Mal equipo para levantar cabeza, o quizás no, ya que en las últimas visitas los equipos de Aguirre demostraron ir por los partidos y eso benefició siempre al conjunto verdiblanco. Toca esperar.
No hay tiempo que perder, y el Betis necesita ganar o ganar si quiere cuanto menos seguir soñando con un milagro sólo al alcance de las leyendas, ya que hasta ahora nadie consiguió salvar una situación tan extrema como la que tienen en estos momentos los verdiblancos tras su pésima primera vuelta del campeonato liguero. Al Betis sólo le vale ganar y sumar de tres en tres, todo lo que no sea así, será ir perdiendo el poco oxígeno que le resta, así que no cabe otra. Para ello lleva esta jornada el Espanyol de Javier Aguirre un equipo que está completando una muy buena temporada aunque no está al nivel mostrado a inicios de temporada donde tuvo un gran arranque. Pese a todo sigue estando en la zona tranquila de la tabla, y con un buen fútbol que va unido de esa garra y chispa que siempre tienen los equipos de Aguirre. El mexicano sabe impregnar a sus equipos de ese sello de identidad tan particular y que tan buen resultado le ha dado hasta ahora en nuestro fútbol. Por ello, la misión es aún más complicada para un Betis muy necesitado.
El equipo de Gabriel Humberto Calderón cuenta con algunas bajas debido a las lesiones pero esto no debe servir para nada como excusa ya que cuando estuvieron todos los disponibles tampoco estuvieron al nivel deseado, y un ejemplo de ello es la situación en la que en estos momentos se encuentran los verdiblancos, que ya vieron pasar a dos entrenadores por el banquillo y prueba mejor suerte con Calderón, el tercero en discordia. Los ánimos no están bien en Heliópolis, y depende del transcurrir del partido la grada se dejará notar como ya hizo esta semana en los entrenamientos mostrando su enfado por el mal momento de los suyos y especialmente por la falta de actitud de los componentes de la plantilla. Ahora les toca hablar a ellos donde debe hacerlo el profesional, es decir en el terreno de juego. Una vez transcurrida esta jornada se sabrá un poco más si este Betis es como parece de Segunda, o si por el contrario los futbolistas dejan la piel en el campo, sudan la camiseta y defienden con orgullo el escudo que luce en su pecho en el lado izquierdo, donde precisamente se encuentra el corazón, ese que tan dañado está en el belicismo. Twitter: @tara11ara
