No entiende de justicias este grandioso deporte donde una pelotita, sí, un esférico se encarga de repartir la suerte en dosis desproporcionadas. Brasil sigue adelante, pero Chile fue mucho mejor.
Cuando la fortuna la imparte un juez tan caprichoso como un balón puede pasar de todo, y una vez más, esa caprichosa pelotita fue la encargada de no repartir justicia en un partido que el pueblo chileno tardará mucho tiempo en olvidar. Un partido que será siempre recordado, pero no por la eliminación de un Mundial donde Chile mereció seguir adelante no; será recordado por muchas cosas más. Será recordado por como una selección humilde pero grande y unida fue capaz de poner entre las cuerdas y al borde del KO a la anfitriona, a la pentacampeona del mundo, a la Brasil de los grandes nombres, porque los hombres visten de rojo y los encabeza su capitán Claudio Bravo. Brasil estuvo al borde del precipicio, a punto de vivir otro Maracanazo que sigue presente en la historia.
Porque Chile no fue mejor, Chile fue mucho mejor, manejó el partido a su antojo e hizo todo por nada de Brasil. Por hacer hizo hasta en propia meta el gol de unos brasileños que como caricaturas sufrían una y otra vez el buen bloque chileno, con una selección unida, cargada de polémica en ocasiones por desbandadas y salidas nocturnas pero que cuando se pone la casaca roja demuestra sentimiento, entrega, amor a unos colores, a una bandera. El Profesor Martín Lasarte lo describe perfectamente en su Facebook, el fútbol no puede ser tan injusto con quien lo entrega todo para ganar. El fútbol no debe entender de nombres, poderes o presupuestos… El fútbol no puede golpear tan duramente a un pueblo chileno, representado por La Roja, que ante Brasil demostró que es grande, muy grande, y sobre todo que si alguien mereció seguir adelante sin tener que llegar a los penaltis esa fue Chile. Gracias Chile por lo que nos has regalado. Twitter: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11ara Foto: Larepública.pe
