Llegó al Betis después de casi dos años intentando su fichaje. Su calidad, su edad y su proyección hacían de la operación un dulce caramelo. Su mal partido en Getafe le ha puesto en el disparadero.
Se llama igual que hace un par de temporadas cuando el Betis se fijó en él e insistió en su fichaje. Tan sólo ha cambiado que tiene dos años más y ha crecido en experiencia, lo que no es más que una garantía y un añadido más a las buenas razones para contar con Matilla. Pero ya saben que el mundo del fútbol no entiende de memoria y que esta es leve en el deporte rey. De ahí que Matilla haya pasado de héroe a villano sin apenas tiempo para dar las buenas tardes y presentar esas credenciales que le trajeron al Betis como objetivo prioritario. Una inversión de cerca de 1,3 millones de euros, excesivos para la más que tocada economía verdiblanca pero más que justificada dada la calidad del ex centrocampista del Villarreal. Llegaba como referente, como ese líder natural que necesita todo equipo dentro y fuera del terreno de juego, como ese futbolista franquicia que le permitiera dar al Betis ese salto de calidad. Pero las previsiones no se han cumplido hasta la fecha. Importante este último matiz, hasta la fecha… Aún no han transcurrido más de cinco jornadas de Liga y algunos se han apresurado a tildar su fichaje de error sin darse cuenta que el verdadero error es precisamente ese, adelantarse a los acontecimientos y hacer balance en pleno mes de septiembre en lugar de hacerlo allá por el mes de mayo o junio.
Matilla es un futbolista importante, lo ha sido en los conjuntos donde ha estado y lo será en el Betis seguro a nada que pueda disfrutar de esa continuidad y esa confianza que todo futbolista necesita. Su calidad le permite ser el referente e incluso jugar un poco más adelantado si la ocasión lo requiere y lo haga en un sitio u otro siempre ha respondido. No como verdiblanco pero paciencia, es cuestión de tiempo. Acostumbrado a competir sabe aprovechar sus oportunidades y sería injusto ponerle la cruz simple y llanamente porque ante el Getafe no estuviera bien. Mel fue el primero que le mostró su malestar por su mal partido al dejarle en la caseta en el descanso sin permitirle la reacción. La situación era muy complicada y no era cuestión de experimentar. La competencia con la que se ha encontrado es grande: Beñat, especialmente, y Salva Sevilla e Iriney, sin olvidarnos tampoco de Sergio otro futbolista que viene empujand fuerte y que además gusta a Pepe Mel. De fichaje estrella a buscarse la vida para poder formar parte, no ya sólo del once inicial sino de la propia convocatoria. Una medida provocada por el propio Pepe Mel para tocar el orgullo de su futbolista, una de sus peticiones para reforzar la plantilla esta temporada, y provocar de esa forma una reacción positiva que sea prolongada al terreno de juego. De héroe a villano y preparado para dar la vuelta a la situación.