Cádiz, ese rincón mágico de la costa gaditana, donde el fútbol se vive como en Argentina sin necesidad de ser de Boca o River, o de haber visto al ‘Pelusa’ Maradona vestir el amarillo de la mala suerte para los artistas y toreros, pero de la alegría y la pasión de un Cádiz CF sencillamente diferente. Porque en la Tacita de Plata jugó otro genio, un tal Mágico González, del que el mismísimo Maradona dijo: «Es el único futbolista al que le he visto hacer cosas que yo no soy capaz de repetir».
Ese Cádiz, club que en la década de los ochenta recibió el apodo del ‘matagigantes’ después de ganar a Barça, Atlético y Madrid, no sin antes dar buena nota de aquella Real Sociedad de los Arconada, Zamora, López Ufarte y compañía campeones de Liga dos temporadas consecutivas. El Cádiz del citado Mágico, de los hermanos Mejías, Pepe y Salva, de Dieguito, Manolito, Hugo Vaca, Bermell, Juan José, Escobar, Carmelo, Chico Linares, Cortijo, Cabrera, Mami Quevedo, Artega, Kiko Narváez, el último gran ídolo de la Bahía…
El Cádiz de Víctor Espárrago, David Vidal, Ramón Blanco, Milosevic, José González, Álvaro Cervera. El Cádiz de Rovira, eterno en la memoria. El Cádiz de los presidentes: Luis Arroyo, Rafael López, Francisco Márquez, el inolvidable Manuel Irigoyen, Antonio Muñoz, o Manuel Vizcaíno, conocedor de ese gen tan particular y único como el del cadismo y del que se ha empapado por los cuatro costados.
El mismo Cádiz CF que siendo un crío tuve la fortuna de disfrutar en sus años gloriosos en Primera, el año del ‘matagigantes’, gracias a mi Tio Manolo y mi Tio Pepe, que sabiendo mi pasión por el fútbol y especialmente por Arconada me regalaron cientos de domingos inolvidables en Carranza, pudiendo presumir de disfrutar de los mejores años de Mágico González, ayer ídolo y hoy amigo.
Y es que Cádiz tiene un carnaval único, con unas chirigotas y comparsas para quitar el sentido, con unas letras para enmarcar y donde el ingenio es el pan nuestro de cada día. El Falla está en la calle, en cada casa, en cada patio de vecinos, en cada barrio, en el Ramón de Carranza, por mucho que algunos intenten cambiar la Historia.
Un Cádiz Club de Fútbol de Primera. Ese Cádiz donde todo tiene sentido, hasta lo que a priori no lo tiene…. con una ciudad volcada en su equipo y que disfruta de un Carranza, una permanencia o un ascenso como si de una Liga de Campeones se tratara porque esto es Caí y aquí… hay que mamar.
Por: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker by @Number1sport
Foto: El Español
