Messi: Crónica de una muerte anunciada

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Más Fútbol, Nuestros números 1, Number1 opina

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Hablar de Messi es hacerlo de la última gran estrella del fútbol mundial, de uno de esos genios que aparecen cada muchísimos años: Di Stefano, Pelé, Eusebio, Cruyff, Maradona…

La ‘guerra’ Bartomeu-Messi llevaba tiempo abierta pero los últimos acontecimientos ocurridos en ‘Can Barça’ han precipitado el ‘caos’ que de un tiempo a esta parte se viene viviendo en la zona noble del You Camp. Con un equipo roto y con el ciclo totalmente agotado, lo que hasta ahora le había salvado en los despachos, con una humillante derrota en la Champions League ante todo el fútbol mundial, con un desastres que en lugar de calmarse se anima cada día un poco más, en definitiva, con una película cuyo guión cambiará sí o sí, dejando un antes y un después del partido ante el Bayern de Munich.

Y es que lo que se está viviendo no es más que la Crónica de una muerte anunciada. La llegada de Koeman, uno de los históricos del club, al banquillo del FC Barcelona ha acelerado el proceso ya que las decisiones tomadas al llegar no han hecho más que echar más leña al fuego. La primera de ellas, comunicar por teléfono a Luis Suárez que no entra en los planes del técnico holandés cortando de esa forma lo que algunos de los directivos denominan el ‘Clan del argentino’, el que mueve los hilos dentro del vestuario, con una banda que es la de la casa, cada vez más escasa, y de otra la que está bajo los hilos de Leo Messi.

¿Qué hay de cierto en todo ello? ¿Porqué se hace especial hincapié en ello ahora y no antes cuando los títulos caían año tras año de forma sucesiva? Está claro que hay varios motivos en ello y el principal de todo es menospreciar y dañar la imagen del argentino, y más si cabe ahora que queda en solitario si se queda sin su mejor amigo y compañero de vestuario, el uruguayo Luis Suárez. La afición, que hasta ahora se había mantenido del lado de Messi comienza a criticar al capitán culé haciéndole el gran culpable de la situación gracias a la hábil maniobra de Bartomeu para distraer la atención en todos los acontecimientos.

Messi siempre dejó claro que la cláusula no seria ningún problema o que le encantaría volver a trabajar con Guardiola, palabras de gratitud por lo vivido en su día con el que fuera técnico azulgrana ahora en las filas del Manchester City, pero hay mucho más detrás de todo ello. Una vez que ha echado la mierda encima del internacional argentino, Bartomeu busca un acercamiento con Messi una vez que ha debilitado ante la opinión pública al 10 azulgrana.

La partida ha comenzado ¿seguirá Messi en el Barça o se irá al Manchester? ¿City con Guardiola, United? Quién sabe, esto no ha hecho más que comenzar en un año raro, no sólo por la pandemia y el ya famoso COVID 19 sino también por todo lo que ha ido sucediendo en este 2020 que tardaremos mucho tiempo en olvidar.Lo que es cierto es que esto marcará un antes y un después en el equipo culé y en LaLiga española que sin Messi, y sin Cristiano Ronaldo, se debilitaría aún más, dentro de esa otra guerra paralela que tiene con la Real Federación Española de Fútbol.

Bartomeu ha dejado claro que «no contemplo la salida de Messi», algo que ha comentado como si nada en la presentación de Trincao como futbolista del FC Barcelona. Pero ¿qué piensa Messi de todo esto? Lionel está enfadado, molesto e incómodo. No por que se le intente hacer culpable de todo lo que se está viviendo, sino por cómo se está viviendo. Malas formas, y ese tono de Koeman, que no ha entrado precisamente con el mejor pie para ganarse un vestuario que lleva tiempo roto.

Koeman ha avisado a Messi que se acabaron los vestuarios dentro del vestuario pero ¿está diciendo que hasta ahora vivió a otro ritmo del resto de sus compañeros? ¿Qué fue tratado como un privilegiado? A Lionel no le ha gustado la forma de proceder del holandés, como ha entrado en su retorno al Barça y cómo ha querido hacerle el foco de los males de los azulgranas. Por eso y por otras cosas más se ha planteado por primera vez su salida del Barcelona el argentino. Ante el Bayern de Munich ya se pudo apreciar que no sólo no le salían las cosas sino que ese día… no estaba.

En el descanso, mientras salían los compañeros al terreno de juego, él permanecía cabizbajo, sentado, sin mirar a nadie y sin ejercer de ese líder que es mientras que Teo Stegen animaba uno a uno a los que iban saltando al césped tomando esos galones de los que no estaba haciendo uso el capitán azulgrana. Eso no gustó ni en el vestuario ni en la afición culé, que través de la televisión y posteriormente de las redes sociales veían como Lionel Messi había entregado el partido antes de esos segundos 45 minutos donde la catástrofe no hizo más que hacerse aún más grande. Si todavía era posible…

Todo ello unido a que Messi ha sido consciente de la debacle a medida que se iba produciendo, sin que nadie hiciera nada, ni dentro ni fuera del terreno de juego. Con jugadores que no eran na de aquello que fueron, sin enamorar como antes y viendo tristemente como lo que ayer era magia hoy se iba desvaneciendo. Ya no era aquel Barça del tiki-taka, ni el que hacía un fútbol que gustaba a culés y no culés. Pero ya no estaba Xavi, ni Iniesta, no estaba Dani Alves… y Messi por ello no era el mismo Messi. Perdió la chispa, la alegría y lo peor de todo, él se había dado cuenta y era consciente de todo lo que estaba ocurriendo, haciendo de esta historia de la que aún hay mucho que hablar, la Crónica de una muerte anunciada…

Por: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker

Foto: El Universal