El homenaje a Giulio, popular por su participación en el ‘Debate del Sevillismo’, no estuvo a la altura de lo que una Entidad señora como el Sevilla FC merece. Fallaron los pequeños detalles…
Se llamaba Giulio Guerrera y si por algo se caracterizó en su vida es por ser una persona educada, correcta hasta límites insospechados y respetuoso en cada una de las acciones de su vida. Por eso me duele, mejor dicho, me indigna el ¿homenaje que le realizó el pasado miércoles el Sevilla Fútbol Club? Homenaje organizado por el director de marketing y subdirector de organización y gestión. Mucho cargo, poca vista… Como les decía Giulio siempre fue una persona tremendamente educada y respetuosa. Por ello, no entiendo, no llego a comprender, y les puedo asegurar que he demorado estas líneas para reflexionar y documentarme, que el Sevilla FC y el organizador del homenaje, Manolo Vizcaíno, le hayan faltado el respeto a Giulio. No entiendo que a ese homenaje de Giulio hayan faltado, o mejor dicho, no hayan sido invitados su viuda, Roció Rivas, la persona que le ha acompañado más de la mitad de su vida. Sí, no vivían juntos estos dos últimos años pero siempre estuvo ahí. Me da pena pensar que se realice un homenaje a Giulio y se haya obviado invitar a su hija Lucía, tan Guerrera como cualquiera de los demás, y a la que lo único que diferenciaba de sus otros hijos era el segundo apellido, Rivas. No entiendo que no se haya invitado a los amigos de Giulio, con los que compartió miles de ratos inolvidables, de horas de risas y lágrimas. A los que compartimos una noche amarga y dura cuando nos comunicaba su terrible enfermedad que se lo fue comiendo poco a poco. Que no se haya contado con su otro hijo, Fernando ‘Chicho’, con el que tenía una relación especial por dos de sus pasiones compartidas, el Sevilla FC y esos Biris Norte. No entiendo que haya quien en estos momentos tan duros no olvida el rencor ni el odio porque alguien en el pasado se atrevió a decirle: ¡No Manolo, así no! ¿Ni en el adiós de un amigo somos capaces de aparcar esas estúpidas rencillas del pasado? ¿Esas que nos han llevado por caminos diferentes? Puedo llegar a aceptar que me prohiban hacer entrevistas con futbolistas del Sevilla, coartando mi libertad de expresión y el derecho a la información que como periodista tengo. Que le digan a algunos futbolistas que prohibido juntarse en sus horas libres conmigo, pero… ¿Dejar fuera a gente como Alexis Correa, Manolo Díaz y su esposa Mercedes Tovar,
amigos de Giulio por no llamar a las cosas por su nombre? ¿Esa es la libertad que tanto abanderamos desde los medios oficiales? Alguno podrá decir que estas líneas son fruto de que ya no estoy en el Sevilla FC. Perfecto, lo respeto, pero a los que opinen eso les invito a la reflexión. ¿Y no creen que eso lo podría haber hecho desde mi salida del club en la que se me ha hecho la vida imposible por no firmar un papel del que habría mucho que hablar? Pues no lo he hecho, no he escrito muchas líneas pese a que me he tenido que morder la lengua para no morir envenenado. Lo hago ahora en el que veo que no se respeta la memoria de un amigo. De un amigo, Giulio Guerrera que si por algo se caracterizó fue por ese respeto que mostraba siempre. A los que pensaban como él y a los que eran contrarios a su ‘oficialismo’. A Giulio les puedo asegurar que también le habría gustado que en esa mesa, y en esa comida de homenaje, pagada por el Sevilla Fútbol Club, también estuvieran Alexis Correa, José Miguel Muñoz… y por supuesto, no se habría sentado en esa mesa si supiera que no se contaba con la niña de sus ojos, su pequeña Lucía, o su querida Rocío. Mención aparte merece la ausencia del presidente Del Nido. Tan ausente en el tanatorio como en la misa de despedida por el eterno descanso de Giulio, que siempre dio la cara por su presidente. Una carta en la web y esas líneas en la fotografía que regalaron a tres de los hijos de Giulio, que no a todos sus hijos, es una escasa presencia para alguien por quien Giulio siempre dio la cara. No habría estado mal hacer acto de presencia como en las Peñas para vender sevillismo. Y por último la comida. Faltaron pocos, muy pocos, y estuvieron la mayoría de los que pasaron en algún momento por la mesa del Debate del Sevillismo. Curiosamente de los pioneros del Debate, tan sólo estaba mi amigo Juanma Escobar ‘El Coleta’, quien también estuvo acompañando a Giulio en su último adiós, no como muchos de los que se sentaron en aquella mesa para comer pero no para despedir al homenajeado. Descanse en paz Giulio Guerrea, un amigo genéticamente sevillista. ¡Hasta siempre! ¡Ciao Giulio! Twitter: @tara11ara