Las cosas son como son, y no como uno quiere que sean. Esto es algo que ya descubrí hace tiempo, aunque hay gente empeñada en contar las cosas a su propio antojo o capricho con la única intención de hacer daño.
Llevaba ya unos días con una noticia que había llegado a mis oídos por distintas vías: El Sevilla FC estaba detrás de Daniel Carriço y lo había seguido bastante de cerca para incorporarlo de cara a la próxima temporada, hasta el punto de que miembros de la secretaría técnica habían viajado hasta Portugal en varias ocasiones, incluso el mismo Monchi. Ayer por la mañana, alguien próximo al club me dijo, sin que yo le preguntase al respecto, que el Sevilla FC había llegado hace unos días a un acuerdo con el jugador, y que sólo faltaba cerrar algunas cláusulas con el Sporting de Lisboba para el traspaso. Todo lo que me dice me lo creo porque me concordaba con lo que conocía del tema, por lo cual decido publicar que «El Sevilla FC llega a un acuerdo con Daniel Carriço», no que el Sevilla fiche a Carriço como algunos han puesto en mi boca, sino que existe acuerdo entre el Sevilla y el jugador. A las 20,48h se pone en contacto conmigo una persona del club, insisto en esto: se pone en contacto conmigo, que no yo con dicha persona, y me asegura que ha quedado totalmente descartada la opción de fichar a Carriço, cosa que también me creo y por supuesto lo publico rápidamente: «El Sporting de Lisboa tensa la cuerda y en el Sevilla da a Carriço por descartado» sin importarme lo que había escrito hace sólo unas horas y confiando en alguien que hasta ahora jamás me ha mentido. Es más, a las 21,00h el que me dio la información por la mañana seguía insistiendo en que Carriço vendría al Sevilla, que me estaba equivocando con lo nuevo que había publicado, ofreciéndome datos exactos de dónde y cómo se habían producido los movimientos. Pero decido creer la segunda opción. Las cosas son como son y no como uno quiere que sean. Se que hay gente que prefiere esperar a que salga la confirmación de los fichajes en la web oficial del Sevilla FC para escribirlo, me parece correcto y respetable, lo que no entiendo es que esa gente quieran que todos seamos así y además no respeten al que quiere contar algo que sabe por la tarde y que no le importa tres horas después decir lo nuevo que le ha llegado. Cada uno elige contar lo que sabe con el riesgo a equivocarse, y ojalá fuese así todo en la vida. Yo fallo, claro que sí, es lo que tiene arriesgarse en la vida (el que no falla es el que no se arriesga nunca), pero no me importa rectificar las veces que tenga que hacerlo y recibir todas las críticas que me merezca. Desde hace algún tiempo tengo muy claro que hay tipos a los que no hace falta devolverles el insulto, insisto que basta con darse una vuelta por sus tweets, porque a través de lo que ellos mismos escriben se están encargando precisamente de describirse a la perfección. Y por ahora me voy a quedar aquí, porque el día que se me inflen los eggs… se de uno que va a tener que salir corriendo del material que voy a poner a disposición del que quiera escribir un libro. Porque historias no van a faltar, y porque algunos están tan atados de pies y manos que no entiendo como son tan torpes para abrir la boca y encima señalar a los demás para intentar insultarlo o menospreciarlo. Y es que las cosas son como son, y no como uno quiere que sean. Twitter: @NachoMateos.
Por eso yo por la tarde publiqué lo que sabía, y más tarde no dudé en publicar lo último que me había llegado.
No entiendo cual es el pecado, porque ni mentí la primera vez, ni tampoco mentí en la segunda vez que publiqué lo de Carriço. La primera me la creí, y luego entendí que era imposible que la segunda me estuviese mintiendo pues insisto en que jamás lo ha hecho.
Peor es el insulto constante a sevillistas que no piensan como algunos siguen empeñados en que se piense.
Peor es la fijación de ese que no tiene huevos de nombrarme por mi nombre y apellidos cuando intenta menospreciarme o insultarme, con las ganas que tengo yo no sólo de nombrarlo, sino de contar quién es.
Peor es darse una vuelta por la cuenta twitter de algún personaje para ver la clase de persona que es y la educación y el respeto que ofrece.
Como para que encima vaya por la vida dando lecciones de… ¿qué cosa?
Pero lo que no soy es un insultador ni un irrespetuoso con los demás. Porque la persona más imperfecta es precisamente la que se cree perfecta y no sabe escribir tres renglones sin insultar o menospreciar al que no piense como él, al que no sigue el camino que él decide trazar para que pasen los demás.
O dos, o tres..
