
Posts by :
El Estado soy yo
junio 5th, 2013No valen ni caben opiniones, la autocrítica fingida, de baratillo, de tienda de chinos en las que se vende a precio irrisorio la dignidad. La desvergüenza absoluta de un mensaje falsamente humilde, incongruente e incoherente desde cualquier punto de vista; una falta de respeto hacia una institución (afición y sentimiento) soterrada bajo una sarta de mantras y maniqueísmos ralos y falaces que son más propios de un político mediocre (¿alguno no lo es?) enfrentándose a una comisión de investigación.
Ese, y no otro, fue el discurso de José María del Nido ayer. Quedarse en el literal del discurso es lo fácil. Pero el presidente del consejo de administración del Sevilla Fútbol Club, como él mismo se encargó de aclarar y recalcar en varias ocasiones durante la hora que duró su comparecencia, habló mucho, muchísimo entre líneas.
Sería difícil definir con palabras la vergüenza que, como sevillista, sentí al soportar el dechado de consignas preparadas para dar patada p’alante a la pelota y ganar tiempo, mientras se unta con lubricante del barato el orto del aficionado sevillista, preparándole para la ración de lo suyo que se le dará en breve. Porque no, señores, ésto no es una vuelta atrás para coger impulso (cosa que el presidente, el líder, ha despreciado durante todo su mandato); ésto es, en toda regla, la constatación de que la nave no es que vaya a la deriva, sino que se ha ido a tomar por culo de manera inexorable.
Los palos, a la plantilla, a los futbolistas que cobran por encima de lo que rinden y a la pérdida de ambición de los súbditos que otrora daban bocaos para cumplir objetivos. Aún no conozco un solo caso de un futbolista al que hayan obligado a punta de pistola a firmar un contrato con un club de fútbol. Será que en el Sevilla se trabaja así, ‘Ndrangheta calabresa style. A los que fichan hay que hacerles el besahuevos de rigor, año tras año, aunque se equivoquen, aunque lleven sin acertar la intemerata, escenificándose de manera casi valleinclanesca una reunión del Consejo «Señores que me voy.- Que no, pisha, que cómo te vas a ir tú, que ere er más grande, cabesa .- Quillo, que he disho que me voy, cohone, que salió en prensa y en la radio y tal .- Que no hombre, que no te vas, que te vamos a comprar un palio y varales, y te vamos a poner una banda de música y to .- Anda, coño, cómo sois..bueno, me viá quedá un poquito má». ¿Que recurrentemente los ingresos ordinarios están por debajo del presupuesto? Aquí no pasa nada, cerita a los que se encargan de traer la pasta y de manejar la manteca, que aún tenemos recorrido y futbolistas por vender.
La dimisón, esa palabra que no existe en el léxico general usado por Don José María, es inviable. ¿Cómo va a dimitir el dueño de un cortijo de ser el dueño del cortijo? Además, no sé de qué se asombran. ¿Conocen a algún español de pro que haya dimitido alguna vez de un puesto que le reporte tanto beneficio?
Luis XIV dijo que él era el Estado. Del Nido es el Sevilla, y el Sevilla es Del Nido. Acostúmbrense. Vienen tiempos muy malos.
Twitter: @ferminhevia
Un mundo de símbolos
junio 4th, 2013Decía Pitigrilli que el hombre no vive en un mundo de cosas meramente físicas, sino en un mundo de signos y símbolos. Hoy lo fácil sería hablar de Navas…
Escribir sobre las bonanzas de su fútbol, sus gloriosos años defendiendo el escudo (o los escudos) del más grande club de Andalucía, sus cabalgadas eléctricas por la banda derecha, de su incansable trabajo dentro del campo, de su entrega absoluta y desaforada en cada partido, de su humildad como persona y de su sevillismo, indiscutible, y mucho mayor que el de otros que han salido y saldrán con más bombo y con más loa por parte de los medios.
Sin embargo, hoy también habrá miles de panegíricos redundando en todo ésto, y entonces mi texto sería una más de las (merecidísimas) alabanzas al jugador de Los Palacios. Navas es grandísimo, el mejor futbolista que ha pasado por Nervión en sus 107 años de historia. Navas es de la casa, se ha ido un referente, un icono, además, dejando dinero, cosa que no hicieron otros muy grandes que salieron antes. Pero Navas ya no está. Hoy empieza el Sevilla post Navas, y ese es el único hecho cierto a partir de este momento.
En mi opinión, Jesús Navas se ha malvendido. Comparar lo que les ha costado Navas a los jeques del City con los precios vertiginosos que se están pagando por otros futbolistas no hace sino reforzar esta afirmación. Neymar, Bale, Cavani, James Rodríguez, etc… por los que se han pagado (o se pagarán) cifras exponencialmente más altas, hace plantearse muy seriamente el trasfondo que habrá tras la venta de Navas. Porque el palaciego no será tan mediático como el resto, pero desde luego no es una incógnita.
Jesús Navas cuenta en su haber con 2 Copas del Rey, dos UEFAS, una Supercopa de Europa y otra de España, es campeón del Mundo con la selección española, habiendo jugado una final, y también campeón de Europa, participando activamente en dicho entorchado. Posiblemente, no exista un extremo derecho puro como Navas en el mundo. Enumérenme, por favor, el currículum vitaede esas potenciales estrellas que he mencionado antes y díganme si por Navas no habría que haber pedido, sí o sí, los 35 millones de su cláusula (ya nos apañamos luego para pagarle la morterada que se le debía al canterano).
