FC Barcelona-Real Madrid: El homenaje… fue blanco

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Más Fútbol, Nuestros números 1, Number1 opina

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FC Barcelona v Real Madrid - La Liga

No se esperaba una victoria blanca en el Nou Camp, o al menos, tan sólo entraba en los esquemas de los más optimistas. Pero quien sigue la consigue, y tras un primer tiempo cagón, el Madrid recuperó su mejor versión para ganar al mejor equipo del mundo, el FC Barcelona en su feudo.

No le devolvió el severo correctivo de la ida en el Bernabéu, ni en juego, ni en goles, pero hizo lo suficiente para ganar, es decir, marcar un gol más que su rival y sumar de esa forma lo realmente importante y lo único que importa: ganar. Nadie se acordará de aquí a un tiempo en cómo lo hizo, sino en que lo hizo, que al fin y al cabo es lo que vale en este mundo del fútbol.

Y eso que el comienzo no invitaba precisamente al optimismo, especialmente por el planteamiento cagón y reservó de Zinedine Zidane, cualquiera diría que hablábamos de ese mágico centrocampista galo que hacía las delicias del aficionado con una filosofía donde el juego ofensivo era su razón de ser y existir. Pero ahora es entrenador, y como a todo el que llega al Nou Camp le pudo la presión y ese miedo escénico, otrora posesión del Real Madrid y su Santiago Bernabéu.

Pero la magia, la clase, el ‘jogo bonito’ viste ahora de azulgrana. Con una MSN poderosa no, sino lo siguiente, capaz de cambiar partidos con un tridente inigualable y talentoso, en juego y goles.De ahí el planteamiento reservón y que dejó al Barça de Luis Enrique las cosas demasiado fáciles en la primera mitad, no por excesivas virtudes de los catalanes, sino más por la negativa ofensiva de los madridistas.

El empate a cero era lo mejor que le podía pasar a los blancos visto lo visto ya que al menos cumplía su objetivo de neutralizar a la mejor delantera del mundo (Messi, Suárez y Neymar) que no es poco. Pero tras el descanso cambiaría la historia, con un Barça que sabía que que un gol era lo único que podía cambiar el rumbo de un partido escaso del fútbol que se le presupone al mejor equipo del mundo (FC Barcelona) y a otro del potencial económico, deportivo e institucional (Real Madrid).

Tuvo que ser un defensa, Piqué (para que no dejara de tener morbo el choque) el que rompiera la meta rival, tanto con el que cambiaba el encuentro; pero curiosamente no de lado azulgrana, sino todo lo contrario, para despertar a la bestia, para espabilar a un Real Madrid defensivo, a un equipo insulso de medio campo hacia adelante. Un equipo que despertó y de qué manera.

Fue tras ese tanto de Piqué cuando apareció el Real Madrid y su ataque, cuando salió a escena el equipo que debe ser un club del potencial de los blancos. Volvía el Madrid, el que echaban en falta en el paseo de la Castellana, el que había tirado la Liga por errores propios, el que se ha agarrado a la Champions como último recurso tras regalar la Copa por un error impropio de un equipo del nivel del Real Madrid y más propio de un conjunto de barrio.

Apenas seis minutos más tardes del gol de Piqué, el Madrid apareció, la tocó, jugó y se convirtió en el equipo que hace un tiempo fue. Marcaba Benzema un golazo de media chilena ante el que nada podía hacer Claudio Bravo, y que levantó de su asiento a mi amiga Kate Mikhailova, enfundada en su camiseta del Real Madrid y con los acordes de fondo del himno del equipo blanco interpretado por su hermana Elena y su cada vez más ‘blanco’ violín.

Pero la fiesta no había terminado ya que antes de la bocina sentenciaba el Madrid a un Barça desconocido y que para nada era ese equipo que ha enamorado al mundo entero. El bicho por fin aparecía en una gran cita, para hacer el tanto de la victoria en un partido que tardará tiempo en olvidar. Y todo, en una noche que comenzó de la forma más emotiva posible, con el merecido homenaje que en el partido de los partidos se rendía al hombre que inventó el fútbol arte, don Johan Cruyff.

El Madrid demostraba, en terreno enemigo que no estaba muerto, sino que simplemente había alargado una siesta demasiado prolongada con un colosal Marcelo, presente en todos sitios, con Casemiro como dueño de la medular, y con la BBC (Bale, Benzema, Cristiano) ganando la partida a una desconocida MSN (Messi, Suárez, Neymar.

Hubo homenaje en el Nou Camp, pero el homenaje… Fue blanco.

Twitter: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker

Foto: Reuters (Albert Gea) / Marca