El Sevilla se pone en manos de Hiroshi, o lo que es lo mismo, el Niño del Sol Naciente, un claro ejemplo de cómo la mala planificación comienza a pasar factura. Y sólo han pasado 10 jornadas…
Ya lo avisó NUMBER 1 Sport, como lo hicieron miles de sevillistas a través de los foros, las emisoras de radio, los blogs e incluso en la barra de un bar. Y que decir de la ciudad deportiva donde grandes aficionados, de los de ese fútbol de cuna, se empapan de las estrella del mañana para cuando dan el salto al primer equipo decir: este vale, este no, con la misma certeza como si del gran Pablo Blanco se tratara. Pero de un tiempo a esta parte algo falla. Como ya les he repetido hasta la saciedad, mi compañero Nacho Mateos lo avisó a través de NUMBER 1 Sport y de esos Latidos de Nervión que tanto escuecen… el precio de decir lo que uno piensa y no lo que otro quieren. Ustedes me entienden ¿verdad? Pues sí, lo avisó pero como si nada. Marcelino decía que había delanteros porque Manu del Moral era ¿punta? Pero esto no fue lo peor. Pese a la falta de efectivos arriba, el Sevilla se desprendía de Alejandro Alfaro, un futbolista que demostró en el Tenerife ser un futbolista a tener en cuenta y en el Sevilla FC un jugador muy aprovechable donde hiciera falta. Y encima de los que saben morderse la lengua para no escupir veneno ante las injusticias. Después vendía a Rodri al Barça B. Conclusión: ¡Vendrá el tan ansiado delantero! Pero ¿cuál fue la sorpresa del sevillismo? No venía nadie. Ni Giovani, ni Giovana, ni Giovene… La historia empeoraba cuando el Sevilla fracasaba al caer eliminado de la Europa League repitiendo los errores de la temporada anterior. ¿Solución? El sevillismo se equivoca, cuatro ojos no ven más que dos, y el discurso de Del Nido de
«el Sevilla no puede pagar una cantidad desorbitada por Giovani». Papel perfectamente interpretado para que el Manchester City se vaya haciendo una idea de que o baja o se lo come con patatas. Cabreo incluido del mexicano. Pero lo peor de todo es que piensen que el sevillismo es tonto; por ahí no paso. El problema viene cuando las soluciones de urgencias tienen nombre propio: Hiroshi, o lo que es lo mismo, el Niño del Sol Naciente. Un futbolista fichado esta temporada por el Sevilla para su primer equipo filial, tan antiestético con su 1,93m como exótico para los que vayan a la ciudad deportiva a ver al Sevilla Atlético. Pero algo no cuadra. Aún no me he encontrado a un sólo aficionado del Sevilla Atlético que me diga que le gusta ese futbolista. Y todo ello a pesar de ser uno de los máximos goleadores del Grupo IV de Segunda división B. Yo les digo la verdad. Les he visto en un par de ocasiones. Una en la ciudad deportiva y otra a través de la pequeña pantalla y me he quedado igual que antes. Si a ello le añado lo que les decía anteriormente, que la solución de Marcelino es Hiroshi pues… apaga y vámonos. ¿Este es el Sevilla grande que nos han contado y del que hemos disfrutado? ¿Uno en el que un auténtico desconocido de ojos rasgados y procedente de un país con poca tradición futbolística tiene que convertirse en el Kanouté de turno? Pues la verdad como que no me cuadra. Como campaña de Marketing, esas que tanto gustan por estos lares sí pero poco más. Menos mal que al menos con ese de que es japonés nos ahorramos que el vecino de turno nos haga la gracia de que ese delantero del Sevilla es un cuento chino… Twitter: @tara11ara