Mario continúa su proceso de rehabilitación de su lesión; cada vez queda menos para volver a estar en el grupo con el resto de sus compañeros. El canario confía que sea su última lesión.
No tiene suerte con las lesiones, el año pasado le castigaron demasiado cuando era con diferencia el mejor de la zaga. Su ausencia pesó demasiado y el Betis lo acusó en demasía, hasta tal punto que hubo que fichar de urgencia a Paulao en el mercado invernal. Ahora, en pleno proceso de recuperación de su última lesión, espera que esta sea la definitiva y estar disponible asiduamente a las órdenes de su principal valedor y el gran culpable de que siga n el Real Betis, su técnico Pepe Mel. En la recta final de esta lesión reconoce que «cuando superas una cosa y te metes en otra, y luego en otra así te desesperas. Pero me he tomado como reto personal que este año esa sea mi última lesión. Quiero que sea mi temporada con más partidos jugados. Tengo ganas de disfrutar del fútbol».
Y añade que «cuando llegas al punto de ver que cada temporada juegas sólo 12 ó 15 partidos piensas que no jugarás nunca más que eso, pero mi familia, amigos, compañeros y el míster me dan muchísimo ánimo porque saben que puedo hacerlo y estoy seguro de que lo voy a conseguir». Mario apunta: «Ya puedo hacer más movimientos y tengo otros que tengo claro que no. Tengo una placa de hierro que aún no se ha consolidado y que tardará tres o cuatro semanas en sujetarse bien. Mientras, hago piscina, cardio y lo que me deja el hombro. Vamos en los tiempos y sin prisas, que son malas. Entre lo malo, lo mejor es que las articulaciones están bien y que podré hacer los movimientos de antes. La placa la vamos a dejar dentro porque no quiero pasar por el quirófano otra vez». Twitter: @tara11ara