A Navas se le comenzó a vender cuando el Sevilla fichó a Koné, cuando empezó a tirarse el dinero a manos llenas por la incompetencia, ahora manifiesta, de una dirección deportiva a la que el traje le vino grande en cuanto tuvo euros en el bolsillo (o se fueron los que de verdad sabían). Y Navas se acabó de vender en el momento en el que se le pagaba la ficha a ese mismo futbolista que nos dejaba fuera de la UEFA jugando en el Levante en lugar de pagarle la soldada al que se dejaba la piel por nuestra camiseta.
Gestión, estructuras, vender para crecer, y demás gili mantras que se soltaban (y se seguirán soltando) desde la planta noble del Ramón Sánchez Pizjuán para justificar la deriva económica y deportiva, la incapacidad, y el empobrecimiento de un proyecto que ayer acabó de encallar. Harían bien los dirigentes del Titanic sevillista en recordar que el Sevilla de los títulos, ese que hace dos días había que tener tan presente porque lo mejor seguía estando por llegar, y hace uno tenía que ser guardado en el cajón de la memoria, se forjó a base de canteranos.
Porque el Sevilla Fútbol Club llegó a ser lo que fue no gracias a la aparición mesiánica de José María Del Nido (que siempre estuvo) ni al ojo certero de Monchi, sino a su cantera. Gracias a Velasco, gracias a Carlitos, gracias a Marchena, gracias a José Antonio Reyes, gracias a Sergio Ramos, gracias a Jesús Navas… Todos salieron para dar un balón de oxígeno a la entidad. La gran diferencia entre aquellos y Jesús, es que los primeros sirvieron para sentar las bases de un proyecto, y este último constata la liquidación del mismo.
Igual es el momento de empezar de nuevo y mirar otra vez a los orígenes. Igual no basta con subir a la primera plantilla a canteranos brillantes, sino que hay que ponerlos, confiando en ellos, no para jugar minutos de la basura. A lo mejor no hay que vender como operaciones maravillosas la cesión de una joven promesa que ahora se rifan los grandes de la Premier, mientras te quedabas con la mediocridad hecha futbolista sólo porque había que justificar el pastizal obsceno que se había pagado por ella. Igual, y sólo igual, no hay que traer promesas brillantes de mercados emergentes, que después ni juegan ni aportan, porque los buenos, como antes, están en casa.
Los símbolos, señores del Consejo, no tienen precio, tienen valor. Ustedes acaban de malvender a una referencia, algo que es mucho más grande que su pueril interés por mantenerse en la poltrona de mandamases sevillistas. Los símbolos están para ser respetados. Ni respeto, ni valores, ni símbolos. Eso es lo que queda.
Twitter: @ferminhevia
El perro flaco
abril 22nd, 2013Yo soy de ir contra los mantras, qué le vamos a hacer. A mi edad tengo asumido que no soy de aborregarme y de seguir a la gran masa. Entiendo que a todo, incluso cuando te están jodiendo vilmente, hay que meterle algo de análisis, porque hasta en la situación de más flagrante desamparo, hay que hacer autocrítica y asumir que tú tienes parte de culpa.
La situación arbitral relacionada con el Sevilla Fútbol Club es de auténtico cachondeo. Bueno, corrijo, la situación arbitral, de horarios de partidos y de respeto por parte de la Federación. Ahora mismo, somos una de las putitas de Tebas, de Roures y de Sánchez Arminio. Parecemos la señora en el gang bang de turno, en el que todos se sacan la cuca y nos pegan con ella donde les place, con desprecio, con cara de placer sabiendo que ellos son los que mandan y nosotros estamos aquí para recibir su maná masculino, y que no podemos hacer más que abrir la boca y recibir con pundonor los golpes de miembro sin más esperanza de que no nos den en un ojo. Sun Tzu, general chino del siglo nacido en el s. VI a.c. ya dijo en «El Arte de la Guerra» que maniobrar con un ejército es ventajoso pero maniobrar con una multitud indisciplinada, peligroso. Es evidente que el presunto sinvergüenza (creo que es la definición correcta, porque una sentencia que no es firme no es sentencia ni ná, aunque te estén imputando en otra movida para otros 11 años por otro lado ¿no?) de nuestro presidente, ese que es el segundo hombre más importante detrás de Francisco (no, ni el cantante ni el 6 del Sevilla), no ha leído a Sun Tzu en su vida. Inició una cruzada como adalid de los pobres y los desamparados, muy altisonante, con mucha repercusión mediática y mucha testiculina, que después se quedó en arranque de caballo andaluz y parada de burro manchego. Lo peor de toda esta pantomima es que, no sólo no ha servido para un carajo, sino que además ha señalado a una cabeza visible para que, en lugar de adalid, se convierta en el objetivo de la inquina de todas las entidades contra las que nuestro vehemente regidor ha pretendido enfrentarse. Del Nido nunca ha estado soportado por nadie. Se han firmado hojas de ruta y declaraciones tan rimbombantes como carentes de fuerza, pero ha sido un pataleo que, a la hora de la verdad no ha llegado a nada. ¿Que Federación, Comité Arbitral y televisiones son una gran Mafia? Por supuesto, precisamente por eso no debes enfrentarte a ellos sin garantías de victoria. Vuelvo a citar a Sun Tzu: «No hay ningún país que se haya beneficiado de guerras prolongadas» y «Si no vas a ganar, no presentes batalla». Estoy seguro de que don José María se arrepiente mucho de haberse comprado el libro de Monchi en lugar de este del chino. Al final, como siempre, el que paga los platos rotos de la mala gestión no es el presidente, ni los adláteres y palmeros que tiene al lado para nutrir sus ya de por sí ricas cuentas bancarias a costa de los «bisnis» que hacen a través de su posición en el Consejo del Sevilla Fútbol Club.
