Hoy, mi homenaje no es para mi amigo Antonio Puerta, tan querido como recordado, y que hace apenas unos días recibía el cariño del sevillismo. Hoy mis líneas son para vosotros: Mar y Aitor.
Queridos Mar y Aitor:
Apenas han transcurrido unos días desde el sentido homenaje que un año más rindió el sevillismo a Antonio, homenaje con un día señalado pero presente en cada día de mi calendario, tanto como siempre os he tenido a vosotros. Espero haber estado a la altura que merecéis. Llegan los días previos al Trofeo que lleva el nombre de un grande Antonio Puerta, y la zurda de diamantes vuelve a ser protagonista en los periódicos, las radios, televisiones…
Pero como decía Julio Iglesias, la vida sigue igual. Igual como ha sido para ti querida amiga Mar desde el triste desenlace, igual para Aitor que lo que sabe de su padre lo sabe por ti que tan buen ejemplo le estás dando en tu faceta de Mamá-Papá, y por toda esa gente que se acerca para conocerle y decirle lo grande que era Antonio, ese padre que se quedó con las ganas de que Aitor le atrapara el dedo con su mano como alguna vez me dijo cuando hablábamos de nuestras ganas por ser padres.
Y sí, la vida continúa, no hay otra que levantar la cabeza, mirar adelante, sí, echando la vista atrás para que los recuerdos lo mantengan tan vivo como una Leyenda como él merece, como se ganó en el césped del Ramón Sánchez Pizjuán, con esa camiseta de su Sevilla FC que le valió primero para hacerse indiscutible en su club y posteriormente para tocar la gloria de la selección española.
Esa gloria que se fue con él en lo deportivo pero que se quedó con nosotros en lo humano, eso que no se compra con el dinero. Antonio, como hombre detallista que era nos dejó su mejor legado, a vuestro hijo, Aitor, ese niño que pese a la ausencia física de un padre, ha crecido con él muy cerca. Porque tú Mar le has traslado lo más importantes sos valores tan dejados en la actual sociedad.
Aitor ya no es ese bebé que cuidabas con una protección especial, ha crecido, se ha ido haciendo mayor y tiene sus propios criterios y visión de la vida. Toma sus decisiones, con esa personalidad de un niño de 11 años, ya camino ya de 12, que respira a la par de una madre especial y unas hermanas que con su cariño hacen que no le falte amor a un niño increíble.
En todo este tiempo, se dijeron muchas cosas, se intentó manchar una imagen, la de una persona indefensa, rota de dolor, alguien que dejaba de ser pareja para con un avanzado estado de gestación ponerse poco más tarde el traje de Mamá, de esa Súper Mamá que desde entonces ha hecho lo posible y lo imposible para que Aitor sea ese niño feliz que a día de hoy es.
Durante todo estos años has estado en silencio, sin aparecer en la foto, dejando que el protagonista sea Antonio y en su defecto vuestro hijo, Aitor, que es sin duda el mejor legado que Antonio nos dejó tras su marcha, ese hijo que crece a imagen y semejanza de su padre, con ese cariño y educación que tú le has dado, sin olvidar que es hijo de Antonio pero regalando sonrisas que ya lágrimas derramamos suficientes en el pasado.
Y esa sonrisa que cada día le arrancas es sin duda el mejor regalo que le hacemos a nuestros hijos y que ellos saben devolvernos pero con intereses de alegría y gratitud. Por eso queridos Mar y Aitor, permitirme, que a diferencia de como hago cada año desde aquel desgraciado 28 de agosto de 2007, este año mi homenaje no sea para él, se que Antonio sabrá perdonármelo y sí para su pareja y su hijo, los que con su forma de ser honran cada despertar su inolvidable figura.
Texto: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker
