SEVILLAMANIA. Por Pedro Del Moral
CASA DE PUTAS.
En 2007 se produjo un hecho sin precedentes. Al calor de los resultados y ante la borrachera de títulos, a los sevillistas se les metió vilmente la mano en la cartera subiendo el precio de los abonos hasta límites insospechados. La clasificación para la Champions, el ascenso del filial a la categoría de plata y el IPC atomizado fueron los bulos más extendidos para llevar a cabo una tropelía que, salvo dudosas excepciones, se mantiene hasta nuestros días. Pero el dato excepcional viene ahora. Después de la tempestad vino la calma y en ciertos sectores, por increíble que parezca, salieron abanderados del verdadero sevillismo protegiendo al club de las críticas: “Si no pueden pagar ya vendrán otros, para eso está la lista de espera”; “Si tanto protestan que se hagan de otro equipo”, se llegó a escuchar incluso desde el propio seno del club. Paradójicamente, aquellos que entienden su sevillismo únicamente bajo el discurso oficial que se les lanza, ya tienen un espejo donde mirarse.
Hoy, la antiguamente conocida como “Liga de las Estrellas” se ha transformado en una enorme y mohosa casa de putas. Dos clubes hablan y el resto callan. Dos clubes se llevan la gran tajada del dinero de las televisiones y el resto se conforma con unas migajas que caen de la mesa de los poderosos. Cada uno pelea ferozmente su parte de carroña para llegar a fin de mes. No, no hablamos de ningún régimen político del siglo pasado en el cuerno de África, hablamos de la Liga española. Ayer, en la asamblea de la LFP sólo Betis, Espanyol y Villarreal se mantuvieron en el frente junto al Sevilla. El resto de clubes reunidos el pasado 8 de septiembre en Nervión se limitaron a agachar la cabeza y pedir perdón ante la firme voz de su amo. Entidades que ayer vendieron su libertad, o al menos su derecho a pelear por ser más grandes. La Liga española, con su arcaica organización y su método caciquil, no es ni más ni menos que lo que nos merecemos. Lógicamente, como ya sucedió en 2007 y como bien apuntó Sergio Ramos, existe otra alternativa: “si no te gusta, te vas a otra Liga”.