Lo pagan el equipo y el aficionado de a pie, con horarios infames para que el campo sea un yermo, con colegiados sesgados y adoctrinados para reventar con el silbato lo que no pueden reventar los delanteros rivales, y con unos acuerdos televisivos que ya veremos cómo se ofrecen en la próxima negociación. No hay que ser un lince para saber que, descapitalizando al Sevilla deportivamente (con la inestimable ayuda de Monchi y sus colegas en la dirección deportiva) el ofrecimiento de derechos televisivos y el poder de negociación del Club, será sensiblemente menor que el que se tenía hace unos años. ¿Que los árbitros nos hicieron la cucamona ayer, contra el Betis y contra el Barcelona de manera flagrante? Es posible, pero es la excusa de los pequeños. El argumento de los que siguen defendiendo a este Consejo es que los críticos con el mismo somos capaces hasta de no reconocer los robos arbitrales. No, señores, yo veo que a mi equipo le han escamoteado puntos este año por arbitrajes infames. Pero también veo que la planificación deportiva es un auténtico cagarro de vaca (y si ustedes han visto el zurullo de una vaca sabrán de las dimensiones de las que hablo), que nos hemos llevado 3 años sin entrenador por a saber qué criterio deportivo de don Ramón Rodríguez Verdejo y que la política de fichajes está siendo, cuanto menos, esperpéntica. También vemos que se deben millones de € a una plantilla deficiente, porque se negociaron sueldos estratosféricos con futbolistas que no dan el nivel, y porque se fichan futbolistas (que no juegan) cuando no hay dinero para pagar a los que están y que son los encargados de hacer que la pelotita entre o no cada fin de semana. Sí, es verdad que ayer hubo una mano que precede al gol, y que el penalti contra el Betis es discutible, pero no es menos cierto que contra Celta, Zaragoza, Getafe, Levante, Athletic, Mallorca, Málaga y Valladolid, por ejemplo, no se compitió, no había espíritu, ni ganas, ni un copón pero, por encima de todo, no había equipo. Los árbitros son nuestras pulgas. Pican y molestan, pero el perro flaco, famélico, inane, no viene propiciado por decisiones arbitrales. Si asumimos eso, les estaremos dando la justificación perfecta a los de siempre. Conmigo que no cuenten. Twitter: @ferminhevia
Foto: Quico Pérez Ventana
El día que aplaudí al Betis y lo comparé con el Sevilla
marzo 4th, 2013Voluntad, superación, arrestos,….. Manque me pese, los elogios se quedan cortos para hablar del Betis. No, no estoy enfermo ni he tenido un arrebato de beticismo (Freud me libre), pero si algo debe tener un sevillista, es la clase y la coherencia suficientes como para reconocer las cosas cuando las ve.
El Betis de Pepe Mel recuerda mucho al Sevilla Fútbol Club de Joaquín Caparrós, hecho de retales y descartes y en una situación económica difícil. Posiblemente, incluso tenga más virtudes futbolísticas que este, dado que, aparte de ser un equipo aguerrido, tiene mucho fútbol y desparpajo, unos conceptos de manejo de bola interesantes y una efectividad de cara a portería que es la envidia de la mayoría de equipos con más tronío dentro de la división. En cualquier caso, al final barro para casa, esto no es un artículo sobre el Betis (ya le he dado todo el azúcar que mi rojiblanco corazón me permite darle al hermano chico). Y sí, las comparaciones son odiosas, pero son humanas e inevitables, y generalmente son odiosas porque se suele menoscabar la imagen del comparado, por mucha más enjundia que tenga. El Sevilla Fútbol Club adolece en los últimos años de todo lo que el Betis tiene: actitud, mentalidad ganadora, capacidad de sacrificio, pero, por encima de todo, de ganas. Analizar una vez más la calidad de la plantilla, aunque sea tangencialmente, es necesario; el trabajo (o destrabajo, me van a permitir que solicite mi entrada en la RAE creando palabros nuevos como otros colegas que tampoco son periodistas) de Monchi ha sido un auténtico desastre en casi todos los niveles, descapitalizando hasta el absurdo económica y deportivamente a la entidad. Posiblemente, lo más sangrante, lo peor que haya hecho, ha sido la gestión del entrenador. Los hay que meterán en el saco a Jiménez (el segundo mejor entrenador de la historia del Sevilla y ahí están sus cifras), y los que empezarán a contar desde Antonio Álvarez, que pasó de ser segundo y sin haber tenido ninguna experiencia entrenando como primero a un equipo, a llevar las riendas de un proyecto que empezaba a hacer aguas y que se jugaba mucho crédito y mucho dinero. Ferraris en manos de conductores noveles. La lista de fumadas de puro de la secretaría técnica a nivel del ocupante del banquillo local del Ramón Sánchez Pizjuán, es larga y bien conocida; no tengo claro, no obstante, si fue un acto de prepotencia porque pensaban que un equipo cargado de buenos futbolistas se entrenaba solo (pues ahí esta Roura y el desastre al que está llevando al Barcelona) o si ha sido un acto de torpeza, incapacidad y frivolidad continuada que ha durado 3 años y costado decenas de millones. Las dos vertientes son para poner el vello de punta. Parece que, de una vez, se trae a un entrenador que tiene experiencia lidiando con morlacos como el que tenemos en el Club. Y, como no podría ser de otra manera, se ven los resultados. El Sevilla tiene otra cara. El Sevilla compite y lucha. Otra cosa es que ahora sí den la cara con mucha mayor evidencia las carencias abismales que existen en la plantilla, aunque