Para no ser ventajista: ¡Gracias Pepe!

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Number1 opina, Real Betis

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Mel se juega hoy una final, no será la primera de su carrera pero tampoco la última. Sabe que en este caprichoso mundo del fútbol todo depende de que la ‘pelotita’ entre. Lo haga o no… ¡Gracias!

Pepe Mel se juega hoy una gran final, que por su amplia trayectoria en el mundo del fútbol les puedo asegurar que no será la primera pero tampoco la última. Por ello, escribo estas líneas antes de saber lo que pueda ocurrir en el césped del Reyno de Navarra, para no ser ventajista, para que no digan que saco pecho ahora que el Betis ha ganado o que se asegura Mel su continuidad.

Mi opinión no va a cambiar; gane, empate o pierda el Betis en Pamplona. Porque la claridad, la sinceridad, la humildad y la profesionalidad de Pepe Mel así lo dicta. Cogió a un equipo muerto, a un conjunto en el infierno de Segunda, tocado en lo moral, con urgencias, con hambre de Primera. Y lo llevó donde debe estar un conjunto como el Real Betis Balompié.

Cumplió el objetivo que le encomendaron. Aún así no sacó pecho. Siguió con su discurso humilde, sencillo, cercano, como gusta al aficionado. En el retorno a Primera logró ilusionar a la afición, hasta tal punto que en apenas cuatro jornadas lo colocó líder e hizo que la gente hablara de Europa. Pero el permaneció impoluto. Ilusionado y orgulloso por lo logrado, no renunciando a ningún sueño imposible pero recordando que la Liga del Betis era otra: la permanencia.

Las jornadas fueron pasando y el Betis acusó en exceso su mala fortuna en los metros finales. Faltaba la salsa del fútbol: el gol, y lo pagó muy caro. Derrota tras derrota cuando al menos hacía méritos para sumar de uno en uno. La diosa fortuna le había dado la espalda. Fue entonces cuando aparecieron los oportunistas, esa ave rapaz tan común en el mundo del fútbol que siempre aparece cuando el banquillo comienza a quemar.

Mel no entró al trapo. Aceptó la crítica como antes rechazó el halago excesivo. Su talante así se lo dicta. El Betis acumulaba jornada tras jornada sin ganar, alcanzando la friolera de un sólo punto de los últimos veintisiete disputados. Y volvió a aparecer el fantasma de la destitución. Todo habría sido distinto si las cuatro victorias iniciales se hubieran alternado con las derrotas, pero el destino de este Betis ha sido así de caprichoso.

Me niego a pensar que el partido ante Osasuna en el Reyno de Navarra sea el último de Pepe Mel como técnico del Real Betis Balompié, su Betis, el equipo al que siempre quiso entrenar. Por muchas cosas, pero principalmente por una por encima de todas: porque no sería justo. Como tampoco lo es que en estos momentos donde alguno tendría que haber dado un golpe en la mesa para mostrarle su apoyo máximo el madrileño se haya visto algo desamparado.

Desamparado y poco apoyado por Vlada Stosic, que mucho tendrá que ver en las cosas que se han hecho mal en esta plantilla. Poco apoyado por José Antonio Bosch, hombre que en la parecela administrativa tanto ha ayudado y que tan desafortunado estuvo este misma semana, tras el partido ante la Real, para hablar de las medidas adoptadas tras la reunión con Pepe Mel del pasado lunes. ¿Acaso se ha metido Mel en cómo llevar la parcela administrativa del Betis para que alguien le quiera dar lecciones técnicas y tácticas a todo un técnico nacional? ¿O es que Bosch tiene el titulo de entrenador y no nos hemos enterado?

¿Qué el Betis va a cambiar su forma de juego? Lo siento pero no es eso lo que ha estado fallando en estas jornadas de sequía. Menos mal que en este loco mundo del fútbol no todo es así. La tranquilidad aportada en estos momentos por el presidente Miguel Guillén y Rafa Gordillo, han servido de mucho a Mel en una semana que nunca olvidará. Una semana dura, eterna si me apuran y en la que ha deseado que llegara el partido ante Osasuna más que cualquiera de los que ha tenido que afrontar hasta la fecha en su trayectoria deportiva tanto de entrenador como antes de jugador.

Por ello, antes de que pase nada. Antes de que el Betis gane, pierda o empate ante Osasuna quiero decirle a Pepe Mel ¡Gracias! Gracias de corazón míster, gracias por tu sencillez, por tu buen hacer, por tu sinceridad, por saber callar cuando te hubiera gustado gritar. Pero sobre todo gracias por tu gratitud a una afición que pase lo que pase no olvidará nunca que Pepe Mel Pérez, un tipo extremadamente sencillo fue el que les llevó otra vez a Primera.

Twitter: @tara11ara