Betis ¿De dónde vienes y hacia dónde vas?

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Number1 opina, Real Betis

Tagged: , , , , , ,


Murmullo en la grada del Benito Villamarín tras la derrota ante el Rayo Vallecano, la afición abandona antes del final del partido… Lógica desilusión de la débil memoria que tiene el fútbol…

Estoy en las gradas del Benito Villamarín donde he acudido para hacer la crónica del Real Betis – Rayo Vallecano. Mientras que tecleo mis sensaciones del partido en mi ipad 2 no puedo dejar de observar incrédulo los gritos, las protestas y el malestar de los aficionados que se encuentran a mi lado. Siempre me ha gustado, desde mi etapa en el diario Marca ‘colarme’ entre los aficionados, huyendo de los ‘cómodos’ asientos destinados para la prensa, porque pienso que de esa forma uno puede palpar mejor el sentimiento y las sensaciones de los que mueven este apasionante mundo de la pelota. Los aficionados.

Pero hoy es uno de esos días en los que pienso que cada día se menos de esto. ¡Cuántos entrenadores se sientan en las gradas! ¡Cuántos catedráticos de este bendito deporte capaz de mover masas y de hacernos pasar de las lágrimas a la euforia en segundos! El que transcurre desde que el balón sale de la bota del futbolista y llega a besar la malla rival.

Sí, entiendo que un aficionado se enfade porque su equipo pierda, porque acumule cuatro jornadas consecutivas perdiendo, postilla utilizada por aquellos a los que parece les jode en demasía el éxito de un hombre serio, de un profesional ejemplar, del artífice del milagro, Pepe Mel, el técnico que sacó al Betis del infierno de Segunda para hacerle nuevamente una referencia en Primera.

El Betis ante el Rayo no ha sido ese equipo de las primeras jornadas, el que asombró a media Europa con unas cifras tan sólo al alcance de los más grandes, el que hizo pleno, cuatro de cuatro… pero victorias ¿no se acuerdan ya? Este es el mismo Betis, el mismo, y son los mismos profesionales, los mismos, que lo llevan adelante con más o menos fortuna pero les puedo asegurar que con la misma profesionalidad que antes.

Cuando tu destino depende de que una pelota entre o no se entiende la vida de otra forma. Se aprecian esos pequeños detalles que tan grandes nos hacen, se valoran esas otras cosas que en el aficionado tan sólo perduran una semana, el tiempo que transcurre de un partido a otro. Me da pena ver como esa afición que hace poco se echaba a la calle pidiendo un cambio, se haya olvidado del mismo tan pronto.

Me da pena como hoy había quien criticaba a ese Pepe Mel que les llevó a Primera, a ese Rubén Castro al que adoraban las dos primeras jornadas y añoraban tras su lesión, o como dudaban de un Casto nervioso para después ‘regalarle’ un merecido aplauso tras una mano espectacular que servía para sacar un balón de la mismísima escuadra.

Entiendo las palabras de Pepe Mel en rueda de prensa, su ‘desilusión’ entre comillas, esa tristeza que embarga al que sabe que la dichosa fortuna es la que te coloca en la cima o en el disparadero. Hoy, no ha sido un domingo fácil para Pepe Mel. El Betis caía ante un Rayo que tampoco fue lo superior que refleja el marcador. Pero estoy seguro que hoy ha sido un domingo, como los tres anteriores, en el que el técnico ha podido apreciar la diferencia entre el amigo y el de la ‘palmadita’ tras el triunfo.

Después de ocho jornadas disputadas, el Real Betis, sí el de la crisis, el que lleva cuatro jornadas consecutivas perdiendo, el que ya no juega como antes, el que está flojo en defensa… (añadan todo lo que les apetezca), sí ese Betis, es séptimo con doce puntos. Cuatro partidos ganados, también consecutivos ¿se acuerdan? y otras tantas derrotas. Diez goles a favor, y trece en contra con un bagaje de doce puntos de 24 posibles.

Este Betis en ¿crisis? estaba el pasado año en Segunda división, es decir, había veinte equipos en Primera mejor que él. A día de hoy, el Betis es el séptimo mejor equipo de la Liga española, siendo superado tan sólo por los poderosos Real Madrid, FC Barcelona, y los siempre potentes Sevilla y Valencia; y por detrás de un sorprendente Levante, sensación en este inicio, y un Málaga que a golpe de talonario hizo un equipo de ensueño.

Además, al Betis le separa de los puestos europeos, la ‘friolera’ de un punto para la Europa League y cuatro para la Champions que cierra su vecino Sevilla Fútbol Club. ¿Se puede pedir más a un equipo que se hizo dando entrada a cuenta gotas mientras se cerraba la operación salida? ¿A un equipo que la pasada temporada estaba en Segunda? ¿A un equipo que va creciendo día a día tras el cambio institucional sufrido en apenas año y medio?

Les respondo yo: No. El Betis va por el buen camino. Estas cuatro derrotas deben preocupar, por supuesto; pero no alarmar. ¿Hay que recordarle a alguien que era el propio Pepe Mel el que ponía freno a la euforia y pedía que la echaran al suelo tras las cuatro victorias y el famoso pleno de inicios de temporada? Es el momento de aprender de los errores del pasado, de confiar en este nuevo Betis que está haciendo las cosas bien, sin prisa pero sin pausa. En el hombre que les devolvió a Primera, el que siempre ha sido claro y al que nadie ha tenido que recordarle de dónde viene este Betis y hacia dónde va. Un poquito de por favor…