al César lo que es del César y a Emery lo que es de Emery: ha conseguido que los que son buenos (que también los hay) no parezcan malos. Eso es mucho. No hay que hacer sangre por la eliminación de Copa del Rey, porque ocurrió lo lógico, que pasase el mejor, ni por la falta de victorias fuera de casa, que seguramente no sería un problema tan acuciante si quien está ahora hubiese estado desde el principio. El problema, y después de 6 entrenadores (manda huevos la cosa) en 3 años, ya no es de míster. Todos los focos vuelven a estar una vez más apuntados a esa figura oscura y pusilánime del Director Deportivo y su equipo de secuaces. Esos señores que traen a un Stevanovic en el mercado invernal por millón y pico de € cuando no hay dinero para pagar sueldos, cerrando las puertas a una joven promesa que brilla en el sudamericano sub20, que cede a su central más fiable en febrero, lógicamente cabreado por no cobrar, y que pone como paradigma de la calidad a un delantero senegalés que costó otros tantos millones y que, ni en un partido en el que te juegas un pase a una final de la Copa del Rey, llega a jugar un solo minuto, perdiendo y con un cambio por hacer. No hay cosa más cierta que el Sevilla Fútbol Club (como cualquier otro club de fútbol) es su afición, su escudo y sus futbolistas. Emery ha vuelto a traer la ilusión al Ramón Sánchez Pizjuán, y pase lo que pase a final de temporada, siempre que la actitud del equipo sea la que está siendo desde que el vasco se sienta en el banquillo, hará que nos sintamos orgullosos. En cualquier caso, no dejen ustedes de mirar al Consejo. Huele, porque lo que está podrido huele. Ellos son los culpables, no sólo los responsables. No son el Sevilla, nosotros y los que hoy, sin dudas, van a dejarse la piel en el cesped, sí. Twitter @ferminhevia
22 puntos
enero 14th, 2013
Admitámoslo. De donde no hay no se puede sacar.
Los mantras, los discursos rimbombantes, las paridas de turno enardeciendo al sevillismo de calle y las reminiscencias de épocas gloriosas ya no caben aquí. Esto es un yermo en todos los aspectos, un erial vacío, ralo y donde el único sonido que se escucha es el del viento, el de palabras vacías de contenido, sin criterio y sin sentido.
¿Se ha tocado fondo? En absoluto. Sólo puede ir a peor. No es pesimismo, es la lógica de cuando coinciden todos los factores (y no tengan ni la menor duda de que aquí confluyen todos y cada uno de los ítems para irnos al mismo carajo) para que el resultado no sólo sea malo, sino que sea aún peor. La absoluta desvergüenza con la que se planta un directivo del club en una entrevista para los medios oficiales y mantiene durante más de una hora, ante la cara de estupefacción de sus colaboradores, que todo es cuestión de suerte y que deberían figurar 8 o 9 puntos más en nuestro casillero, da una definición clara y diáfana de en lo que nos hemos convertido. Abundar en la desastrosa planificación deportiva del último lustro o en el nepotismo desaforado y con intereses plenamente mercantiles sería reiterar en el discurso, aunque no está de más recordar la involución interna de este consejo que sólo se preocupa de su perpetuación genealógica aunque haya alguna generación que no tenga representación. De lo que sí tiene sentido hablar es del negro futuro inmediato que se cierne sobre la entidad si no hay un giro copernicano en la gestión. Lo que hay, no vale. No vale NADA. La pérdida de papeles en todos los estamentos del club es pavorosa, porque esto ya no va ni en lo social, ni en lo deportivo ni en lo económico. Un equipo que, según sus responsables, está hecho para competir por entrar entre los 6 primeros no puede mantener a su entrenador con estos guarismos. Un club que ha tenido el potencial económico y deportivo del que hemos disfrutado no puede no responsabilizar a ninguno de sus miembros por la nefasta e incapaz gestión económico-deportiva de los últimos años. Un club que maneja presupuestos de decenas de millones de euros al año no puede tener al frente a un presidente condenado en primera instancia por meter la mano (directa o indirectamente) en el erario público. Twitter: @ferminhevia
Lo de Valencia sería anecdótico de no ser porque el Sevilla Fútbol Club, el de los 6 títulos, el de las estructuras indestructibles, el del sí o sí y demás expresiones que ahora suenan a cachondeo, cierra la primera vuelta con 22 puntos. Y demos gracias a que el comienzo fue rutilante, o al menos coherente con lo que se esperaba, porque la realidad es que de los últimos 42 puntos, el equipo ha sacado 11 y que de los 108 que ha disputado con Míchel en el banquillo, el Sevilla Fútbol Club, el de los 6 títulos, el de las estructuras indestructibles, el del sí o sí, ha sacado 47.
Que por favor, no me vengan con que si la Copa, con que si las transiciones y los fondos propios y con la carita de bueno del director deportivo presentando a un futbolista que cierra la puerta (otra vez) a un canterano y que ha costado más de lo que cuesta mantener la carretera de Utrera al completo durante 6 meses…. El Sevilla Fútbol Club es una casa de putas donde quien quiere, llega y jode sin condón, sin miramientos, sin remordimientos y sin importarle el poso que deja en una sociedad con muchos más años de historia de las que su directiva puede llegar a imaginar, porque el Sevilla Fútbol Club no nació en 2006 en la holandesa ciudad de Eindhoven, por mucho que al actual consejo le gustase que así fuera.
