Muchos le comparan con López Ufarte, aquel extremo de la Real conocido como el ‘Pequeño diablo’ pero aunque Griezmann tiene muchas cosas en común con él, tiene su estilo propio.
Se llama Antoine Griezmann (21 de marzo de 1991 en Mâcon – Francia). Y esconde todas esas cosas que llevan en su interior esos genios del balón. Descarado, tremendamente maduro para su escasa experiencia en la elite, y con una pegada impresionante. Su trayectoria es muy similar a la del argentino Leo Messi. Con apenas 13 años fue fichado por la Real Sociedad después de que varios de los grandes de Europa no se atrevieran a hacerse con sus servicios por su aparente debilidad física. Pero con esas condiciones que exhibía en su tierra de Borgoña tan sólo era cuestión de tiempo. Sin prisa pero sin pausa, como cuando consigues una piedra en bruto de tanta calidad que sabes que puliéndola un poco tendrás una joya pretendida y admirada por todos. Y así fue, los padres de Antoine accedieron a que su hijo fichara por la Real Sociedad, una apuesta arriesgada por aquello de que apenas tenía 13 años, pero ganadora a todas luces por la calidad y genialidades que atesoraba en esa privilegiada pierna izquierda. El francés fue cumpliendo etapas, mejorando aspectos técnicos, aprendiendo táctica y esas jugadas de estrategia tan importantes en el mundo del fútbol y ganando en masa muscular, esa que convirtieron aquel niño enclenque en un joven fibrado y atleta, capaz de derrumbar y volver loca a la más férrea de las defensas. Al igual que ocurriera con el ‘Pequeño Diablo’, Roberto López Ufarte, creció muy rápido, todo lo que exige este exigente mundo del fútbol a esos cracks de carne y hueso pero hechos de otra pasta especial para con sus genialidades ser capaces de arrancar la pasión más arraigada de los aficionados, ese sentimiento tan fácil de mostrar y tan complicada de explicar. Antoine Griezmann se fue haciendo así mismo, explotando al máximo sus numerosas virtudes y haciendo que las miradas de los grandes del fútbol europeo comenzaran a preguntar por ese pequeño francés con cosas de genio, de artista. Pero sus pretendientes se encontraron con un chico maduro, sereno y con los pies en el suelo. Sabiendo que su formación aún no había terminado y que las etapas que se había marcado debían seguir su camino. El siguiente trayecto era debutar con el primer equipo de la Real. Y el gran día llegó. 2 de septiembre de 2009 debutaba en partido de Copa del Rey como futbolista de la
primera plantilla txuri urdin, era su bautismo entre los grandes, en la elite. Cuatro días más tarde llegaba el estreno oficial en la Liga, en Murcia. Y su primer gol tampoco se hizo esperar. La máquina había echado a andar y sólo era cuestión de tiempo. Hombre agradecido donde los haya, regaló su primer gol como donostiarra en su primera participación en el equipo titular. Eran tiempos difíciles en Segunda, de un club como la Real Sociedad, acostumbrada a estar entre los grandes. Pero a Griezmann no le importaba, sabía que todo esto formaba parte de su formación. Más tarde llegaría su primer contrato profesional con una Real consciente de que o ataba a su nueva perla o corría el riesgo de que se lo arrebataran. Y así pudo ser, con una millonaria oferta de un histórico de la Premier a la que Antoine dijo «No». Cuando un amigo de la infancia le preguntó porqué no había aceptado la misma, le respondió con serenidad. «No habría sido justo para la Real que es la que me ha traído hasta aquí». Así es Antoine Griezmann. Ángel y demonio. Rebelde, como cualquier chico de su edad privado de la vida cotidiana de cualquier joven de 19 o 20 años, y pausado y responsable como cualquier adulto para saber lo que debe ser la vida de un profesional del fútbol. Los valores que han llevado a aquel ‘delgaducho’ niño de apenas 13 años a ser hoy, junto a Claudio Bravo y Xabi Prieto, el líder natural de esta Real Sociedad con ganas de recuperar el tiempo perdido en Segunda división. Desde el pasado 29 de agosto de 2010 en Primera, entre los grandes, el sitio natural de un futbolista de su clase, su elegancia, su toque… El debut con la selección francesa Sub-21 tampoco se hizo esperar. Y todo esto no es más que el comienzo de lo mejor, o lo que es lo mismo, lo que aún queda por venir. Uno trayectoria espectacular de uno de los jugadores con más presente y futuro de nuestra Liga. Uno de los reclamos de los grandes de España, Inglaterra e Italia. Una de las grandes estrellas de la Liga española. Capaz de dejarse querer por el Atlético como de cuajo decir que su casa es la Real Sociedad y demostrarlo de la mejor forma, con goles, como el que le hizo al Fútbol Club Barcelona la pasada jornada. Es Antoine Griezmann. Decidan ustedes: ¿Ángel o demonio?