Nadie pone en duda el triunfal paso del Real Betis en la presente temporada, que está a punto de tocar a su fin a falta de apenas una jornada, momento por tanto para hacer balance del éxito bético.
Y la temporada llegó a su fin, o casi. Un curso 2017/2018 que tardará muchísimo tiempo en olvidar la parroquia verdiblanca toda vez que su paso ha sido mucho mejor de lo esperado incluso por los más optimistas. Nadie confiaba en estar por encima del Sevilla FC, vecino y siempre rival, lograr estar en Europa y que la presencia europea de los sevillistas estuviera en su mano.
Nadie confiaba estar tan tranquilo y con los objetivos no solo conseguidos sino superados mucho antes del final de la temporada regular. Y menos aún, tras el traspiés sufrido en la Copa del Rey cayendo ante un equipo de inferior categoría. Comenzaron las primeras voces críticas hacia el lado fácil y más débil, el banquillo, miradas en torno a Quique Setién y su continuidad ya que alguno no entendía su apuesta por el fútbol bonito que a veces jugaba en contra en lo que a resultados se refiere.
Fue entonces cuando desde las altas esferas se puso esa calma y cordura tan necesaria en la vida. Se cortó de cuajo cualquier tipo de duda al tomar el mando Haro con López Catalán y con Serra Ferrer como principal aliado: «Este proyecto no se entiende sin Quique Setién, es un proyecto a largo plazo, de ahí la duración de su contrato, y seguiremos adelante con el técnico en quien confiamos la pasada pretemporada».
Y así fue. El cántabro siguió al frente del equipo, y la cúpula hizo fuerte, con su decisión, al técnico. El Real Betis pasó esa racha irregular y siguió adelante. Y entonces comenzó el crecimiento del nuevo Betis, de esa entidad renovada, de ese Betis limpio, transparente y sin las sombras del pasado que tanto daño le hicieron al Real Betis en los últimos años, afectándole tanto en lo económico como en lo deportivo.
Era el secreto del éxito, el de un Betis que se hizo fuerte por sus propios ideales, por apostar de lleno en lo que creía incluso cuando algunos resultados invitaban al cambio. Al fin y al cabo los resultados nunca deben ser a corto o medio plazo, sino a largo plazo, especialmente cuando hay un contrato de larga duración y porque si se confió en Quique Setién el pasado verano fue consciente de su clara idea y apuesta por su fútbol de toque. El mismo que los que ayer criticaban, hoy aplauden.
Pero este éxito del Real Betis está mucho más que en Setién y Serra Ferrer, otro de los grandes artífices del gran éxito verdiblanco en esta temporada 2017/18. Este éxito está en la cabeza pensante, en la cúpula, en el presidente y su mano derecha, López Catalán, los que tuvieron la confianza en el técnico y que disfrutaron de esa lealtad de los que en su día depositaron su voto en ellos incluso cuando los resultados no acompañaron y las sombras aparecieron.
La temporada ha tocado a su fin. El Real Betis ha puesto punto y final, a falta de la despedida de la temporada en la capital de España ante el Leganés, con sobresaliente. Clasificación para la UEFA Europa League, terminar la temporada después de muchos años por encima del vecino Sevilla FC y lo más importante, recuperando el crédito perdido en los últimos años. Ahora falta tras dar un gran paso y entrar en Europa, lograr el más difícil todavía tras llegar: mantenerse.
El Real Betis disfruta de su momento más dulce tras muchos años de sufrimiento y llega el momento de que el beticismo lo disfrute como merece: a lo grande.
Texto: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker
Fotos: JOSÉ EMILIO GÓMEZ @JoseEmilioGomez