Los míos son los de blanco. Son los 11 tíos que cada domingo saltan al campo. Los míos son los que están en las gradas, en gol norte y el gol sur, en fondo y en preferencia, aunque no comparta su forma de ver el Sevillismo, porque son los únicos imprescindibles. El resto, se llamen Del Nido, De Caldas, Rodríguez Verdejo, Vizcaíno, Castro, Carrión y demás sevillistas mercantilistas, sevillistas del euro, sobran. Esos no son los míos.
Disidencia
diciembre 21st, 2012No es momento de analizar nada. Eso ya pasó. Los análisis hay que hacerlos en frío, sacar conclusiones y anticiparse, o intentarlo, a un devenir que se puede presentar más o menos halagüeño.
El tiempo de análisis quedó atrás hace años, cuando había margen para errar o acertar, cuando se podía planificar una estrategia de Club, cuando existían estructuras y los que mandan pensaban que todo el monte era orégano y que el mayor traspiés que podía haber en una temporada, era no meterse en Champions League. Además, ¿quién analiza? ¿qué sucede si los encargados de analizar son parte fundamental del problema que debe ser analizado? Pero la pregunta que nadie quiere hacerse es evidente: ¿qué es lo que hay que analizar? El mantra del «análisis, paciencia y frialdad», repetido hasta la saciedad por quienes siguen defendiendo a este consejo, ha convertido la circunstancia del Sevilla Fútbol Club en un círculo vicioso interminable, en un «Día de la Marmota» que temporada tras temporada, sigue la misma estructura, firme, inexorable y desastrosa: Fichajes que se venden como ilusionantes , pretemporada arrasando en los campos de Cádiz y en los bolos veraniegos con promesas canteranas tomándole el pulso al equipo, comienzo de temporada fulgurante, efecto azucarillo en pocas jornadas y fichajes que petardean junto con los canteranos inéditos, destitución de entrenador, contratación de uno nuevo que no alcanza el objetivo y pedir paciencia porque no ha hecho pretemporada, vuelta a empezar.. En ese lapso de tiempo, millones que se pierden, plantilla que alcanza cotas de mediocridad desconocidas desde hace lustros, pero con sueldos muy por encima de su rendimiento, contratos de marketing reduciéndose exponencialmente año tras año, estructura societaria turbia y oscurantista, decisiones que van contra el socio, contra la afición, nepotismo, devolución de favores,…¿seguimos? ¿Qué más análisis se necesita? Y, sobre todo, ¿qué hace presuponer a los que todavía defienden esta postura que los que están al mando de este barco que no va a la deriva, sino que se hunde irremisiblemente, tienen capacidad para encontrar la solución al problema y atajarlo cuando no lo han hecho ninguna de las veces en las que podían hacerlo? La excusa, la justificación más común suele ser «esto es sólo fútbol. Dependemos de que entre la pelotita». Señores del consejo y adláteres varios: esto es sólo fútbol cuando les interesa. Cuando no, esto es una empresa que tiene que cuadrar presupuestos, esa misma empresa con pérdidas en su gestión ordinaria, que debe 62 millones de € y que no tiene recursos económicos suficientes para hacer frente a dichos pagos, teniendo que vender sus principales activos productivos para poder hacerlo y, que no se les olvide, presuponiendo que el mercado, tan de capa caída como ustedes bien saben, les compre a estos futbolistas al precio que ustedes necesitan venderlos para poder salvar sus apoltronados e ineficientes culos. Convendrán también conmigo, y no hay que ser un experto en estadística, en que, cuanto mejor sea la plantilla, la probabilidad de que esa pelotita entre será mayor. El daño está siendo irreparable. Los que piensen que esta plantilla tiene mimbres, cosa que no dudo aunque esos mimbres den para un 10º puesto aseadito, para no bajar a segunda, que piensen en esos históricos segundazos pegados por equipos grandes e históricos (nosotros mismos entre ellos) con problemas perentorios en sus plantas nobles, llenas generalmente de caciques y palmeros que casualmente llegaron como mesías salvadores e incluso pusieron títulos en vitrinas, pero con las oscuras intenciones de llevárselo calentito. Todos recordamos al Atlético de Madrid post doblete, al Betis de Don Manué o al Sevilla de Asensio y González de Caldas (para escribir un libro sobre la verdad de por qué está su hijo en el Consejo, palabrita del niño Jesús). El Villarreal llevaba 19 puntos a estas alturas de temporada el año pasado. 19 puntos. Les dejo una reflexión que leí ayer gracias a un buen amigo. La hacía la periodista cubana Yoani Sánchez (les recomiendo mucho su blog Generación) y cito textualmente: « EL CLAN FAMILIAR, EL ÁRBOL GENEALÓGICO, EL PEDIGREE, EL ABOLENGO, ELEMENTOS MÁS IMPORTANTES PARA LLEGAR A CARGOS DE DIRECCIÓN EN CUBA» Cambien Cuba por Sevilla Fútbol Club. Les invito a la disidencia contra el régimen. Twitter @Ferminhevia
42 futbolistas
diciembre 10th, 2012La contabilidad es una gran falacia. Tal vez está mal que yo lo diga, pues parte de mi vida he traído el pan a casa gracias a ella, pero eso no resta ni un ápice de verdad a mi primera aseveración. Es un mal necesario, un intento aproximado de llevar la realidad económica de una entidad cualquiera al papel.
