético de Madrid de antes, el conocido como el ‘pupas’ por sus escasa fortuna en los momentos claves; este es un equipo nuevo, con una base sólida y con un claro carácter ganador.
Ganar jode, y demasiado, sobre todo cuando no es tu equipo el que lo hace ya que mientras hay quien disfruta con los éxitos ajenos y el trabajo bien hecho, tomándolo como referente en el que fijarse para intentar crecer en la misma proporción que su rival, también está el polo opuesto, al que el triunfo de su rival le molesta demasiado, ya que eso es el principal chivato de que su equipo no funciona.
Por ello, llama la atención que todo el mundo hable y además cómo, de un equipo que está siendo ejemplo para el resto de la Europa futbolística. Un conjunto que ha crecido mucho desde la llegada de Cholo Simeone y el Profe Ortega, un equipo basado en la entrega constante, curiosamente las mismas cualidades que hicieron del ahora técnico rojiblanco un futbolista de equipo, tanto en Argentina, como en España e Italia.
Porque el Cholo no entiende el fútbol sin ese extra de motivación, entrega e intensidad máxima. Sin ellas, no existe fútbol para el argentino. Eso puede gustar o no, pero sea de una u otra forma, debe ser respetado, como lo es a los que les gusta el ‘tiki-taka’, el fútbol del Barça, o el denominado ‘Jogo bonito’. Porque lo más importante en el mundo del fútbol es saber a lo que juegas, y si un equipo lo tiene claro en nuestra Liga ese es el Atlético de Madrid.
¿Dónde está el problema entonces? Pues muy fácil, que cuando un equipo convierte la victoria como su habitual compañero de viaje molesta más de la cuenta, especialmente en esos equipos, que con más o menos recursos no son capaces de dar ese pasito adelante como hicieron otros en su momento. Ocurrió con la Real Sociedad en la década de los ochenta, donde un grupo de amigos (Arconada, Zamora, Satrústegui, Idígoras, López Ufarte, Cortabarría… y con Alberto Ormaechea a la cabeza) fue capaz de proclamarse dos temporadas consecutivas campeón de Liga marcando una época.
Se vivió hace una década con un Sevilla FC grande que enamoró con su fútbol y sus gestas de la mano de Juande Ramos, con una etapa triunfal que no ha tocado a su fin, y es que cuando un equipo cimienta una base sólida, con mucho trabajo, el éxito está siempre más cerca. Y lo comprobamos en los últimos años con el Atlético de Madrid, un equipo el rojiblanco que es señalada por su fútbol al límite, cuando ese límite lo marca el trabajo serio, profesional, y la intensidad máxima, algo clave en cualquier faceta de la vida.
Se habló de su fútbol tras arrebatarle la Liga al Barça hace un par de años, se volvió a hablar tras eliminar también al equipo culé de la Champions, hazaña repetida este mismo año, y ha vuelto a ser el tema principal para un sinfín de acomplejados, tras una nueva exhibición en la máxima competición del fútbol europeo a nivel de clubes, la Champions League.
Primero eliminando, como hemos señalado, al vigente campeón, y después dando un nuevo paso hacia la gloria eliminando al todopoderoso Bayer de Munich de Pep Guardiola, acercándose a ese máximo galardón que le debe el fútbol desde aquella final con Luis Aragonés a la cabeza, algo que precisamente la testa de Sergio Ramos se lo arrebató en el último suspiro hace dos años.
Cuando no es la intensidad, es la altura del césped, cuando no las malas formas de los rojiblancos, el otro fútbol que siempre plantea el equipo de Simeone; cuando no la dureza de Godin, el carácter de Carrasco, la casta de Koke, Gabi y compañía. Pero ¿saben lo que les digo? Que un pimiento para cada uno de los que ponen excusas y peros a los éxitos del Atlético de Madrid.
El Atleti gana porque juega como otros quieren y no pueden. Gana porque sabe utilizar sus armas porque el que triunfa es el que sabe explotar al máximo sus virtudes, ya sean técnicas o físicas, el que exprime al máximo el cerebro para saber cómo tiene que llegar a su objetivo. habrá quien se siga quedando con que juega al límite, que no hacen el fútbol que enamore… pero ¿saben lo que realmente enamora a cualquiera? La victoria, ver como tu equipo un año sí y otro también es capaz de competir, de crecer, de ganar, de pelear en todas las competiciones hasta el final.
Pasarán los años y uno recordará este Atlético de Madrid como un equipo grande, como un conjunto campeón, como un equipo que alcanzó la cima. Pocos se quedarán con si jugó mejor o peor, si tuvo más o menos toque, porque nos guste o no, salvo para los últimos románticos, lo que vale en este mundo del fútbol es ganar, y nadie como Cholo Simeone sabe el camino hacia esa victoria.
¡Felicidades Atleti! ¡Cómo les joden a algunos vuestros triunfos!
Twitter: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker
Foto: Diario El día