El Real Betis lo tenía todo preparado para que la jornada dominical en el Benito Villamarín fuera toda una fiesta pero se olvidó de lo más importante: el gol. El Granada arrancó un nuevo punto…
0 – REAL BETIS: Guillermo Sara; Chica, Paulao, Amaya, Nacho; Matilla, Xavi Torres, Salva Sevilla (Verdú, m. 76); Juanfran, Vadillo (Braian, m. 49) y Jorge Molina (Cedrick, m. 70). 0 – GRANADA: Roberto; Nyom, Diakhaté, Murillo, Brayan Angulo; Recio, Iturras; Pereira (Brahimi, m. 60) Buonanotte (Yebda, m. 78) Álvaro García (Dani Benitez, m. 65); y El Arabi. ÁRBITRO: Ayza Gámez (Comité valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Chica, Paulao, Amaya, Nacho y Recio. NUMBER 1 DEL REAL BETIS: Verdú. Estaba todo preparado para que fuera una fiesta: el día del Niño con precios populares para que cada abonado pudiera llevar dos niños por un módico precio de 5 euros cada entrada, la mañana soleada, el recuerdo de la buena imagen dada en la Europa League el pasado jueves, pese al empate cosechado en cada ante el Olimpique de Lyon, la resaca de la goleada que le infringió al Valencia… Pero faltó lo más importante en la fiesta del fútbol el gol, que no apareció por el Benito Villamarín a pesar de que eso sí, el Betis lo intentó durante todo el partido, pero el serio entramado de los de Lucas Alcaraz hizo imposible cualquier intentona de completar la fiesta. No hubo goles en el terreno heliopolitano y sin ellos, la fiesta fue incompleta en un ‘Día del Niño’ que debía ser el de la ilusión. El Granada supo esperar cuando debía y montar la contra para meter ese miedo en el cuerpo que te atrapa la garganta. Y ante el Betis volvió a hacerlo, especialmente con una clara ocasión cuando el partido ya estaba tocando a su fin, pero al final, hubo justicia y el Betis al menos no perdió, lo que de haber ocurrido habría sido totalmente injusto.
Mel lo buscaba, introducía cambios en busca de la reacción, de esa dosis de mordiente que faltaba arriba pero el tanto, pese a las incorporaciones no llegaba, y el partido iba muriendo en la orilla como las olas del mar, llegando levemente hasta perderse en la arena. Y es que este equipo nota mucho la ausencia de Rubén Castro, sí algo que no se mencionó ante el Valencia porque cuando se gana parece que todo se olvida pero el canario marca diferencias. El Betis no fue el del pasado domingo. Le faltó esa chispa, ese ímpetu por ganar, esa sed y hambre de victoria, esas ganas de buscar más pese a ir ganando, esa presión constante con la que ahogó al equipo de Djukic. Faltaron esas ideas, esa dosis, ese plus de calidad que te hace estar por encima de tu rival pese a lo que haga el adversario. Y encima, una vez más el mal estado del césped del Benito Villamarín que para nada ayuda a las intentonas verdiblancas y que debe ser tomado ya como medida de urgencia para buscar una solución como la que se diera en su día de la mano de Luis Oliver (no se sabe si pagándolo o no pero solucionándolo una vez que se reclamó). Hay que buscar soluciones cuanto antes. El Betis quiso pero no pudo ante un Granada que siempre sabe hacer los deberes en suelo verdiblanco, de hecho, Lucas Alcaraz suele sacar petróleo de sus enfrentamientos ante el Betis en los equipos en los que ha estado. Sabe las limitaciones y virtudes de los suyos y las exprime al máximo con ese sello tan personal que sabe dar a sus equipos. No hay tiempo para excusas ni lamentaciones, sigue el apretado calendario que ayuda a pasar estos tragos con mayor rapìdez. En lo negativo, dos puntos que se escaparon del Benito Villamarín que no es ese feudo inexpugnable de otras veces; en lo positivo, que pese a no estar en su día más brillante empató, lo que sin duda siempre es importante en una Liga regular. Twitter: @tara11ara