«El Hacha de Rubén Uría»: Él no es responsable

Escrito por Number 1 Sport. Creado en Los Blogs opinan

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ÉL NO ES RESPONSABLE. Por Rubén Uría.

Él no es responsable, la culpa es del desobediente núcleo de jugadores que se resiste a respaldar su discurso en público. Él no es responsable de la ley del silencio, porque todo obedece a un malentendido del inferior del ‘ser superior’, que reconoció que esa decisión era ‘una postura tomada por el cuadro técnico y por el vestuario’. Él no es responsable de hablar para esquivar una multa ejemplar de la UEFA, ese organismo del que insinuó que cobijaba una conspiración que, con la ayuda de Unicef,  estaba destinada a perseguir a su equipo. Él no es responsable de que un periodista tenga la osadía de preguntarle a uno de sus jugadores si hablarán después del partido, por lo que aplica el protocolo reglamentario del artículo 33 para, todo educación y señorío – ese mantra que tanto crispa a sus legionarios-, proceder a levantarse y abandonar la conferencia de prensa.  Él no es responsable porque serlo sería condenarse a actuar cuando la situación lo requiere, en vez de cuando le favorece.

Él no es responsable, lo es el periodismo deportivo rosáceo que le adoró como un becerro de oro en aras de la audiencia y que ahora se arrepiente del monstruo que ha fabricado. Él no es responsable de haber ocupado el espacio de ‘princesa del pueblo’ de un gremio agonizante que, imitando y dignificando el formato de ‘Tómbola’ y ‘Sálvame’, se atribuye el dudoso mérito convertir los programas de fútbol en tertulias sobre árbitros. Él no es responsable de sus voceros mediáticos, esos  palmeros que conforman una guardia pretoriana que amplifica sus caprichos y asesina la reputación de quien no le baila el agua. Él no es responsable de que un sector de la prensa le pregunte de cuestiones que poco o nada tienen que ver con el fútbol, ni será el responsable de que, después de un plante pueril, algunos periodistas pierdan su dignidad para correr, como la niña del exorcista por los pasillos, para ocupar la primera fila de la sala y reproducir sus nuevas encíclicas. Él no es responsable de la falta de coraje de una prensa que silencia la complacencia de un presidente que le dio empleo y ahora parece su empleado.

Él no es responsable de que haya probado casi todo sin salirle casi nada ante el Barça,  no es culpable de unos fichajes ruinosos, no se le puede imputar su ascendente en  una política de comunicación casi paramilitar y no ha permitido la violencia de quien, cuando pierde, pisa la mano en vez de darla. Él no es responsable de las opiniones de su ‘mini-yo’ en las redes sociales, ni tiene nada que ver con las reiteradas expulsiones de sus modélicos y sensatos colaboradores, ni fue culpable de que su dedo, el que señala el camino, se topase con un ojo ajeno. Él no es responsable si el resultado no es positivo, ni cuando su táctica es errática, ni cuando sus cambios no surten efecto,  ni cuando las jugadas polémicas no le favorecen, porque su vista selectiva se lo impide. Él no es responsable, excepto cuando su club gana un título. Entonces, siempre aparece en el primer lugar de la fila de los responsables.

Rubén Uría / Eurosport