«Es imposible cambiar los horarios». Con esa y escueta nota ha respondido la Liga de Fútbol Profesional a la queja formulada esta misma semana por los horarios de los partidos del Betis.
Se puede ser malo o muy malos. Y en lo que a los dirigentes de la Liga de Fútbol Profesional se refiere (LFP) parece que predomina lo segundo. Porque se puede responder sin razón o responder con argumentos, y en este sentido la LFP hace caso de lo primero, es decir, se hace porque sí, porque lo digo yo. Ni una sola explicación para argumentar si la protesta formulada formalmente por el Real Betis Balompié a la Liga de Fútbol Profesional está bien argumentada o no. En un escueto y pobre comunicado la LFP responde al Betis de la siguiente forma: «Es imposible modificar los horarios». Hasta aquí todo perfecto pero: ¿Cuál es el motivo por el que no se pueden modificar? ¿A qué se debe que el Real Betis sea el más perjudicado con horarios poco acordes a la práctica del fútbol en una ciudad como Sevilla? Respuesta: Ninguna. Eso es lo que hay y al equipo verdiblanco sólo le atañe acatarlo porque así lo ordena el que desordena todo, es decir, José Luis Astiazarán. Esto significa que siguen inamovibles los horarios de los próximos encuentros del conjunto verdiblanco, que una vez más se ve desamparado por el organismo que demás de ‘lucrarse’ gracias a los clubes se supone que también está para velar por los intereses de ellos. Esto significa que el Betis viajará hasta la Ciudad Condal el jueves 27 del presente mes para enfrentarse al Espanyol, mientras que su rival en la siguiente jornada, el Racing de Santander dispondrá de dos días más para descansar ya que se medirá al Sevilla en el Sánchez Pizjuán el 25 de octubre, con el perjuicio que ello supone para los intereses verdiblancos. Ya el día 30 de octubre, en el Sardinero, se enfrentarán Racing de Santander y Betis. Esto fue precisamente lo que provocó la queja formal del equipo que preside Miguel Guillén ya que entendía que se perjudicaba descaradamente al conjunto del Benito Villamarín. Un agravio comparativo con el Betis, en lugar de buscarse unos horarios y unas fechas que beneficien por igual a todos los clubes de la LFP y no sólo a unos cuantos.