El problema con la contabilidad es que es fácilmente manipulable: hecha la ley, hecha la trampa; hay auténticos especialistas en manipular, dentro de la estrechísima línea que hay entre lo legal y lo alegal, los datos contables y la información económica que de ellos se extrae. ¿Ilegal? En absoluto, se trata de ser hábil. Sin embargo, como los que juegan a este juego saben de qué va, una contabilidad bonita y saneada choca inexorable y frontalmente en muchas ocasiones con la realidad del dinero contante, del cash, de la pela o como ustedes tengan a bien llamarlo. Igual que era ridículo preguntar por qué no jugaba «Fondos Propios» cuando el Sevilla Fútbol Club presentaba superávits anuales en su balance, no lo es menos decir ahora que los 15 millones de pérdidas del último ejercicio tienen poco impacto por los beneficios anteriores acumulados. Ni los beneficios son dinero, ni las pérdidas (en su integridad) implican salida del mismo. Desde el punto de vista económico, para que ustedes vean lo fácil que es manipular sin decir una mentira, uno de los puntos que más estupor me causó de la comparecencia del presidente en la Junta General de Accionistas, fue cuando comentó, defendiendo la excelsa labor del mejor director deportivo de nuestra historia y paradigma del trabajo bien hecho, Ramón Rodríguez Verdejo «Monchi», que bajo su mandato el Sevilla Fútbol Club sólo había gastado 109 millones de € en futbolistas. ¿Dónde está la verdad a medias? Yo se lo explico: Imaginen que ustedes tienen una empresa y les hace falta un coche para desarrollar su actividad. Ese coche les cuesta 10.000 € y ustedes estiman que el coche les va a durar 5 años. Existe contablemente un concepto que se llama AMORTIZACIÓN que refleja la pérdida de valor del coche y que, en su caso, sería de 2.000 € al año, esta cantidad por cada uno de los años de vida del mismo. Tras el segundo año, su coche ya no vale contablemente 10.000 €, sino que vale 6.000 €. Esos 2.000 + 2.000 € que usted ha amortizado son su GASTO contable. Supongamos además que ese coche no le ha servido absolutamente para nada: le ha dado problemas de averías (cosa que le ha costado más dinero), le ha hecho gastar gasolina (1000 € al año) y, además, no le ha servido para mejorar su actividad, todo lo contrario: su antigua furgoneta le daba más utilidad. Usted, inteligentemente, decide vender el coche, y además, como es un gran vendedor, le saca 7.000 €. Ahora viene lo bueno: contablemente, usted ha tenido un beneficio de 1.000 €. Se siente orgulloso, cómo no hacerlo. Ha vendido su cacharro, y le ha sacado 1.000 €…¿no? Eso dice su contabilidad, que su GASTO ha sido sólo de 4.000 € y que, además, usted ha tenido un BENEFICIO de 1.000 €. Pero usted, que no es tan torpe, mira su cuenta bancaria y el panorama no es tan halagüeño: ve que se gastó 10.000 € en el coche, que además tiró 2.000 € en gasolina que no le han servido para nada y que lo ha vendido por 7.000 €. ¿Cómo es posible que si su contabilidad dice que usted se ha gastado 4.000 € más 2.000 en gasolina y que además ha tenido un beneficio de 1.000 €, a usted le falten 5.000 € en la cuenta respecto a como estaba al principio? Y, además, con lo que le queda no puede comprarse otro coche…¡Qué papelón! Cambien ustedes la palabra «coche» y pongan en su lugar Koné, Acosta, Konko, Del Moral, Mosquera o cualquiera de estos benditos con los que nos sorprende con más frecuencia de la que nos gustaría nuestra dirección deportiva et voilá: ahí tienen ustedes porqué, dando beneficios contables y con sólo 109 millones de € gastados bajo la batuta de Del Nido, el Sevilla Fútbol Club ha invertido más de 200 millones de € (es decir, que han salido de nuestras cuentas bancarias) desde que el presidente tomó la manija y ha fichado a la friolera de 42 futbolistas desde la temporada 2006/2007, de los cuales sólo 16 están en la primera plantilla, descapitalizada deportivamente hasta el infinito respecto la que había entonces, con casi el 90% de dicha inversión realizada en este periodo de tiempo. Por cierto, de esos 16, sólo la mitad son titulares de manera más o menos regular. Unan a esto otras tantas decenas de millones en fichas (gasolina) que no han servido absolutamente para nada y un concepto económico, permítanme la expresión, COJONUDO: El coste de oportunidad, que no es más que el coste en el que incurres por tomar una opción en lugar de la otra, es decir, lo que nos costó deportivamente fichar a Cigarini en lugar de a Borja Valero, o planificar deportivamente en función de si nos clasificábamos o no para la competición europea en la previa, en lugar de planificar para pasar dicha ronda prelliminar…. El mejor director deportivo de nuestra historia no lo es tanto desde que de su lado se fue un tal Antonio Fernández; los más críticos dirán que qué ha hecho este tras irse del Sevilla y yo les devuelvo la pregunta ¿y qué ha hecho Monchi después de que él se fuera aparte de dilapidar en filfas futbolísticas? Alguien dijo una vez que no había que hacer a alguien culpable de sus errores, pero sí responsable. La labor de los que están FUE excelente, pero hace años que no solo es mediocre, sino que además es nociva desde el punto de vista deportivo y, por ende, económico para la sociedad. Si nadie se hace responsable, y nadie dentro del club lo ha hecho, es el momento de buscar alternativas reales. Twitter: @Ferminhevia
La Milana
diciembre 4th, 2012Cuando se agota la posibilidad de una solución lógica, consensuada y digna, la única opción es la respuesta contundente, revolucionaria incluso.
