David Ruiz

Sevilla FC 3 – 2 Inter de Milán – Europa se rinde al hexacampeón

Escrito por David Ruiz. Creado en Sevilla FC

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El Sevilla FC volvió a conquistar Europa levantando su sexto título de Europa League. El equipo de Lopetegui culmina una temporada de matricula de honor con revalorización de jugadores, despedidas de leyendas y consagración de estrellas. El Inter solo pudo sucumbir ante un equipo que domina esta competición.

SEVILLA FC: Bono; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos (Gudelj, m. 86), Reguilón; Fernando, Jordán, Banega; Suso (Mudo Vázquez, m. 77), Ocampos (Munir, m. 70) y De Jong (En-Nesyri, m. 86).

INTER DE MILÁN: Handanovic, Godín, De Vrij, Bastoni; D’Ambrosio (Moses, m. 77), Barellá, Brozovic, Gagliardini (Eriksen, m. 77), Asley Young; Lautaro Martínez (Alexis Sánchez, m. 77) y Lukaku.

GOLES: 0-1, m. 2: Lukaku, de penalti. 1-1, m. 12: De Jong. 2-1, m. 33: De Jong. 2-2, m. 35: Godín. 3-2, m. 74: Lukaku, en propia meta.

Árbitro: Danny Makkelie (Holanda). Mostró tarjeta amarilla a Diego Carlos, Barella, Banega, Bastoni y Gagliardini. Amonestó a Antonio Conte, entrenador del Inter de Milán.

Incidencias: Rhein Energie Stadion de Colonia (Alemania)

El Number 1 del partido: De Jong

Llámenla Europa «Sevilla» League. La segunda competición europea más importante a nivel de clubes tiene un único dueño, el Sevilla FC. Y es que el equipo nervionense lo ha vuelto a hacer. No tiene rival en las finales, sea cual sea la enjundia de éste. Hoy, ante un multimillonario Inter de Milán, también impuso su impronta, su gen ganador y su capacidad para golpear en esta competición.

Lo hizo teniendo que sobreponerse a un duro varapalo como es encajar un gol tempranero inicial. Sería, de nuevo, de penalti, y con el mismo protagonista. Diego Carlos, que ha ido a penalti en contra por partido,  derribaba a Lukaku en el área de forma clara para que belga adelantara a los suyos. Pero el destino le iba a tener guardado a Diego Carlos una oportunidad para reivindicarse…

Al Sevilla le costó rehacerse y, quizá, olvidó aplicar un plan más controlador a su juego. Buscó la portería rival en busca del empate, aunque eso generara riesgos, y la encontró. Los protagonistas de la victoria ante el Manchester United volvían a aparecer: centro de Jesús Navas y cabezazo de Luuk de Jong, quien iba a erigirse como el principal héroe de la noche.

A pesar del empate, el Sevilla siguió con ese plan ambicioso de buscar el vértigo en lugar del control y se vio un partido de mucho ritmo y bronco. Las jugadas ofensivas se sucedían en ambos equipos, también las constantes interrupciones, pero se veía un contexto de juego propicio para la sorpresa. Y el Sevilla lo iba a aprovechar. Sería a balón parado, clave en la noche de hoy.

De nuevo Luuk de Jong aparecía. Un jugador que ha elegido los mejores escenarios para marcar no podía perderse el mejor de todos. Mandó a la red de forma extraordinaria un balón medido de Banega, que se despidió del club de sus amores por la puerta grande. Pero no iba a durarle mucho la alegría al Sevilla. El Inter iba a empatar en la jugada siguiente, también en jugada de estrategia.

Sería Godín el encargado de llevar las tablas al marcador superando una débil marca de Diego Carlos y evidenciando que la final se iba a decidir en pequeños detalles. Algo tenía que cambiar en la segunda mitad. Algo más de control. La final tenía que ir por otros derroteros a pesar de que el Sevilla había encontrado pegada. Lopetegui lo dibujó en el descanso y los jugadores lo ejecutaron.

Se vio una segunda mitad de muchas menos ocasiones peligrosas, con un Inter con mayor cuota de balón, aunque poco productiva, y un Sevilla que alargaba cada posesión. Los minutos pasaban y al Sevilla le interesaba ese contexto lento, aunque seguía necesitando más balón. No pasaban muchas cosas pero pasaría una determinante. Mano a mano de Lukaku que se encontraba con Bono. De nuevo Bono.

Y es que gran parte de culpa de que el Sevilla se alzara con su sexta copa de plata es por culpa de Bono. Contra el Wolves y el United estuvo sublime y esta noche ante el Inter apareció cuando tocaba. Lukaku encontró el espacio, corrió hacia la portería y no pudo superar a un guardameta que se hizo enorme de nuevo en el 1×1. El Sevilla respiraba. Seguía vivo y había partido.

Y no lo duden. A este Sevilla hay que matarlo y cerciorarse de ello, si no, se levanta y te devuelve el golpe. Así sería. De nuevo a balón parado, cuando restaban 15 minutos para el final, iba a llegar el tercero, el de la victoria. Diego Carlos se sacaba una chilena tras un mal despeje de la zaga del Inter que Lukaku se metía en propia puerta. Ahí estaba de nuevo el Sevilla. Lo había conseguido. Ahora tocaba resistir.

La resistencia sería de quilates, de equipo grande que sabe a lo que juega y domina cualquier escenario. Conte metió al resto de sus estrellas, pero pasaron desapercibidas ante un Sevilla que no brilla por sus individualidades, sino por su conjunto. Apenas impidió llegadas italianas en los últimos minutos. Es más, hizo correr el tiempo y desesperó a todo un Inter de Milán. De sombrerazo.

Solo queda levantarse y aplaudir. Es de admirar el trabajo de Lopetegui, que ha construido un equipo con mayúsculas. Es de valorar la actitud de unos jugadores, banquillo incluido, que ha vivido este torneo como una familia. Han demostrado que no había nadie con más ganas de ganarla que ellos. Y, por su puesto, hay que admirar a Monchi. La figura principal de este Sevilla gigantesco europeo.

Por Puerta y por Reyes. Por los aficionados que no han podido vivir esta aventura histórica, por los que están y, sobre todo, los que ya no están. Este Sevilla brinda con una nueva copa y lo hace bien alto. Y es que esta frase de Monchi tras finalizar describe el por qué del éxito sevillista: «Tenemos una final el 24 de septiembre. Hay que prepararla bien e ir a ganarla». Así se gesta a un equipo campeón.

Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm

Foto: Sevilla FC