Una historia de amor, superación y… sevillismo

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Nuestros números 1, Number1 opina

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Amor de padres a hijos, ese amor eterno que no entiende de fronteras sentencias judiciales ni  incluso de ese paso al más allá llamado muerte. Hoy le dejamos una historia de las que emocionan, pero sobre todo les dejamos una auténtica lección de amor y superación. La de unos padres rotos de dolor, pero llenos de amor, a un hijo, muy vivo en sus corazones y a su Sevilla FC del alma.

No juegan en un grande, ni ocupan portadas de periódicos ni informativos nacionales e internacionales, pero hacen méritos más que suficientes para estar en primera plana gracias a su historia de amor eterno con la que cada mañana, cada despertar nos dan una lección, un motivo para estar vivos. Una historia de amor y superación que hoy desde Number 1 Sport queremos destacar y dar el protagonismo que realmente merece…

Se llamaba Jesús Moreno Palomo, o mejor dicho, se llama porque su recuerdo le hace eterno. Un niño que se fue antes de tiempo para acompañar en el tercer anillo a Antonio Puerta y José Antonio Reyes, a los que, en vida, pudo transmitirle alguna vez su sevillismo junto a ese embajador que es su padre, Rafael Moreno Romay; quien no hay día que ya sea personalmente, en su mente, o en sus redes sociales le haga su particular homenaje a ese niño que de ser cuidado por sus padres ha pasado a ser él quien cuida de ellos desde ese Cielo bañado ahora de sevillismo.

Por ello, hoy estas líneas van para ti amigo Rafa, para ti y tu esposa, ambos siempre al pie del cañón para mantener vivo el alma de vuestro hijo Jesús, presente cada uno de vuestros días aunque desde hace un tiempo no hayas podido disfrutar de su presencia física ni de su sonrisa salvo por esas fotos que sin duda son ahora mismo la mejor forma de tenerlo presente.

Rafael, tanto tú como tu esposa sois un ejemplo de ese amor eterno que vemos en las películas pero llevado a la vida real, a esta cruda realidad que nos hace tener que levantarnos ante un revés durísimo como el que pasáis cada día desde aquel momento en que Jesús nos dijo adiós con esa sonrisa eterna que siempre dibujaba y que ahora os ha trasladado a vosotros, sus orgullosos padres.

Porque ahora, queridos amigos vosotros sois sus mejores Embajadores en la tierra, sois ustedes los que debéis dibujar sus sonrisas como antes hacia él cada vez que pisaba su segunda casa, el Ramón Sánchez Pizjuán. Porque así lo ha querido Jesús y ya sabéis que el peque siempre conseguía lo que se proponía. El caprichoso destino, y una maldita arrítmia congénita, tan mortal como injusta se lo llevó antes de tiempo, pero aunque no nos sirve de consuelo, para los que tuvimos la fortuna de verle dibujar una sonrisa alguna vez, sí que ayuda para seguir adelante.

Y desgraciadamente hay cosas en la vida que no tienen solución ni vuelta atrás. Toca disfrutar querido amigo, con la fortuna de haberlo disfrutado los años que estuvo entre nosotros, de lo que nos enseñó y de la admiración con la que siempre os miraba. Esos caminos hacia el Sánchez Pizjuán, nuestra otra casa, esa en la que dibujaba sus mejores sonrisas y en las que derramó lágrimas de alegría, con aquella primera UEFA Europa League con la que saboreó el ser campeón, pero no en España, sino en Europa.

Son fechas muy señaladas y difíciles para los que perdimos algún ser querido, pero nos guste o no, la vida sigue familia, y eso es lo que él habría querido siempre. Sí, que le echéis de menos pero dibujando sonrisas, esas en las que Jesús era como su Sevilla FC del alma, de Champions League. Y sin olvidar que la estrella que más brille cada día del año es Jesús dando las gracias con ese “te quiero” que llega al alma antes de como cada noche deciros: «Buenas noches Mamá, buenas noches Papá».

Por: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker by @Number1Sport

PD: Dedicado a Jesús Moreno Palomo, el sevillista de la sonrisa eterna, y a sus padres