Junto al repugnante centralismo y favoritismo de los que comandan esto del fútbol, un Consejo de Administración que hace poco, más que protestar.
Poco puede decirse a estas alturas sobre cómo están hechas las normas en el fútbol, además del hedor que emiten quienes además están supuestamente encargados para aplicarlas. Trata uno de no sorprenderse hasta que te encuentras lo del indulto a Mourinho, por decir algo, cuando si fuera entrenador de otro equipo el banquillo lo hubiera tenido que instalar en el palco de la de jornadas sin poder ejercitar su trabajo a ras de césped. En razón a eso, resulta poco relevante, aunque nos duela, que hayan aplazado un partido como el Real Betis – Atlético de Madrid, no por injusto, que lo es, sino porque de lo que hemos llegado a ver esto resulta una memez contra un equipo al que consideramos el más grande del mundo pero, mal que nos pese, sólo lo es para los béticos. Ya te pone de vuelta y media que lo pospongan porque los caballeretes tienen muchos cracks que juegan en sus selecciones, pero, es que además, ponen hasta la fecha para que jueguen contra nosotros en nuestro propio estadio. Pero, ¿y el Consejo? En unas declaraciones llenas de acierto por parte de un Bosch, al que en esta ocasión le ampara el desconocimiento del fútbol para decir que ya está bien de concesiones y favoritismos, quien escribe esperaba que, desde luego, lo que era de todos sabido como es un cambio de fecha, no quedase en un primer asalto. Nada más lejos de la realidad: llega la decisión esperada, se aplaza el partido, nos ponen la fecha para jugar y todo se queda en un comunicado lleno de pataletas estériles. Eso sí: las protestas las da Bosch y la asunción del dictamen, el presidente. ¿Es esto de recibo? Oigan, en cierto equipo llevan temporadas graznando sobre lo injusto del reparto televisivo, con más o menos resultado, pero por lo menos nos tienen respeto por agrios, se ha movilizado al fútbol entero y se han obligado a todos a sentarse en determinadas mesas. ¿Tan poquito ímpetu se puede tener? Para decir que se tiene poca fuerza, al menos se debe haber intentado. Ímpetu, ninguno. Twitter: @NUMBER1Sport
