Y llegó el primer día del año 2022, el estreno de 365 nuevos días para poder hacer realidad todos nuestros sueños, para seguir creciendo, sumando, para ser mejor personas e intentar cambiar esta sociedad maltrecha y teledirigida por unos políticos son sueldos desorbitados y empeñados en tener a hombres y mujeres enfrentados, en una guerra de sexos sin sentido, con la violencia de género, cuando mis padres me enseñaron desde pequeño que la violencia no tiene genero. Nadie debe sufrirla.
Pero es lo que vende y mantiene la mente distraída: que si la independencia de Cataluña, la vida desconocida de Juan Carlos I de Borbón, el volcán, Rociíto, la pandemia y… así sin cesar, para que se hable de todo menos de lo que hay que hablar. De esta sociedad donde los valores han quedado atrás, donde respeto y educación son palabras vacías para una gran mayoría, donde los ‘señores’ políticos se van haciendo más ricos a costa de hacer más pobre al pueblo, y a esos ciudadanos que somos los que mantenemos su vida de señoritos.
Llega un nuevo año y con el mismo la opción de demostrar al resto del mundo que la vida es bella, que pese a tantas caídas siempre es bello levantarse. Porque estamos preparados para las cosas buenas pero no para las malas y son precisamente esas las que nos hacen crecer y valorar todo lo bueno que pasa por nuestras vidas. La pandemia hizo que la gente valorara a los sanitarios, gran labor la suya, pero antes y después de la aparición del dichoso Covid. Tan valiosa como la de los hosteleros, a los que tantos problemas se le ponen cada día, la de los periodistas a pie de calle para llevarles siempre la mejor información, salvo aquellos que entran en el juego del poder para vivir mejor olvidando cuál es su labor.
Vital como la de Policías, bomberos, fontaneros, electricistas, reponedores de supermercados, camioneros y tantas y tantas profesiones sin las que el puzzle estaría incompleto. Porque todo y cada uno de ellos son importantes. Así que ya es hora que valoremos a cada amigo, cada vecino y cada extraño con el que nos cruzamos. Recuperen esos valores, recuerden que no hay palabras más bellas que gracias, perdón, te quiero, te echo de menos…
Recordemos cuando nos moríamos por abrazarnos, por besarnos, por vernos, cuando un confinamiento nos enseñó lo bello que es vivir y sentirnos libres, sin horarios, sin trabas y sin distancia social… ni moral. Llega 2022 un nuevo año, 365 días para vivir, para soñar, para amar. ¿Se lo van a perder? Dejen de poner excusas, de dejar las cosas para mañana porque el mañana nunca llega. Amen y déjense amar, respeten, empaticen, prioricen y sobre todo vivan, porque la vida es hoy, y a veces no hay segundas oportunidades.
¡Feliz Año 2022!
Por: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker
Foto: Heraldo de México
