Punto y final a una temporada y a muchas relaciones, que escuchaban en unos casos el duro adiós, y en otras tantas el sentido ¡Hasta siempre!
Adiós a una temporada mala, difuminada con la clasificación final, un décimo puesto, excesivo premio para un Real Betis que no fue el equipo que todos los béticos desean. Un Real Betis falto de esa mínima exigencia que se le debe exigir a un profesional y más si cabe cuando se trata de defender este escudo y estas trece barras cargadas de una u otra forma de historia; por encima de títulos, polémicas, presidentes y demás, porque el Betis es el Betis, con el Manquepierda y… también sin el.
Adiós a futbolistas que pasaron con más pena que gloria y que no supieron aprovechar la gran oportunidad de jugar en este equipo, donde el que llega, nunca se quiere marchar.
Adiós para Maciá, aquel director deportivo salvador y milagroso que llegó la pasada temporada y que prometía éxitos deportivos y un estadio más grande para poder albergar tanto triunfo, y que apenas una temporada más tarde se marcha por la puerta de atrás, con un escaso bagaje de fichajes, tan sólo amparado por la llegada de Musonda en el mercado invernal. De los Vander Vaart, Tarek, Damiao y compañía, mejor no hablar…
Y hasta siempre para los grandes, los que siempre lo dieron todo, los que se van con los deberes cumplidos. Hasta luego Merino, por conseguir dejar al Real Betis en Primera, objetivo para el que llegaste al primer equipo y que con más o menos apuros, has conseguido; que al fin y al cabo es lo que cuenta. Se marcha con honradez, con su sentimiento bético intacto. Precisamente ese sentimiento le impide quedarse formando parte de la secretaría técnica con un buen sueldo, porque quiere quedarse para lo que vino, entrenar. Por ello buscará un banquillo externo con el que poder seguir creciendo como técnico. Y lo hace con la tranquilidad del deber cumplido.
Y un hasta siempre muy especial para Jorge Molina, el capitán, el goleador, uno de los miembros del duo sacapuntas, ese duo que será recordado eternamente: Rubén Castro y Jorge Molina, una sociedad limitada que ha dado muchísimo al Real Betis. El último partido como verdiblanco fue un claro ejemplo de ese sentimiento, de esa gratitud de quien mejor premia, la grada, la afición, esa afición fiel que incluso en los malos momentos sabe quién se ganó el silbido o el aplauso, y este espigado alicantino que lo dio todo por y para el Real Betis, forma parte del segundo grupo, el de los aplausos. Su emotiva despedida fue un ejemplo del agradecimiento que la afición del Real Betis dedicaba hacia ese capitán, tan eterno como aquel ¡hasta siempre de Heliopolis!.
Por cierto, hasta pronto GOL SUR!!!!!!!!!!
Allí estuvo como siempre NUMBER1 Sport – @Number1sport – con la cámara y ojo de nuestro redactor gráfico JOSÉ EMILIO GÓMEZ – @JoseEmilioGomez – para hacerles llegar la fiesta del fútbol en un día de despedidas con una amplia galería con las mejores imágenes de ese día. ¡Qué lo disfruten!
Por José Miguel Muñoz – @tara11iker
Fotos by @JoseEmilioGomez para @NUMBER1Sport