Aquí ya no caben medias tintas. La derrota rozando el ridículo ante un equipo que, hoy por hoy, es mucho más equipo (sinergias generadas en un conjunto de individualidades) que el nuestro es consecuencia, nunca causa, del evidente estado deplorable en el que se encuentra nuestra entidad todos y cada uno de sus estamentos. Nunca se vio una división tal en la grada, en la afición en general, nunca se vio el Ramón Sánchez Pizjuán tan vacío, y no me refiero a los infames horarios que, sin lugar a duda, ayudan a matar poquito a poco el fútbol en el estadio, sino a la gente que, hastiada, decide que los que juegan y los que están en el palco, no merecen su presencia allí. Este cúmulo de despropósitos tiene culpables. Culpables por acción y por omisión. Ya no vale decir que la afición se ha acomodado, que sólo queremos lo bueno una vez que lo hemos probado, que el Sevilla de los títulos no volverá… No, presidente, no nos hemos empajillado con las vitrinas repletas de copas labradas por orfebres; la afición sevillista es mucho más sabia de lo que usted presupone, mucho. Nosotros no medimos el sevillismo en número de acciones, en pensar cómo colocar a nuestro hijo o primo, al amigote de turno o cómo endiñarle al directivo de marras el contrato para hacer tal o cual cosa. Sin embargo, somos conscientes de que ese poder accionarial es la única arma válida para que se vayan, se airee el club y vuele fuera toda la mierda que están dejando dentro. Como si Miguel Delibes estuviese escribiendo este momento, nuestro Sevilla es un reflejo triste y claro del cortijo de Los Santos Inocentes. Decadencia, paternalismo e incapacidad para cambiar. Porque aquí nunca pasa nada: ¿Que el presidente está condenado por diferentes delitos por los cuales estaría, a parte de encarcelado, incapacitado para desempeñar su cargo si se confirma su sentencia? NO PASA NADA ¿Que el director deportivo y su segundo se cepillan cientos de millones de €, algunos de forma sospechosa, y el equipo está a años luz del que costó tres duros? NO PASA NADA ¿Que hay una total y absoluta complicidad en todos y cada uno de los grupos que concentran acciones y que los consejeros y demás adláteres que se sitúan al lado del máximo organismo callan como meretrices para obtener la caricia o la prebenda habitual? NO PASA NADA Es tiempo de los justos. Ahora es cuando hay que demostrar dignidad y sevillismo, no para volver a ser lo de hace 6 años, anecdótico como he dicho, sino para parar esta sangría y este cisma en un club que se le queda grande a todos los que lo controlan. Ahora es tiempo del pequeño accionista, de sindicar, de que los ínclitos presidentes del pasado se rediman y presten sus acciones para un bien común, es tiempo de que aparezcan líderes y echen a los que se empeñan en demostrar que lo que sucedió al otro equipo de la ciudad no es casual, sino algo arraigado en la idiosincrasia sevillana, independientemente de si el color del cristal es verde o es rojo. José María del Nido, nuestro señorito Iván, acaba de matar a la Milana. Es el momento de Azarías. Twitter: @Ninjalepero
Gracias por constatar evidencias, señor Del Nido, pero aquí el que está al mando, como lo estaba cuando se ganaba, es usted.
Sabemos perfectamente de dónde venimos, de la mediocridad de nuestra Historia y de que los logros, no por ser muy meritorios, son mera anécdota dentro de nuestros 107 años de vida.
No somos nuevos ricos que nos hemos acostumbrado a la opulencia, simplemente es que nos duele lo nuestro, lo que ustedes están mancillando día tras día con sus decisiones imposibles, sus mentiras y contradicciones, su estraperlismo y su nepotismo y demás mierdas en las que su gestión, incomprensiblemente buena, visto lo visto en los primeros años de mandato, está convirtiendo un sentimiento que nos duele mucho más que a ustedes en un calvario que nos martillea día tras día.
Foto: Quico Pérez Ventana
Espejismo
noviembre 26th, 2012Lo de ayer es lo normal. Hay matices que maquillan el resultado, abultado pero lógico, y conste que no me refiero a encajar 4 en casa del segundo clasificado de esta Liga de mierda, sino en la palmatoria despiadada tras la semana de azúcar y regodeo con el hermano chico que, dentro de sus limitaciones, se empeña en mojarnos la oreja semana tras semana sin más recursos que el duro trabajo y el pleno conocimiento de quién es y a qué juega.
