Blog: «COLUMNAS BLANCAS»

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COLUMNAS BLANCAS.

TRUELOS, CUATRUELOS, TRILEROS Y CUATREROS. Por Álvaro Yanes.

Pocas veces quien recibe lo que no merece
agradece lo que recibe
así que es mejor darle su merecido
Y lo agradecerá con creces
(Respeten nuestro dolor, del álbum Policlínico Miserable. Siniestro Total. 1995.)

En el lejano oeste los tiradores se batían a duelo de tal forma que ganaba el más rápido, el más infalible, el más certero. En un duelo, generalmente, vence el mejor. En cambio, en los juegos triangulares también llamados duelos a tres o truelos se produce una situación fácilmente explicable: lo normal es que gane el peor.

Piensen. Ubicamos la acción en un triángulo equilátero donde 3 enemigos se baten en truelo. Cada uno de ellos tiene una pistola con una bala. Los dos primeros son unos tiradores infalibles mientras el tercero es un tirador mediocre. El tirador 1 piensa que sus posibilidades de sobrevivir son mayores si contra él dispara el 3 que si lo hace el 2 por lo que la premisa lógica es ir contra este último. Las probabilidades de vivir son mayores eliminando al que es más probable que te pueda matar. Como no puede ser de otra forma, el 2 piensa igual. De resultas de lo anterior, los truelistas 1 y 2 se matan entre ellos y el tirador 3, que encima yerra su disparo, sale victorioso del envite.

Que la batalla que abandera nuestro Presidente en la lucha de un reparto más equitativo de los derechos televisivos es, no sólo procedente sino también justa, es algo que no duda ni tan siquiera la guardia pretoriana que periodísticamente suele proteger a los dos trasatlánticos del fútbol español. En pocas decisiones se habrá visto el señor Del Nido tan arropado como en esta no sólo por los que sentimos como él sino por todos. Los desiguales repartos existentes en la actualidad son el detonante de que las inevitables diferencias que tiene que haber entre los dos del grupo 1 (Madrid, Barça) y los varios del grupo 2 (Sevilla, Valencia, At.Madrid y algún otro) se conviertan en siderales. Pero ojo. En este truelo no podemos olvidar a ese inmenso grupo 3 que conforman esos equipos menores que tienen como objetivo salvar la temporada no descendiendo pero que aspiran en el fondo a alcanzar el segundo status.

En el tema de la televisión los del grupo 3, tiradores mediocres pero que de tontos no tienen un pelo, están en un sí pero no. Van a una reunión con la boquita pequeña pero a la hora de la verdad llega tito Floren, les riñe por ser niños malos, les promete las migajas y reculan de una manera vergonzante. Ellos saben que su objetivo debe ser el escalón siguiente, que las grandes guerras le superan y deciden dejar que sean otros los que se desgasten. La semana pasada escuché a Preciado decir que la batalla de Del Nido contra Madrid y Barça está muy bien y tal, pero que ya quisiera el Sporting cobrar lo que cobra el Sevilla. Lo que vengo a decir es que nosotros, que somos el tirador 2, estamos peleando con el 1. Y que probablemente le vamos a hacer daño. Mucho daño. Pero, mientras tanto, el humilde tercer tirador está ahí de tapadillo y sin hacer nada esperando que se le haga el trabajo sucio. Y eso de trabajar para el enemigo, pues mira, tampoco.

Con todo esto hay que andarse, además, con pies de plomo ya que puede aparecer un cuarto tirador que tenía pinta de ser amigo, pero que cuando huele la carnaza se aprovecha de lo que haces y velando por sus intereses termina volviéndose contra tí. Me refiero a la noticia con la que nos desayunamos la semana pasada referente a que el Liverpool (http://feeds.univision.com/feeds/article/2011-10-12/el-liverpool-propone-un-modelo?refPath=/futbol/europa/ ) está cuestionándose (ahora y con argumentos torticeros) si el reparto de los derechos de la Premier es justo o no. Se basa en las mismas premisas nuestras, pero al revés, claro. Es decir: el Sevilla esgrime que en España la venta individualizada de los derechos televisivos implica que entre el primero y el último haya 130 millones de euros de diferencia y que eso no puede ser porque, tomen ustedes buena nota, en la Premier entre el primero y el último hay sólo 25 millones de diferencia por lo que procedente debe ser la venta conjunta de derechos. Y ahora el Liverpool sale diciendo que no puede haber sólo 25 millones de euros de diferencia entre campeón y colista de su liga porque en la Liga de las estrellas hay 130 millones de diferencia lo cual le supone un grave perjuicio a la hora de competir en Europa abogando así por la venta individualizada del producto. Argumentan que si el Madrid consigue 140 millones con su contrato, el Liverpool es capaz, vendiendo sus derechos de lograr mucho más de los 55 que cobra actualmente. Lo dicho: cuidado con no lograr que con tus actos tus argumentos se volteen contra ti y cuidado con hacerle el trabajo a los demás.

Y en otro orden de cosas es necesario recordar que el significarse mucho y/o dar la cara en exceso por los demás puede traer consecuencias imprevisibles. Ahí, en la complejidad de alcanzar el virtuoso punto medio entre la significación y el olvido, es donde tienen nuestros dirigentes que acertar. Y aunque ha habido guiños de ceder la bandera para que ahora la porten atléticos o chés (o al menos que ayuden a llevarla), nuestro Presidente a poco que le acercan la alcachofa (anteayer, ante un medio noruego) salta con una vehemencia inusitada. Por tanto y como corolario, un aviso a navegantes: nunca debemos olvidar que la lucha contra el grupo 1 nos puede suponer, a corto plazo, una erosión palpable de tal forma que la posibilidad de recibir ataques de la línea de flotación que rodea al poder establecido resulta harto probable. En román paladino lo que pretendo decir es que el sevillismo debe estar preparado ante la real posibilidad de que, cual temporada de Marcos Alonso, suframos más daños colaterales de la cuenta. Repito lo que vengo diciendo desde hace años. La lucha, máxime en gente ambiciosa como la sevillista, me parece justa e inevitable. Y en este tema de las televisiones, ni un paso atrás ni para coger impulso. Pero lo que tampoco se puede obviar es que cuando tú guerreas para derrocar un régimen, la posibilidad de que salgas escaldado no sólo existe sino que es probable. Por tanto, en este especie de idealismo romántico del que parece que todos estamos imbuidos y que preside nuestra lucha quijotesca contra los gigantes, no está nunca de más una reflexión pragmática y tener en cuenta que aunque la vida puede ser maravillosa (recuerdo eterno al gran Montes en el segundo aniversario de su pérdida) el camino no va a ser de rosas, que las que hay tienen espinas y que el asqueroso submundo futbolero está lleno de buitres que quieren que les allanes el terreno para después pisarte.