El ‘caso Vadillo’ no existe aunque por lo visto en las últimas semanas hay quien se empeñe en tocar la ‘testiculina’ a uno de los canteranos con mayor potencial del fútbol español.
No hay ‘caso Vadillo’. Hay quien se ha empeñado desde hace semanas en crearlo pero se ha dado de bruces después de ver como el futbolista les ha dado una lección al no entrar al trapo y limitarse a lo que mejor sabe hacer, trabajar para seguir creciendo como futbolista. Los tiempos vividos durante su grave lesión le han hecho madurar muy rápidamente.
Álvaro Vadillo está centrado, centrado en seguir su carrera profesional, y no se va a despistar con ninguna de estas historias, ni las de su no convocatoria, ni las de los rumores y rumores que vayan sucediendo desde ya hasta el próximo mercado invernal. Mel sabe llevarlo y si no lo ha convocado es porque no le ha visto mejor que a los que fueron.
Pero Vadillo es mucho más que ese chaval joven y por momentos algo despistado que pueda parecer. Es un niño, sí, pero un niño bien llevado. La figura del padre del futbolista no suele jugar a favor del chaval pero en el caso del canterano verdiblanco es una de las excepciones que confirma la regla, ya que Jesús Vadillo, padre de Álvaro, es un claro ejemplo de cómo debe actuar el padre del futbolista.
Radio Marca le llamó y éste no dudo en mostrarse como es. Hablando claro, sin pelos en lengua, diciendo lo que piensa y pensando lo que dice, con esa sinceridad que le caracteriza y sin temer a nada ni a nadie, algo que uno puede hacer cuando va con la verdad por delante. Y todo ello, cuando además uno ha visto como la prensa ha jugado un partido en el que nunca debía haber entrado.
Pero este es el periodismo que vivimos hoy día en muchos sitios o con muchos temas. Es fácil hablar de ciertas cosas, y callar otras tantas, sin importar el daño que puedan hacer a terceras personas. Y es que como bien dice el propio Jesús Vadillo»la calle lo mismo te pone en todo lo alto que luego te destierra».
Y de forma inteligente no entra al trapo y lo deja todo en manos de Pepe Mel. «Aquí el único que debe opinar de Álvaro es el entrenador. Él sabrá darle la pauta al niño. Mel es quien debe tomar medidas, no la prensa. Que si ha tirado la camiseta de titular…» Y añade: «El técnico quiere lo mejor para el niño y ellos son los que tienen que darle los minutos, pero eso es una parcela que jamás me meteré».
El mensaje de Jesús Vadillo es claro: «Álvaro debe convencer al entrenador de que se merece más minutos y con la UEFA, la Copa y la Liga seguro que los tendrá. Mi único consejo es que se tiene que comer los cuatro banderines en cada entrenamiento, eso ya es decisión del entrenador». Una muestra de cómo debe actuar realmente un padre de un futbolista.
En numerosas ocasiones hemos visto como el padre de la criatura, el padre del futbolista juega en contra de los intereses de su hijo, ya que como padre que es, no resulta fácil mantener los sentimientos y la pasión lejos de la escasa cordura que existe en el mundo del fútbol. Pero el ejemplo de Jesús Vadillo es digno de mención, toda vez que por inusual llama poderosamente la atención.
El futuro de Vadillo está en muy buenas manos; de un lado porque su potencial futbolístico es el mejor arma que tiene en su poder, y de otro porque está muy bien asesorado, por un padre, que antes de ser padre es persona de confianza del jugador y el primero en exigirle para que saque lo mejor de sí, como si de otro entrenador se tratara.
Pidiéndole, apostando por él pero sobre todo exigiéndole como el que más, como si del mismísimo Pepe Mel se tratara porque Jesús Vadillo sabe que el técnico del Real Betis quiere lo mejor para su hijo, un Álvaro Vadillo que si de verdad le dejamos trabajar, sin prisas pero sin pausa, vamos a deleitarnos con el mejor Vadillo desde que emergiera para ‘regalarnos’ su calidad en Primera división.
Twitter: @tara11ara
