Benfica y Betis se enfrentaron este miércoles en un partido amistoso que bien habría servido como contraprestación por el fichaje o cesión de Nolito al Betis, algo que finalmente no se produjo…
Hay cosas en las que este Real Betis ha crecido mucho en estos últimos años, especialmente de la mano de Miguel Guilén a la cabeza, un empresario acostumbrado al mundo del marketing y los avances tecnológicos. Pero en otros, este nuevo Betis debe aún crecer, madurar, profesionalizarse aún más. Uno de ellos es la secretaría técnica donde hay aspectos que siguen siendo como en aquella época pasada de «lo que diga don Manué». Los «faxes y los faxes llegaban», pero sin que se le diera el debido cause que demanda un club del nivel del Real Betis. Depende de donde llegue el jugador, es decir, quien le represente es más factible que se haga la operación y de lo contrario no hay ni llamada de retorno para decir que el futbolista en cuestión no interesa. Todo esto para acercarles la información de la que ha tenido constancia de primera mano desde Lisboa NUMBER 1 SPORT sobre el tan comentado tema Nolito, uno de los futbolistas que más gustaba para dar el famoso salto de calidad, y de paso lograr hacer realidad el sueño de Rafa Gordillo y Miguel Guillén de ver a Nolito vestido de verdiblanco. Pero el fichaje no se concretó y no precisamente por el impedimento del futbolista o su club de origen, sino que para ser más exactos, no se cerró por la torpeza de Vlada Stosic en lo que era y lo que él entendió que eran las condiciones. Sin duda de película cómica aunque a buen seguro que al aficionado verdiblanco no le hace gracia alguna saber lo cerca que estuvo de venir al Betis y que la torpeza de un empleado no lo hiciera posible.
Nos comentaban en Lisboa el pasado miércoles que el Benfica viendo el interés del futbolista en salir con destino al Betis y que por otra parte su técnico no lo consideraba esta temporada con ese ‘rol’ de titular que tenía la pasada campaña, accedió a su salida. La oferta final era de dos millones de euros, por su cesión, prácticamente un ‘regalo, pese a la precaria situación de los verdiblancos ya que fichaban a un futbolista de ataque que también podía jugar en banda o de mediapunta cuando la ocasión lo requiriera, y además lo más importante, con gol. Stosic pidió que le mandaran la documentación por fax, sí señor, como en la época de Lopera y una vez que estuvo en su poder se la facilitó a José Antonio Bosch, al que le había dicho el secretario técnico que se podía comprar por dos millones de euros. Claro, cual fue la sorpresa e indignación de Bosch cuando al leer y revisar la documentación descubre que sí la cifra es correcta, dos millones de euros, pero que este no era más que el precio de cesión por una temporada de Nolito al Betis. Como era de esperar el enfado de Bosch fue monumental, ya que esa cantidad por una cesión era desorbitado por la situación económica del club y lo único que se consideraba viable era esa cifra o incluso algo más pero siempre y cuando fuera por la compra del futbolista o en su defecto una cesión con opción de compra donde estos dos millones de la cesión se rebajaran de la cantidad final. En defintiva… ¡ver para creer! Twitter: @tara11ara