Cada vez somos menos los que dudamos de que, después de el arrebato de cojones y juego arrollador, viene la bajona propia del equipo mediocre en el que nos hemos convertido. El Getafe del año pasado, sin ir más lejos, se sacó la cuca y nos meo muy fuerte y muy amarillo, metiéndonos 5 en un partido con un Pedro Ríos que parecía Iniesta y en el que hicimos bueno a un tal Miguel Torres que seguramente sea más limitado que nuestro Jorge Andújar, alias «El Coke», para esto de jugar al fútbol. Después, muchas fatiguitas para mantener la categoría. Eso es así. No puedo dejar de mirar a los inicios de esta temporada, cuando después de un inicio prometedor para algunos, mantenía que el equipo no tenía alma. De hecho, me costó una airada discusión en público en los medios oficiales con el soplagaitas de turno, porque tras el partido del Madrid yo decía que no me fiaba del equipo ni del entrenador, y el me tachaba de mal sevillista y hacía, ya acabando y en un discurso muy corporativo y muy de obtener prebendas con forma rectangular (entradas, coño, que todo hay que decirlo), mantenía que sí, que ahora sí, que Míchel era un entrenadoraco que iba a ensombrecer a los malos sevillistas pitaores como mi menda y que el plantillón que había configurado el ex portero sería de rompe y rasga, la cuarta plantilla de España. Tacatá. Ahora me río internamente, de forma socarrona, hijoputesca incluso, intentando imaginar la cara de pánfilo que se queda cuando sueltas esa homilía de sevillismo rancio recalcitrante y resulta que tus colegas se descuelgan con partiditos como el de ayer, o el de Vigo, o el de Zaragoza, o el de Getafe del año pasado,…. El Sevilla de Míchel (de Míchel, de Monchi, de Orta, de Del Nido) es el Sevilla de los espejismos. Es como Reyes, que te mete dos goles en un derbi y lleva treinta y tantos partidos tocándoselos a dos manos y cobrando más que todos sus compañeros menos uno. El Sevilla de Míchel que lleva en liga la friolera de 30 partidos como 30 soles, ha sacado en sendas comparecencias 39 puntos. Si extrapolamos, aunque esto no son matemáticas exactas, nos vamos a la ostentosa cifra de 49 puntos en una temporada completa, que da para un 10º puesto en una temporada mediocre como la anterior, y a pasarlo más mal que bien en una temporada de algo más de nivel. Esto, señores, y no más es lo que puede ofrecernos este entrenador, esta plantilla y esta dirección deportiva. Una cosa es tener ilusión en un proyecto y otra estar plenamente ciego. La defensa a ultranza que algunos, cada vez menos, sevillistas hacen de Monchi y Del Nido, escudándose en grandes fichajes que son pasado remoto y títulos merecidamente conseguidos, es un calco con marchamo de fotocopia del «Don Manué es el mejón porque nos ha hecho ganar una Copa del Rey y le bemos ganado ar Cherzi». La ilusión está muy bien, como digo, pero la misma etimología de «ilusión» es compartida por la palabra «ILUSO». Iluso es también sinónimo de gili, tontolculo y demás lindezas que seguro que a usted se le ocurren y que no hace falta escribir. Al final, sólo surgen preguntas: ¿Por qué nadie mueve un ápice después de 4 años de evidente descapitalización deportiva y organizativa? ¿Por qué tras 200 millones de € invertidos en fichajes con otros 200 en fichas y salarios pagados en los últimos 5 años tenemos una plantilla que está a años luz en lo negativo de aquella que teníamos cuando había tres duros para invertir? ¿Nadie es responsable de esto como lo era de los títulos, los paseacopas, los discursos grandilocuentes y los fichajes rimbombantes? ¿Saldrá alguien a decir que las pérdidas son calderilla? ¿Por qué no hay un grupo opositor que no permita el cortijeo en el que ya se ha convertido el Sevilla Fútbol Club? y por encima de todo, si todos los que están (salvo seguramente el entrenador) van a seguir manejando el cotarro los próximos lustros ¿de dónde coño se va a sacar el señor Ramón Rodríguez Verdejo el dinero para recomponer este equipo que hace aguas por todos lados? Ya se lo digo yo, para que no aumente su grado ilusorio (je je): ninguna de estas preguntas tendrá respuesta ni en el corto ni en el medio plazo. Todos callados como putas y el barco a la deriva, a desandar lo que se avanzó hace unos años y a volver al «otroañoiguá». Para los que se molesten por lo que digo ¿apostamos a que tengo razón? Twitter: @Ninjalepero
«Se acabó»
noviembre 8th, 2012Se acabó. Se acabó lo que se daba, aquí queda poco que rascar. No se trata de un fin de ciclo, sino del fin de un pensamiento, de una época gloriosa, sin duda, pero efímera dentro de nuestra historia.
No se queden ustedes en lo básico; evidentemente, se echan de menos los títulos, pero se echa mucho más de menos el espíritu, la esencia, la fuerza de la unidad, la ilusión y la cohesión. Se ha perdido la identidad y ahora el sevillismo se circunscribe a una lucha interna desalmada, a un «estás conmigo o estás contra mí», a una guerra fratricida, o paterno filial, si me lo permiten, en el que no hay ni habrá ganadores ni posturas de fuerza. Todo está viciado en este Sevilla, especialmente sus señas de identidad. Nos hemos convertido en el equipo «SIN»: SIN alma, SIN moral, SIN capacidad de lucha, SIN afición…. Como ejemplo anecdótico, tuve la oportunidad de estar en el Santiago Bernabéu viendo el partido del Borussia y me dio auténtica envidia cómo, siendo una afición acostumbrada a los éxitos, acomodada si me permiten, se desgañitaba animando a su equipo desde todas las gradas de su estadio. Quién me iba a decir a mí que algún día sentiría envidia de otra afición. Banalizar y circunscribir la situación del Club al mero enfrentamiento entre Biris y Consejo es ridículo: esta circunstancia llega por el cúmulo de despropósitos perpetrados por quienes son los dueños, sus asesores y demás adláteres, por la infame planificación deportiva que ha dejado en la ruina virtual a una entidad que presumía de rentabilidad, por el nepotismo asqueroso, legal,