Iker I, grande de Europa

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Más Fútbol, Nuestros números 1, Number1 opina

Tagged: , , , , , , , ,

IKer Casillas Foto The green soccer journal

No hace ruido, y cuando lo hace es para dar la cara por aquellos a los que por defenderle de lo defendible nos llaman «palmeros». Humilde, sencillo, sin alardes de grandeza, con el corazón blanco pero ‘teñido de negro’ por tanta injusticia en una salida que no debió ser y menos… como fue. Es Iker Casillas, el chico de Móstoles hecho hombre, padre, persona y grande de Europa. 

España se enfrenta a Rumanía en partido de carácter amistoso, un un domingo 27 de marzo de 2016, un partido sin interés apenas, por aquello de no tener la roja rival de talla a priori y porque la apuesta futbolística de los rumanos apenas debe ser obstáculo para los nuestros. En la portería, el de siempre, Iker Casillas, que regresaba al equipo tras el descanso de unos días antes en el amistoso ante Italia.

Con su titularidad se convertía en el jugador europeo con más partidos internacionales con su selección, 166 encuentros con España, ¡que se dice pronto! Pero si nos fijamos en la actitud del madrileño poco ha cambiado con aquel chico que en el año 2000, un 3 de junio, debutaba con la absoluta. Sí, su cara de niño ha ido formándose en la de un hombre noble que a sus 34 años ha aprendido que los mismos que hoy te aplauden son los que mañana te pitan. La maldita e hipócrita ley de un deporte bello llamado fútbol.

A mí no me pilló por sorpresa, ya que tuve que vivirlo y sufrirlo cuando siendo niño veía como mi ídolo Luis Arconada era machacado por el simple hecho de no ser de la panda del «sí güana», por ser una persona íntegra, algo que no gusta en ciertos sectores. Pero a Iker ese le cogió desprevenido, a diferencia de Arconada, jugaba en el Madrid y ahí las cosas suelen ser más fáciles.

Pero los años pasaron, y aquel niño de Móstoles que tomaba el Metro para ir a entrenar, fue creciendo, debutó con su equipo del alma, el Real Madrid, hasta sin hacer ruido convertirse en el mejor portero de la historia de la casa blanca y en un referente por ser ejemplo de esos valores de respeto y educación que siempre inculcamos a nuestros hijos. El fútbol le ha dado mucho y su premio ha sido directamente proporcional a su trabajo, su entrega y su profesionalidad.

Fue escalando peldaños, sin prisa pero sin pausa, partido a partido, sin hacer ruido, sabiendo esperar sus oportunidades y lo más importante aprovechándolas, de la primera a la última. Así hasta convertirse en el mejor portero español de la historia (para mí, perdóname Iker, el segundo tras Arconada). Creció, maduró y sufrió el revés de ver como ese equipo, esa afición y ese estadio al que tanto le había dado, tornaba por primera vez, el aplauso cerrado en alguna división de opiniones, algo hasta ese momento impensable.

Fue viendo como sin respeto alguno hacia su persona se hablaba de sustitutos, de su salida… y todo ello sin que, el por aquel entonces su presidente (léase Florentino Pérez), saliera al paso o se dirigiera a él para tranquilizarle por lo que escuchaba, leía, veía… Pese a que Iker salvaba el primer ‘match ball’, jugando una temporada más, no pudo hacer lo mismo con el segundo, para así, pro prima vez en su vida arrojar la toalla, y abandonar su lucha.

O mejor dicho, para dar una ganta sin mano, como decía mi madre y decir para sus adentros aquello de «Ahí se quedan ustedes». Y así fue. Iker barajó las muchas ofertas que le llegaron y decidió marcharse finalmente al Oporto, para disfrutar nuevamente del fútbol, con la tranquilidad tan necesaria para el marido  y padre de familia, algo más importante si cabe que el estrellato futbolístico.

Y en tierras lusas ha alcanzado un nuevo éxito, un nuevo récord en su ya galardonada trayectoria. Su partido número 166 como internacional, o lo que es lo mismo, convertirse en el jugador europeo con más partidos internacionales, superando de esa forma a los más grandes de la historia, a cifras que las leyendas de este deporte no lograron alcanzar.

De esa forma, Iker Casillas sigue agrandando aún más su Leyenda, ya es el europeo con más partidos, y el sexto de la clasificación con más internacionalidades, con su próximo objetivo cerca ya que el ecuatoriano Iván Hurtado tiene un partido más, por dos más del egipcio Hossam Hassan, cerrando esta clasificación otro egipcio, Ahmed Hassan que con 184 partidos es el más internacional del mundo.

Y todo ello con esa sombra que de un tiempo a esta parte acompaña a Iker Casillas, la excesiva ansiedad que parece tienen unos en que primero pierda la titularidad de la selección española, a la que tanto ha dado, para que el relevo lo tome uno de los porteros de moda, David De Gea, quien se mantiene al margen del debate que algunos se empeñan en abrir una y otra vez…

Muchos son los que quieren (no se porqué) que Iker cuelgue los guantes, que eche de forma definitiva el cerrojo a su portería y que diga esa palabra tan fea cuando se trata de despedirse «Adiós». Será entonces cuando una vez que Iker se marche, (que algún día tendrá que hacerlo porque es ley de vida), cuando comenzaremos a echar de menos a ese portero salvador, a San Iker, al de los vuelos imposibles, al que tanto le dio al Madrid, el que pasará a la historia por alzar al Cielo esa Copa del Mundo y de Europa para España, haciendo historia, haciendo que sonara por todo el mundo aquel ¡Qué viva España!…

Será entonces, cuando contaremos a nuestros nietos (porque mi hijo Iker Muñoz ha tenido la suerte de disfrutarlo) que España tuvo un portero impresionante llamado Iker Casillas, Iker I, Grande de Europa.

Twitter: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker

Fotos: The green soccer journal y GoalIKer Casillas selección Foto Goal.com