Cuando la semana pasada nos enteramos de que el partido contra el Levante iba a ser retrasado media hora y, sobre todo, de los motivos de dicha modificación de horarios, la indignación se apoderó de todo el sevillismo. Y de cualquier aficionado con un poco de sentido común.
La falta de respeto era de tal calibre que la cosa no podía ser de otra manera. Las redes sociales echaban humo, aunque todos sabíamos que no se trataba si no de nuestro legítimo derecho al pataleo, ya que nada de eso valdría para cambiar la decisión. Muchos mirábamos al club, extrañados por su silencio. Y ayer supimos el por qué de que no se dijera nada desde la directiva ante este atropello. Las explicaciones de Del Nido asegurando que supieron lo del cambio de hora desde un primer momento y que aceptaron a cambio de compensaciones son, para mí, cuanto menos decepcionantes. Desde que nuestro presidente abandera la lucha por un reparto más justo de los derechos televisivos, yo me siento más orgulloso aún de ser sevillista. Más si cabe, y ya es decir, porque me parece la postura más digna posible dada la situación actual del fútbol español. Pero la reacción de la directiva ante esto del cambio de hora está, en mi opinión, en las antípodas de esa dignidad que menciono. Yo habría entendido perfectamente que Del Nido hubiese dicho algo así como que el dinero de la TV supone un porcentaje importantísimo del presupuesto del club y que no tienen más remedio que obedecer cuando les imponen estas cosas. Y si además añade que evitar estas tropelías ese es uno de los motivos por los que se está en la lucha por una liga más justa, pues me hubiese ganado por completo. Sin embargo, habla de compensaciones. ¿Qué tipo de compensaciones? ¿Parecidas a las que reciben Atlético y Valencia por ponerse de lado de Madrid y Barça y en contra de ese grupo de seis o siete que lidera el Sevilla en el asunto de la TV? ¿O semejantes a las que recibieron Getafe y otros por no acudir a aquella reunión en Sevilla de principios de temporada? No creo que nos enteremos de qué se trata. Y sin duda beneficiarán al Sevilla, pero no me gustan las bajadas de pantalones. Yo soy un firme defensor de la gestión de Jose María del Nido al frente del Sevilla. Creo que es el mejor presidente de la historia (con permiso de Sánchez Pizjuán) y que en la actualidad no hay nadie, ni de lejos, capaz de sustituirle con garantías. Esa es mi opinión. Sin embargo, como toda persona humana, hay veces en las que se equivoca. Lo ha hecho en ocasiones anteriores y lo ha vuelto a hacer ahora con esto de las compensaciones. Y lo digo sin saber de qué se tratan, que igual estoy metiendo la pata y me tengo que tragar las palabras. Yo no sé lo que se cuece dentro del club y es posible que mi ignorancia esté haciendo que me equivoque yo al hablar así. Sin embargo, sea como sea y como decía al principio, la verdad es que me siento bastante decepcionado con esta decisión. Twitter: @Ravesen_