No es Pep Guardiola pero es el Pep sevillano, un entrenador joven y con unas cualidades innatas que le convierten en uno de esos entrenadores con un gran presente y un envidiable futuro…
No le llaman Pep, pese a que la traducción catalana de José sea la misma que la de Guardiola, pero con sangre sevillana corriendo por sus venas, con su pueblo, Gerena, instalado de pleno en su corazón y con la humildad y la palabra trabajo constante en su maleta de viaje, José Juan Romero es uno de esos entrenadores que hay que tener en cuenta.
De esos que te conquistan hablando de fútbol con él, de los que te llenan, los que hacen que quieras volver a ver jugar al equipo que entrene, porque la filosofía de José Juan es de fútbol, de toque, de arte, de trato fino y elegante al balón. Porque da igual que el esférico esté en posesión del delantero, del defensa o del mismísimo portero, ese Guille Castilla que es un jugador de campo más, con el 1 de liderazgo a la espalda pero con un juego de pies exquisito.
Y es que todo comenzó en Gerena, en su pueblo natal, donde José Juan ha conseguido lo más complicado en esta vida, ser profeta en su tierra, así que ya se pueden imaginar el potencial que tiene el protagonista de esta historia. José Juan Romero Gil,, técnico que llegaba al Real Betis, tarde, porque debió hacerlo la primer vez que el Betis contactó con él, pero finalmente los rectores verdiblancos apostaron por la continuidad en el filial de Merino.
Posteriormente al subir este al primer equipo tampoco se contó con el de Gerena, hasta que las circunstancias obligaban. Fue entonces cuando Antonio Polo, presidente del Gerena, recibía junto a su amigo José Juan la llamada del Betis, y se enteraba al instante de que había llegado el momento. No podía decirle que no a su amigo del alma, las circunstancias no eran las mejores porque su marcha, en plena temporada y en esa recta final tan vital del campeonato, podían ser cruciales, pero la palabra agradecimiento primaba por encima de cualquier otra cosa.
José Juan se convertían en entrenador del Betis B, un filial que se jugaba la vida con un equipo roto y psicológicamente muerto por ls resultados que habían dejado muy tocados a los jóvenes béticos. Pero entonces llegó José Juan que con su filosofía de trabajo y con esa virtud que tiene de motivar cambió el rumbo de un equipo desahuciado en Segunda B y que comenzaba a soñar con la permanencia.
Comenzaban a cambiar los números, y lo más importante, la imagen y el juego. El Betis B jugaba como el Gerena, con toque, sabiendo a lo que jugaba y cómo se jugaba a media que iban pasando las jornadas. Tan sólo faltó una cosa, vital como en la vida: tiempo. No hubo para más y pese al milagro José Juan se iba a Tercera el filial del Real Betis.
Peor todo trabajo tiene su premio y los rectores del equipo verdiblanco han asegurado la continuidad de José Juan Romero al frente del Real Betis B, justo premio a todo lo bueno aportado y a todo lo que aún tiene que venir de la mano del Guardiola sevillano, este entrenador que ha conquistado el corazón de aquellos que ven su fútbol.
Desde que accedió a los banquillos, y tras dejar muestras de su calidad en muchos equipos de Sevilla, entre ellos los del Aljarafe, José Juan Romero Gil crecía cada día desde aquel 2006 en que comenzó a dejar muestras de su buena cabeza. Ascenso tras ascenso con su Gerena desde Segunda Regional hasta Tercera división, y con una liguilla de ascenso que se escapó por un maldito penalti. Duro castigo para quien no mereció pena alguna.
Así, José Juan y el Real Betis seguirán de la mano tras renovar su contrato por dos temporadas más y con las vistas puestas en un futuro en la primera plantilla. Tomen nota de cuando se lo comento…
JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker
Foto: Real Betis
