Ya no es aquel niño que sorprendió al mundo pero sigue siendo igual de bueno, aunque ya no nos sorprenda tanto como antes. Nos hemos acostumbrado a su raza de campeón…
Ha crecido, tiene 25 años y ya no es aquel crío de ojos rasgados y un martillo en su brazo con el que destrozaba a base de raquetazos a sus rivales. El niño se ha hecho mayor, ha madurado y ya tiene voz propia, no depende de su entrenador para todo. Eso precisamente ha provocado que hayan surgido algunas discrepancias entre Rafa Nadal y su tío y entrenador, algo lógico entre dos personas con tantas horas compartidas, como reconoce el tenista mallorquín en una entrevista concedida a la revista ‘The Wall Street Journal’. Nadal explica el motivo de esas diferencias: «Antes me decía algo y yo escuchaba, ahora es distinto, sigo escuchando pero también tengo mi opinión porque he madurado y puedo responderle. Tengo 25 años y aunque le moleste él tiene que entender que yo también tengo voz y mi opinión».
Eso sí, el propio Rafa evita cualquier tipo de polémica para aquellos que puedan buscar el morbo de un fin de relación profesional entre tenista y entrenador antes de tiempo. «Sigo teniendo un gran respeto por él y eso nunca va a cambiar pero como te digo también tengo mi opinión y no tiene porque ser siempre igual que la de mi entrenador». Y con rotundidad deja claro que «si otra gente me hubiera dicho las cosas que me decía mi tío y entrenador habría sido difícil continuar juntos. Lo veía más como mi entrenador que como mi tío pero al mismo tiempo lo quería como mi tío que es». Y por último, sobre lo que puede deparar el futuro a ambos apunta que «nunca se sabe lo que puede ocurrir. Él tiene tres hijos y está cansado de viajar alrededor del mundo. Nunca se sabe lo que puede ocurrir en el futuro».