Hay personas que dejan huella incluso después de su muerte, y ese es el caso de Miki Roqué, que sigue muy vivo en el recuerdo de todos. Carlos Puyol es sin duda, el mejor embajador del bético.
Se fue pero nos dejó su legado, ese recuerdo que le convirtió en ídolo pese al paso de los años. Miki Roqué fue un ejemplo de constancia y superación, y ni la maldita enfermedad que nos lo arrebató ha podido con su memoria y con esa herencia que nos dejó en vida: su forma de ser. Ahora, unos años después de su marcha sale «La luz de Miki Roque» el libro de ediciones Urano que rinde homenaje al futbolista de Tremp que nos dejó el 12 de junio de 2012. El argentino Juan Manuel López, autor del libro, nos deja este recuerdo plasmado en papel para mantener aún más viva su memoria. La idea es la de generar preguntas y no respuestas con las que seguir creciendo y que el lector se sienta reflejado con el mismo para que posteriormente se encargue de sacar sus propias conclusiones sin necesidad de buscar las de los demás. Pero no ha sido éste el único que ha potenciado la imagen de Miki; si alguien ha destacado por ello ese ha sido el ex internacional azulgrana Carles Puyol que siempre mostró su apoyo a su casi vecino, Miki era de Tremp y Carles de La Pobla. Así fue naciendo una relación que terminó convirtiéndose en una gran amistad como reconocía el propio Puyol en la presentación.
Carlos Puyol recuerda al ex jugador bético como una persona que siempre se preocupó más de los demás que de él mismo. «Miki me ayudó más a mi que yo a él. Lo estaba pasando mal pero siempre brillaba por su generosidad, se preocupaba por los demás. Era muy positivo. Se preocupaba más de cómo estaba yo, en esos momentos con problemas físicos, que de él mismo». El ex capitán del FC Barcelona estuvo ayudando hasta el último momento a Miki Roqué en un acto que demuestra su grandeza personal, especialmente si tenemos en cuenta que nunca lo hizo público sino que estuvo siempre en la sombra, dando su apoyo constante e incluso homenajeando a Miki Roque, al llevar su número y su nombre en sus botas. Tras la muerte de Roqué se supo la labor que estuvo llevando Carles Puyol, gesto que sin duda fue muy aplaudido no sólo por una afición verdiblanca agradecida como pocas, sino por el mundo del fútbol en general, sin distinción ni colores, por uno de los grandes títulos del que puede presumir alguien: el de ser buena persona. Grande Carles Puyol que regaló a los presentes en la presentación del libro un consejo: «Hay que disfrutar de los momentos que nos regala la vida porque nunca sabes lo que puede pasar al día siguiente». Twitter: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11ara Foto: Sport
