Del Cielo al infierno en apenas dos jornadas. Ya sabemos que la memoria es muy débil en el mundo del fútbol pero es el momento de mantener la calma y confiar en un equipo que responde.
Pleno, cuatro de cuatro, o lo que es lo mismo, doce puntos de doce posibles y el Betis líder en solitario por encima de los potentes FC Barcelona, Real Madrid, Valencia, Atlético… e incluso de su gran rival futbolístico, el Sevilla FC, algo para lo que habría que remontarse muchos años atrás para encontrarse similar situación. El beticismo eufórico, exhultante, lleno de rabia, de alegría y sacando el orgullo de las trece barras para gritar a los cuatro vientos que su Betis, su Betis del alma, el Betis del ‘manque pierda’ está líder de Primera a pesar de venir desde abajo, desde el infierno de Segunda. Entre tanto momento de éxtasis y euforia un hombre calmado, con los pies en el suelo; invitando a la gente a disfrutar del momento, a sacar y expresar su alegría, pero avisando de que esto no es más que ir paso a paso, sumando sin prisas pero sin pausa, y sabiendo que están en otra Liga. Que será difícil hacer frente a los grandes pero que nadie les va a arrebatar esa sueño de verse como líderes después de muchos años, dos, que se hacen eternos en ese pozo de Segunda tan poco propicio para equipos del historial del Real Betis Balompié. Ese hombre que pedía calma y tranquilidad se llama Pepe Mel, técnico del Betis. El mismo que mostraba su orgullo cuando ganaba su Betis sabe ahora echarse las críticas a la espalda cuando, dos inesperadas derrotas ante los rivales más ‘endebles’ en teoría de este arranque liguero, le han hecho besar la lona y probar el sabor de la derrota. Pero Mel ni se inmuta. Sigue siendo el mismo, consciente de que era el primero que las derrotas llegarían algún día y que había que estar preparado para ello. «Ahora tenéis que vender crisis o fracaso que es lo que vende», anuncia el propio Mel, hombre de fútbol y que sabe cómo se mueve este negocio en el que todo dira en torno a un balón.
Calma y tranquilidad, esa es la lectura. Ese es el mensaje de un técnico que ha demostrado saber lo que lleva entre manos. Un rendimiento excelente en Segunda, ascenso incluido, y una respuesta excepcional en Primera división donde de comparsa se ha convertido en un equipo a tener en cuenta a pesar del mal primer tiempo de Getafe y el partido ante el Levante. Si antes puso freno a la euforia ahora lo hace a la señal de alarma que algunos quieren poner tras las dos derrotas consecutivas cosechadas en la Liga. Ni antes iban a ganar la Liga ni ahora a perder la categoría. Calma y tranquilidad, ese es el mensaje que Pepe Mel ha querido mandar a los suyos, pero no sólo a sus jugadores, sino también a su afición que ha sabido corresponder al trabajo de sus futbolistas como demostró al término del partido frente el Levante. Aplausos para un equipo que perdía cero a uno ante un conjunto inferior y que en otros tiempos habría sido sinónimo de pitada o pañolada. Los tiempos van cambiando. El discurso de Pepe Mel ha calado hondo desde el principio por muchos motivos pero especialmente por la cordura que este aporta, sabiendo sacar pecho cuando la ocasión lo ha requerido y a remar con más fuerza cuando las cosas no han venido bien dadas. Por eso, ahora que los resultados no acompañan es cuando más unidos hay que estar: Consejo, cuerpo técnico, equipo y afición. La próxima salida, que vendrá tras el parón de esta semana, no invita al optimismo pero este Betis ha demostrado que en campos como el Bernabéu y ante equipos como el Real Madrid es capaz de sacar su mejor cara para demostrar una vez más que este Betis es de Primera.
