No se fue, pero quedó en el olvido para algunos, que tras su grave lesión y la posterior salida del Betis para recalar en Segunda división pensaban que la joven promesa ya lo había dicho todo…
Se llama Álvaro Vadillo y no regresa porque nunca fue. Las lesiones le castigaron excesivamente a este joven prometedor del fútbol español al que muchos comparaban con Joaquín y le señalaban como su digno sucesor. Desparpajo, clase y ese descaro que tienen los grandes tracks en el terreno de juego. Pero llegó aquel partido en el santiago Bernabéu y esa malita lesión en una desafortunada jugada con el internacional Sergio Ramos. Su imagen en la camilla con gesto de dolor sigue grabada en las retinas de los béticos.
Luego llegaron duros meses de rehabilitación, un largo trayecto para volver a ser el de antes. Llegó el momento pero una nueva lesión en pretemporada cuando volvía a ser el de siempre le dejaba otra vez fuera de combate. Meses duros con el apoyo de los suyos, sin duda sus mejores aliados para volver a ser el de antes, con esos padres siempre al lado del cañón y haciendo de la familia su mejor aliado para demostrar que nunca dejó de ser futbolista.
Su salida del Betis hizo que muchos le dieran por acabado, incluso que era esa eterna promesa que no rompió, pero se equivocaban. Álvaro tiró de esa educación que le brindaron sus padres y pese a estar molesto por el trato recibido en esa casa a la que tanto dio, prefirió callar, trabajar en silencio y preparar su mejor ‘venganza’ esa que se sirve en plato frío…
Pasó el tiempo, llegó el volver a los campos de Segunda división, dejar atrás la máxima categoría para recuperar el terreno perdido. El niño prometedor se fue haciendo hombre, sin prisas pero sin pausa, y como más se suma, en silencio. Se marchó al modesto Huesca con el que lograba ascender a Primera división pero cuando parecía que su regreso a la categoría que nunca debió abandonar era un hecho, se confirmaba su marcha del equipo azulgrana para recalar en el Granada.
Otro año en Segunda para sumar experiencia y controlando ese hambre de volver a la cima, esa de la que sólo le apartó una grave lesión. Comenzaba una nueva vida en el Granada, curiosamente el equipo ante el que debutó en Primera división el 27 de agosto de 2011 con Pepe Mel como entrenador verdiblanco, con 16 años y en el estadio de Los Cármenes, la que ahora es su casa; y convirtiéndose en el primer jugador de toda la historia del Real Betis de debutar con 16 años.
Con el Granada brilla y regresa a Primera división, la categoría de la que nunca debió salir, y lo hace con muchas ganas y juventud, este futbolista formado en la cantera del Real Betis y que probó las mieles de la selección española en todas sus categorías inferiores, hasta llegar a la Sub-21. Y el resto de la historia lo podrán ver con su retorno a Primera, su vuelta a Primera, con ese golpe en la mesa gritando a los cuatro vientos que Vadillo sigue siendo de Primera.
¡Bienvenido! Con todos ustedes… Álvaro Vadillo
Texto: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker
Foto: Vavel y JOSÉ EMILIO GÓMEZ @JoseEmilioGomez
