Nada en esta vida como disfrutar de un buen sentido del humor para gozar de un buen estado de salud, y eso es lo que parece hacer Manuel Castaño que demuestra ser un magnífico humorista.
«Quiero ser presidente del Betis». Quien firma esta frase no es ningún aficionado con el deseo de presidir el equipo de sus amores, sino uno de los hombres más relacionados al ex presidente Manuel Ruiz de Lopera, con mucho peso en anteriores consejos de administración del equipo verdiblanco y uno de los que firma hasta la saciedad la mítica frase de «Lo que diga don Manuel».
Afirmación que realiza en una entrevista a ABC donde está muy bien que saque pecho sobre el hecho de ser el segundo máximo accionista de la entidad pero que sin duda no habrán gustado a la gran mayoría, ya que estamos hablando de una de las personas que miró hacia otro lado, metafóricamente hablando, y que fue testigo directo de las ‘hazañas’ de don Manué.
Le honra el hecho de decir que sigue siendo amigo del que fuera presidente verdiblanco, el chulear de su gran paquete, de acciones claro (que uno también hace sus pinitos en esto llamado humor), y de su beticismo, que nadie pone en duda pese a que algunas de las acciones ante las que se mantuvo impoluto dejan mucho que desear, pero lo que no se puede, es tocar los ‘cataplines’ a los béticos.
El aficionado está cansado de la historia reciente del club donde se sufrió mucho, por ello, ahora que el club goza de buena salud, ahora que se sabe que dos más dos son siempre cuatro se quiera disfrutar al máximo de ello. Ahora que las promesas son realidades y que el ‘manquepierda’ vuelve a escena, el beticismo no quiere que nadie se lo arrebate de nuevo.
Las declaraciones de Manuel Castaño sorprenden, no por el deseo de ser presidente de su equipo, sino por el hecho de haberse dejado llevar en el pasado cuando podría haber mostrado ese beticismo en lugar de comprando acciones, poniendo freno a una situación que llevaba al Betis al borde del abismo, que no la desaparición porque eso es algo que no habrían permitido los béticos de verdad, los de las trece barra, los que no presumen de acciones pero sí sufren con las derrotas a golpe de carnet.
El Betis goza de buena salud, ha salvado el ‘match ball’ que tenía entre manos y comienza a respirar sin ayuda, dejando esa respiración asistida para volver a disfrutar de la vida, de esas pequeñas cosas de las que siempre ha disfrutado el bético, pero el de a pie. Castaño se equivoca ahora, porque si de verdad es bético lo que tiene que hacer es ayudar, sumar, y demostrar que se es bético sin necesidad de ser el segundo máximo accionista de la entidad.
Se es bético elogiando el buen trabajo hecho por los sucesores en la cima, y se es bético como lo ha sido Miguel Guillén y su equipo, sacando de donde no había para salvar una situación que parecía insalvable. Le habría honrado elogiar ese trabajo del nuevo consejo a la vez de ponerse a su disposición para lo que pudiera hacer falta. No basta con ser bueno, sino que también hay que parecerlo y este Betis va sobrado, por ese pasado que ya es historia, de aquellos que se dan la palmadita en el pecho en lugar de en la espalda del que realmente está bordando su trabajo.
No hay nada en la vida como gozar de buen sentido del humor para disfrutar al máximo y tener buena salud. Manuel castaño, uno de los hombres de confianza de Lopera ha demostrado tenerlo, haciendo campaña como presidente en lugar de ponerse a disposición del actual para ayudar y sumar, siempre en positivo, con su equipo del alma…
Twitter: @tara11ara