David Ruiz

Sevilla FC 1 – 1 Athletic Club – Sampaoli marca el camino

Escrito por David Ruiz. Creado en Sevilla FC

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El Sevilla FC sacó un punto de un duro duelo ante el Athletic Club de Bilbao. Ya con Sampaoli en el banquillo, los nervionenses demostraron ciertos brotes verdes, especialmente en la primera mitad, pero el argentino cuenta con una plantilla hundida en lo anímico y físico y salió vivo en la segunda parte de milagro. Queda mucho trabajo por delante y la sombra de los puestos de descenso acecha.

 

SEVILLA FC: Dmitrovic; Montiel, Nianzou (José Ángel Carmona 56′), Marcao, Alex Telles (Delaney 71′); Gudelj, Joan Jordán (Acuña 56′); Isco (Lamela 60′), Papu Gómez, Óliver Torres; y Dolberg (En-Nesyri 60′).

ATHLETIC: Unai Simón; De Marcos, Yeray, Iñigo Martínez, Lekue; Dani García (Vesga 56′), Sancet (Ander Herrera 56′); Nico Williams (Morcillo 88′), Muniain, Álex Berenguer (Raúl García 74′); e Iñaki Williams.

GOLES: 1-0 (4′) Óliver Torres; 1-1 (73′) Vesga.

Árbitro: Gil Manzano (extremeño). Roja directa al vizcaíno Ander Herrera (94′). Amarillas a los locales Isco, Alex Telles, José Ángel Carmona, Acuña y Jorge Sampaoli (entrenador).

Incidencias: Estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante 36.000 espectadores

El Number 1 del partido: Oliver Torres

Todo el mundo sabía que el trabajo de Sampaoli o cualquier otro que se sentara en el banquillo iba a ser complejo. El Sevilla está a niveles paupérrimos y para levantarlo hace falta mucho tiempo y trabajo. El argentino apenas tuvo horas para trabajar nada, pero sí intentó dejar su huella en tres o cuatro conceptos que cambiaron la cara de los suyos, especialmente en la primera mitad. En la segunda, a partir del 70, fue el Sevilla habitual.

Pero vayamos por partes. Sampaoli, de entrada, propuso un once de jerarquía, con hombres como Papu e Isco de extremos y Montiel y Telles como carrileros. Ninguna presencia canterana en la zaga, pues el argentino quería jerarquía e hizo debutar a Marcao pese a que los médicos no lo recomendaban. En el centro del campo Jordán y Gudelj, que volvió a su posición natural, fueron los elegidos. Dolberg fue la referencia y Óliver Torres, el verso libre.

Y no es casualidad que Sampaoli le diera las llaves al extremeño, que es el hombre más en forma del Sevilla actual. Suyo fue el gol sevillista, que llegó de manera temprana acompañado de una vorágine de fútbol ofensivo y ocasiones que ilusionó a la grada hispalense. Los locales pudieron irse al descanso con un marcador más abultado, pero la actitud y la puesta en escena fue más que correcta para pensar en positivo.

Y todo desde unos conceptos nuevos que sí parecen encajar con lo que hay. Para empezar, situar a los laterales/carrileros como extremos. Con ellos abiertos, Isco y Papu pueden ocupar zonas interiores y a partir de ahí conseguir progresar en campo rival. La salida de balón también es más directa, aunque arriesgada en la base. Marcao y, sobre todo, Nianzou, no dudaron en romper líneas en conducción.

La recuperación tras pérdida fue más intensa de lo que acostumbraba con Lopetegui, aunque eso también pudo ser fruto del ímpetu y las ganas de victoria. El Sevilla tuvo más y mejor el balón, porque la tuvo para verticalizar ataques y generar ocasiones. Este fue el principal cambio que agradeció la grada hispalense. La línea defensiva fue más alta de lo habitual, asumiendo riesgos pero también achicando espacios para evitar transiciones.

Si con Lopetegui se optaba más por el repliegue, con Sampaoli se buscará más defender hacia delante. Funcionó en 45 minutos ante un gran equipo como el de Valverde, que tuvo sus ocasiones, pero, en general, estuvo dominado por un Sevilla con aires cambiados, con mayor confianza y más empaque. Eso sí, duró solo la primera mitad, ya en la segunda se igualaron las fuerzas e incluso se inclinaron para los vascos.

El Athletic corrigió posiciones y poco a poco el Sevilla fue cediendo terreno. Gudelj se incrustó en la zaga y a los de Sampaoli les costó más instalarse en campo rival. No dejó de atacar y verticalizar el equipo local, pero sí quedó más expuesto que en la primera mitad a las transiciones de los leones. El Athletic empezó a llegar y aunque no terminaba de dominar con claridad, encontró el tanto a falta de 20 minutos.

Fue entonces cuando volvieron los fantasmas del pasado. Ese buen o mejorado Sevilla que se estaba viendo se iba a apagar y el Athletic la iba a tener de todos los colores. Especialmente, los visitantes tuvieron 10 minutos donde el carrusel de ocasiones fue vertiginoso. Se libró el Sevilla e incluso consiguió poco a poco desmelenarse de ese dominio absoluto. Todo para acabar en una jugada final donde pudo lograr los tres puntos.

Ya en el descuento, en una transición sevillista, Ander Herrera zancadilleaba a Lamela justo cuando este iba a rematar a gol. El VAR avisó al árbitro de que era tarjeta roja, pero quedaba poco tiempo para más. Tan solo medio metro más habría sido penalti, pero se tuvo que conformar con una falta peligrosa que no acabaría en nada. El córner posterior sí estuvo a punto de materializarse, pero, honestamente, habría sido demasiado premio para los sevillistas.

Ahora toca gestionar el paso de las jornadas a base de trabajo y competición cada tres días. No queda otra. Sampaoli ha marcado de forma clara su hoja de ruta y solo queda ver si la plantilla conseguirá adaptarse a ello y cambiar. Queda demasiado trabajo por hacer y los puestos de descenso acechan, pero entre todos deben convencerse de que solo queda crecer. Paso a paso hasta el mundial y, a partir de ahí y con refuerzos invernales, darle la vuelta al calcetín.

Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm

Fotos: Sevilla FC