El triunfo en Málaga ha dejado al Betis en apenas una semana en una posición inmejorable, algo impensable hace apenas unos días tras el empate ante el Racing. La cambiante historia del fútbol…
Ya se sabe que en este mundo del fútbol la vida cambia en apenas segundos. Y si a ello le unimos el tiempo que transcurre de un partido a otro ya se pueden imaginar las veces que cambia esta historia. Así, en apenas noventa minutos hablamos de un presente y un futuro muy distinto de los verdiblancos que afrontan el choque del próximo sábado frente al Villarreal con una cara muy distinta con la que terminaron el del Racing de Santander. Por ello precisamente, Pepe Mel quiere que sus futbolistas disfruten del momento pero con los pies en el suelo. Es decir, que la euforia se controle y no sea desmedida tras el importante triunfo logrado en Málaga ante un equipo del potencial actual del de Pellegrini. Ha sido sin duda un golpe en la mesa, un aviso para navegantes, para aquellos que hablaban de pérdida de confianza en Mel, de los que hablaban de un vestuario roto o de los que colocaban al Betis como carne de Segunda.
Todos, absolutamente todos se equivocaban. Porque aún queda mucha tele que cortar y porque con una jornada menos que disputar, el Betis está a siete puntos del descenso que ahora marca el Real Zaragoza tras el importante triunfo de los maños en Gijón, dejando de paso al Sporting como colista y en una posición de lo más comprometida. Además, el Betis recibe la próxima jornada, el Sábado Santo al Villarreal, otro de los más claros competidores en esa lucha por evitar el descenso. Los castellonenses tienen tres puntos menos que el Real Betis por lo que una victoria la próxima semana en el Benito Villamarín dejaría a los amarillos en una situación muy complicada y con un margen más que suficiente como para a tan pocas jornadas no tener que jugar con la soga al cuello. Twitter: @tara11ara