David Ruiz

Sevilla FC 1 – 1 Roma (4-1) – Siempre será el dueño y señor

Escrito por David Ruiz. Creado en Sevilla FC

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El Sevilla FC volvió a levantar la Europa League, la séptima. El equipo más laureado en la competición lo volvió a hacer. En la peor temporada liguera de los últimos años, en el año que más se ha criticado a Monchi, dirigentes, jugadores y entrenadores. Se acaban los calificativos para un club que acertó con su tercer entrenador, Mendilibar, y que volverá a disputar la Champions la temporada que viene.

 

SEVILLA FC: Bono, Jesús Navas (Montiel, min. 94), Badé, Gudelj (Marcao, min. 120+7), Alex Telles (Rekik, min. 94), Fernando (Joan Jordán, min. 90+8), Rakitic, Ocampos, Óliver Torres (Suso, min. 46), Bryan Gil (Lamela, min. 46) y En-Nesyri

ROMA: Rui Patricio, Ibañez, Mancini, Smalling, Spinazzola (Llorente, min. 106), Cristante, Matic (Bove, min. 120), Çelik (Zalewski, min. 91), Pellegrini (El Shaarawy, min. 106), Dybala (Wijnaldum, min. 68) y Abraham (Belloti, min. 75).

GOLES: 0-1, minuto 35: Dybala; 1-1, minuto 55: Mancini p.p.  Penaltis: Ocampos 1-0, Cristante 1-1, Lamela 2-1, Mancini (falla); Rakitic 3-1, Ibañez (falla), Montiel 4-1.

Árbitro: Anthony Taylor, de la federación inglesa. Amarillas para Matic, Pellegrini, Mancini, Cristante, Çelik, Zalewski, Rafa Mir, Rakitic, Lamela y Montiel.

Incidencias: Puskas Arena de Budapest ante 50.000 espectadores.

El Number 1 del partido: Suso

Dicen que el latido de un sevillista es siempre intenso las noches que juega su equipo. Late con fuerza, sufre, se agita…y celebra. Siempre celebra, y más en Europa League. Ganar siete competiciones europeas solo está al alcance de unos pocos elegidos y el Sevilla se sienta en esa mesa. Un grande de Europa que es capaz de sobreponerse a la adversidad de una temporada con olor a infierno. Un grande de Europa que conoce mejor el olor de la gloria.

Porque no se equivoquen, este club rebosa grandeza por los cuatro costados. Ningún otro habría conseguido lo que el Sevilla ha sido capaz esta noche. Competirle a una buena Roma de un Mourinho que tampoco sabía lo que era caer en una final Europea. Hasta hoy. Hasta que el Sevilla se ha cruzado en su camino, el coco de todos los gigantes e históricos de Europa. Y es que sentarse en la mesa de los grandes tiene estas cosas.

Mendilibar llegó para simplemente darle latido a un equipo muerto y meses después lo ha situado en la cúspide de Europa. Un entrenador que desde la cercanía y la simplicidad ha convencido a un grupo de jugadores mejores de lo que se presuponía. Un entrenador que ha sacado al mejor Rakitic, al Suso más determinante, al Navas más incansable. Son muchos los nombres propios de este título, pero todo debe empezar por el vasco.

Y eso que no fue un gran partido de los sevillistas, al menos, no durante la primera mitad. La Roma desactivó bien a su rival, al que había estudiado a la perfección. Salió muy timorato el Sevilla y no fue capaz de revertir la situación en ningún momento. El conjunto italiano primero avisó y luego apuntaló con un buen gol de Dybala. Fue mejor, pero no fue capaz de matar a este Sevilla. Y ya se sabe lo que pasa cuando al Sevilla se le deja vivo.

Despertó en la segunda mitad, encontró su futbol a lomos de un insuperable Suso. Todo el fútbol de su equipo lo aglutinaba el gaditano. Empató el Sevilla con un centro del eterno Navas que Mancini se metería en propia puerta. A partir de ahí el equipo hispalense no le perdería la cara al partido. Rakitic decidió vestirse como el jugador de clase mundial que es y dirigió a los suyos durante todo el encuentro y posterior prórroga.

Por el camino hubo de todo. Faltas, polémica, VAR, lesiones. Una final en toda regla, con Mourinho metiendo presión desde el banquillo en cada acción. La Roma buscó claramente los penaltis y al Sevilla no le iba a dar para darle la vuelta al marcador. En la prórroga apenas se jugó. Acciones aisladas con alguna clara del Sevilla y un par de la Roma, pero con ambas plantillas exhaustas. Era la hora de los penaltis. La hora de Bono.

Porque el marroquí es un especialista. Lo demostró en el Mundial y hoy no fallaría a su cita. Hasta dos penaltis paró en la tanda. Gracias a ello Montiel, que también le dio a Argentina su tercer Mundial, haría la rubrica. Un penalti que volvería locas a 13000 almas sevillistas. Un penalti que hacía llorar a una ciudad entera por séptima vez. El Sevilla se convertía en heptacampeón de Europa.

Es hora de celebrar, de acordarse de los momentos difíciles, de las burlas de equipos rivales, de las críticas de la prensa, de hacer autocrítica, de mirar hacia el futuro con optimismo. El Sevilla ha sabido salir adelante y sacar sobresaliente en una temporada difícil. La que más de las últimas dos décadas. Se recordará siempre, se valorará con el tiempo. El Sevilla siempre será un grande de Europa. Siempre será el dueño y señor de la Europa League.

Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm

Fotos: Sevilla FC