El Real Betis Balompié afronta la vuelta de semifinales de la Copa del Rey en Mestalla, después del empate a dos de la ida en el Villamrín, con el Betis en busca de la remontada que le de acceso a la final.
Nervios a flor de piel, insomnio, y sobre todo muchas ganas e ilusión en todos los corazones béticos, no sólo de los que tienen la fortuna de poder estar en Mestalla, sino de todos los béticos del universo que mañana estarán apoyando a los suyos para conseguir un hito histórico, acceder a una final de Copa 15 años después y encima, en su propio estadio.
De nada sirve decir que es un partido muy importante, una final, que tanto el equipo como el cuerpo técnico se juegan y deben poner la vida durante los 90 minutos para conseguir el pase a la siguente ronda, que hay mucha ilusión en el beticismo, y que los 11 guerreros que mañana alinee Quique Setién estarán como en casa gracias al apoyo de muchisísimos béticos desplazados para alentar desde la grada.
Pero el Betis no juega solo. El Valencia, y especialmente su entrenador, Marcelino, conocen muy bien tanto al Betis como a Quique Setién, y plantearán un partido en el que las dificultades defensivas de los verdiblancos, sean aprovechadas por los jugadores valencianistas en el que es quizás, su punto más fuerte, el juego al contraataque, por lo que el conjunto verdiblanco deberá controlar esa ansiedad que numerosas situaciones del encuentro pueden producir.
Sin duda, veremos un encuentro muy disputado y bonito, donde tal y como se dejó claro en declaraciones previas al encuentro, los jugadores del Betis saldrán todos a morir por la camiseta, y a intentar conseguir el pase a la final, y con ello, comenzar a soñar con tocar, de nuevo, la gloria.
Texto: MANU COLCHÓN ÁLVAREZ @manueljesuscol2
Foto: REAL BETIS BALOMPIÉ.
