Once como Rubén Castro

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en La firma invitada, Más Fútbol, Number1 opina

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31 Betis-Gijon Ruben Castro

Por: JOSÉ MIGUEL NAVARRO @lapelotadepapel

El dos de agosto de dos mil diez, la web oficial del Real Betis anunciaba un fichaje. Era Rubén Castro Martín, futbolista del Deportivo de la Coruña de veintinueve años, al que aún le quedaba un ejercicio más de contrato con los gallegos pero con el que no contaba su entrenador, Miguel Ángel Lotina.

El jugador, ciertamente, venía de enlazar dos cesiones consecutivas y tras una carrera que lo había llevado a recorrer media España jugando con entidades menores del balompié patrio como Las Palmas (club donde se formó), Albacete, Racing de Santander, Nastic de Tarragona, Huesca, Rayo Vallecano y el citado conjunto coruñés, acaso la de más prestigio.

Casi seis años después y convertido -partido a partido, gol a gol, en una muestra de regularidad digna de elogio- en máximo artillero de la historia de los heliopolitanos, pocos deberían dudar de la sorprendente trascendencia (por inesperada), de un tipo cuyo fichaje algún notable prócer se atrevió a catalogar como “mala gestión” y que aquí ha dejado sus mejores días de fútbol.

Pues bien, camino de los treinta y cinco años y, por tanto, enfilando una retirada cada día más cercana, hay quien se ha empeñado en hacerlo exigiendo al canario de Las Palmas que, a estas alturas de carrera, cambie su manera de desenvolverse dentro del rectángulo de hierba para ayudar al equipo en defensa.

Como si anotar ciento veintisiete goles no fuese suficiente aporte. Como si, aparte de ser el pelotero más decisivo del Betis, tuviese que ser el líder de una tarea para la que no está preparado y en la que pierde la frescura y esa clarividencia definitoria que lo hace letal en los metros finales.

Que se cuestione al futbolista de la Liga que más puntos da a los suyos (13 como Luis Suárez del FC Barcelona), es otro síntoma de la poca sapiencia futbolística del pernicioso entorno que influye en una entidad que es un auténtico disparate por cosas como esta.

Sobre todo, cuando es el único que ha sido capaz de ver puerta más de una vez en el campeonato y que, con doce dianas o sea, el doble de las anotadas entre todos por Joaquín, Petros, Pezzella, Vargas, Westermann y Musonda (fichajes de un Maciá al que no se cuestiona públicamente) se encuentra a apenas seis de repetir su curso más exitoso en Primera.

Quizás si, desde esas mismas trincheras, se hubiese exigido al Director Deportivo valenciano que hubiese acertado con alguno de los hombres que vinieron a reforzar el equipo o a esos fichajes cumplir su cometido con la eficacia del veinticuatro, no estaría el Betis jugándose el descenso con clubes cuyo presupuesto, en algunos casos, no es ni la mitad del de la entidad de la Avenida de la Palmera.

Por eso, apuntar hacia el hombre que lleva sosteniendo a la institución los últimos seis años es ruin. Rubén, con alguna honrosa excepción, es de lo poco a la altura de una masa social de cuarenta y cuatro mil abonados. Con diez más haciendo su trabajo como él, no digo ya solo en el césped sino hasta en los despachos, el Betis no sufriría y aspiraría a cotas más acordes a su potencial. Convendría no olvidarlo a la hora de formular juicios de valor.

Twitter: JOSÉ MIGUEL NAVARRO @lapelotadepapel

Foto: JOSÉ EMILIO GÓMEZ @JoseEmilioGomez