El Sevilla FC dio una exhibición de fútbol ante la Roma a la que eliminó superándola de cabo a rabo. Los de Lopetegui hicieron el partido perfecto desactivando a su rival y dañando donde más duele. Los nombres propios más destacados fueron los de Reguilón, Diego Carlos y Banega, que se empeña en seguir dando recitales antes de dejar la elástica hispalense.
SEVILLA FC: Bono; Navas, Diego Carlos, Koundé, Reguilón; Fernando, Jordán, Banega; Suso (Munir, m. 67), Ocampos (Vázquez, m. 95) y En-Nesyri (De Jong, m. 93). ROMA: Pau López, Mancini, Ibañez, Kolarov, Bruno Peres, Cristante, Diawara (Carles Pérez, m. 59), Spinazzola, Zaniolo (Pellegrini, m. 59), Mkhitaryan y Dzeko (Gonzalo Villar, m. 78). GOLES: 1-0, m. 21: Reguilón. 2-0, m. 43: En-Nesyri. Árbitro: Björn Kuipers (Holanda). Mostró tarjeta amarilla a Kolarov, Diego Carlos, Pellegrini y Joan Jordán. Expulsó con roja directa a Mancini en el minuto 107. Incidencias: Estadio MSV Arena – Duisburgo (Alemania) El Number 1 del partido: Diego Carlos El Sevilla está destacando por muchas cosas esta temporada, la última, ser capaz de disipar cualquier tipo de dudas. Es un equipo fiable, sólido y reconocible. Antes de comenzar su partido, haya habido parón de por medio o no, sabes las prestaciones que pondrá sobre el verde y que habrá que sudar mucho para golpearle. Hoy la Roma no solo no pudo rozarle, sino que se encontró con un K.O desde el inicio. Lopetegui analizó muy bien a su rival, detectó las zonas donde se les podía dañar y su equipo lo interpretó a la perfección. Durante toda la primera mitad el equipo hispalense dominó gracias a combinar su buen trato de balón con la ruptura de espacios. Deja mucho la Roma en los costados y ahí el Sevilla sabe atacar a las mil maravillas. El elegido en punta era En-Nesyri y cumplió bien su rol. Las caídas a banda del marroquí para hacer daño entre centrales y las percusiones constantes de Navas y Reguilón, que hoy jugó su mejor partido como sevillista, fueron claves. Los de Lopetegui se hicieron con el balón y no dejaron salir a su rival, a los que desactivó su ya archiconocido trío defensivo en cualquier atisbo de contra. No dio opción y, encima, machacó.
El primer gol llegaría con una de esas rupturas al espacio que Lopetegui había marcado en rojo en la pizarra prepartido. Pase en largo de Banega, recepción de Reguilón y carrera profunda para internarse en el área y batir con facilidad a Pau López, que estuvo flojo. Salía el plan a la perfección y la Roma no encontraba respuesta alguna. Pero el Sevilla no se iba a quedar ahí, veía que podía hacer sangre y fue a más. Lo intentaría por mediación de Ocampos y Koundé, pero finalmente sería al filo de la primera parte en otro buen balón al espacio a la zona roja de la Roma. El ejecutor de la acción sería Ocampos, quien serviría una vez llegado a línea de fondo un balón ragalado a En-Nesyri, que no fallaba. Era un rodillo. En la segunda parte se preveían cambios, especialmente en la Roma, pero no los hubo. El Sevilla, con marcador a favor, se dedicó a contemporizar más y a esperar una reacción de su rival que si bien se acercó más a la portería de Bono, no llegó. El buen entramado defensivo hispalense no dabas excesivas opciones y encima a la contra hacía mucho daño, algo que falló en liga. El paso de los minutos solo sirvió para que la Roma fuera bajando los brazos y siendo cada vez más previsible. Lopetegui introdujo cambios de refresco para matar el encuentro y lo cierto es que pudo encontrar con el tercero en varias ocasiones. Especialmente en una de Koundé que acabó en gol pero el árbiro y posteriormente el VAR anularon por fuera de juego. El Sevilla acabó hasta el minuto 97 como un equipo campeón y demostrando que en su competición es el rey. El golpe anímico de esta victoria es enorme. También los rivales activarán aún más las alertas. Y es que este equipo pentacampeón está empeñado en dejar de serlo. Quiere más. Irradia hambre e ilusión el conjunto de Lopetegui, pero solo piensa en su siguiente presa. Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm Foto: Sevilla FC
