Hoy se cumplen diez años de aquel trágico 11 S, el día que el mundo del deporte se paró en seco, impotente ante una masacre, un atentado que no sólo azotó a Estados Unidos, sino al mundo.
Una década, diez años ya de aquel devastador atentado que puso un antes y un después de aquel 11 S que cambió, al menos un poco, la forma de ver y entender la vida de todos aquellos con un poco de sensibilidad. El día que aprendimos que nadie puede controlar su destino mientras que el mundo este lleno de estos cobardes, estos asesinos que empañan la felicidad de un mundo que puede ser maravilloso. Aquel día cayó uno de los emblemas de la ciudad de Nueva York, las famosas Torres Gemelas, pero con ellas cayeron muchas cosas más. Ese día, ese inolvidable 11 S marcado en el calendario como una de las fechas fatídicas de la humanidad, cambió el mundo, pero desgraciadamente no el del fútbol. Pese a que se propuso que se paralizara la jornada de la Liga de Campeones que precisamente se iniciaba ese día, la UEFA decidió no aplazar nada. Como siempre, el negocio del fútbol estaba por encima de otras cosas más importantes como la solidaridad. Un significativo minuto de silencio fue el ‘homenaje’ de respeto decidido por la UEFA, ese organismo maravilloso que debería tener mayor sensibilidad en este tipo de cosas.
El deporte dejó de existir en Estados Unidos pero no en el resto del mundo. La Champions League seguía adelante porque sí. Tras la metedura de pata, y las presiones políticas por tan desacertada decisión, la UEFA donde dijo, digo, dijo Diego y suspendió los restantes partidos de Champions y UEFA. Una vez más, los famosos Estados Unidos fueron distintos. Se suspendió la preparación de los equipos NBA que estaban de pretemporada, la NFL suspendió su jornada de Liga, tres cuartos de lo mismo, la MLB (Major League de Béisbol). Fue tal el revuelo por el dolor vivido que incluso el mítico Michael Jordan suspendió la rueda de prensa que iba a ofrecer para anunciar su vuelta a la mejor Liga de baloncesto del mundo. El deporte mundial se paralizó. Nada volvería a ser igual que antes. El mundo lloraba la tragedia de Estados Unidos con la lección aprendida de que hasta el más fuerte, el más grande y el poderoso puede sufrir pérdidas irreparables. Diez años del 11 S, diez años de aquellos ataques a Nueva York y Washington. Diez años de aquel atentado contra la libertad; contra el mundo…
